El matrimonio es una alianza de personas en el amor, donde intervienen no sólo un hombre y una mujer, sino también Cristo.
¿No habéis leído que al principio el Creador «los hizo hombre y mujer» y dijo: Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre.[1]
1. ¿Qué es el matrimonio? ¿De dónde proviene?
La familia arranca de la comunión conyugal que el Concilio Vaticano II califica como «alianza», por la que el hombre y la mujer «se entregan y aceptan mutuamente».[2]
El Matrimonio es la alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole.[3]
La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de las manos del Creador. El matrimonio no es una institución meramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanentes. (…) existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial.[4]
La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar.[5]
El matrimonio, el matrimonio sacramento, es una alianza de personas en el amor. Y el amor puede ser profundizado y custodiado solamente por el amor, aquel amor que es «derramado» en nuestros corazones «por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.»[6] (…) Esta «fuerza del hombre interior» es necesaria en la vida familiar, especialmente en sus momentos críticos, es decir, cuando el amor —manifestado en el rito litúrgico del consentimiento matrimonial con las palabras: «Prometo serte fiel… todos los días de mi vida»— está llamado a superar una difícil prueba.[7]
El Matrimonio cristiano es pues el sacramento por el cual un hombre y una mujer firman un pacto sagrado. Como Cristo instituyó este sacramento, El también les da al hombre y a la mujer una vocación para el matrimonio. Por eso en el pacto intervienen no sólo un hombre y una mujer, sino también Cristo.
Así como los que son llamados al sacerdocio o a una vocación religiosa dedican gran parte de su tiempo a la oración y a la preparación, los llamados al matrimonio también deben dedicar tiempo a la oración, preparándose para recibir este sacramento.
Estar concientes de que el matrimonio es una vocación (llamada) a la santidad para la cual Cristo nos llama y, por tanto, buscar ser fieles a este llamado, es encontrar la clave para un matrimonio feliz. En la unión del matrimonio, Cristo da al esposo y a la esposa la gracia sacramental necesaria para realizar sus deberes maritales.[8]
Al venir a restablecer el orden inicial de la creación alterado por el pecado, el propio Jesús le ha dado a la gente la fuerza y la gracia necesarias para vivir su matrimonio en la nueva dimensión del reino de Dios. Al seguir a Cristo, negándose a ellos mismos, y cargando sus cruces, los esposos podrán, con la ayuda de Cristo, aceptar[9] y vivir el significado original del matrimonio.[10]
Al establecer el matrimonio como una vocación en la vida, Dios le dió las características que permiten al amor humano alcanzar su perfección y que la vida familiar sea plena y fructífera. Por su propia naturaleza, la sociedad que se establece se orienta hacia el bien de la pareja y de los hijos que ésta traiga al mundo.[11] Fuera del matrimonio, o sin una realización adecuada de su naturaleza, no existen las condiciones adecuadas para que el amor humano fructifique ni para que la vida familiar sea exitosa.
Queda pues claro que el matrimonio no fue inventado por el hombre. El propio Dios lo estableció cuando creó a nuestros primeros padres en el paraíso terrenal. Desde el principio, el matrimonio ha sido mucho mas que una institución humana. Es una institución sabia de Dios para realizar en la humanidad su designio de amor. La sociedad íntima de la vida y amor en el matrimonio ha sido establecida por el Creador y dotada de sus propias leyes. Dios Mismo es el autor del matrimonio.[12]
2. ¿A qué nos referimos cuando decimos que el Matrimonio fue elevado por Cristo a Sacramento?
Para los cristianos, Cristo elevó esta unión de esposo y esposa a la dignidad de sacramento. Se convirtió en un pacto sagrado, una imagen de la unión de Cristo y de su Iglesia y una fuente de gracia especial. San Pablo escribió: Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella para santificarla…[13]
Nuestro modelo para el matrimonio no puede basarse en imágenes propagadas por la sociedad, sino en Cristo, su Iglesia y la Sagrada Familia.
El verdadero significado del matrimonio sólo puede provenir de Jesucristo a través de la Iglesia. El matrimonio requiere de un conocimiento básico de la fe cristiana y de la verdadera naturaleza del sacramento del Matrimonio.
Por tanto, entre bautizados, no puede haber contrato matrimonial válido que no sea por eso mismo sacramento.[14]
Un matrimonio, contraído válidamente entre personas bautizadas, siempre es un sacramento de Cristo y de su Iglesia.[15] Por la gracia del Sacramento del matrimonio cristiano, los esposos están unidos el uno al otro en la forma más profunda e indisoluble. La pertenencia de uno al otro es la representación real, por medio del signo sacramental, de la propia relación de Cristo con la Iglesia.[16]
[1] Mateo 19, 4-6 [2] C.A.F. 7 y GS 48 [3] C.I.C. 1055,1 [4] C.C.C. 1603 [5] ibid. y GS 47, 1 [6] Rom. 5,5 [7] C.A.F. 7 [8] Cf. Mateo 19, 10 [9] Cf. Mateo 19, 11 [10] Cf. C.C.C. 1615 [11] Cf. C.I.C. 1055.1 y C.C.C. 1601, 1660 [12] Cf. C.C.C. 1603; G.S. 48 y H.V. 8 [13] Efesios 5, 25 [14] C.I.C. 1055.2 [15] Cf. C.I.C. 1055.2 y C.C.C. 1617 [16] Cf. C.C.C. 1617 y F.C. 13
Abreviaciones:
C.A.F
Carta a las familias, Ediciones Paulinas, México 1994
C.C.C
Catecismo de la Iglesia Católica, Ronma, Librería Editrice Vaticana, 1992. .
C.I.C
Codex Iuris Canonici (Código de Derecho Canónico) Ediciones Paulinas, México, 1983
D.E.
Directorio para el Ecumenismo, National Conference of Catholic Bishops (N.C.C.B)
(Conferencia Episcopal de los Estados Unidos), Origins vol 23, no. 9, julio 29, 1993
F.C.
Familiaris Consortio: El papel de la Familia en el Mundo Moderno. Juan Pablo II, Roma, Librería Editrice Vaticana, 1981
S.C.A.
Siga el Camino del Amor: Mensaje Pastoral para las Familias, N.C.C.B., Origins vol no. 25, 1993
G.S.
Gaudium et Spes, Concilio Vaticano II, 1985
G.E.
Gravissimum educationis, Concilio Vasticano II, 1965
H.V.
Humanae Vitae. Paulo VI. Librería Editrice Vaticana, 1968
L.G.
Lumen Gentium, Concilio Vaticano II, 1964
M.D.
Mulieris Dignitalis. Juan Pablo II. Roma, Librería Editrice Vaticana, 1988
N.C.C.B.
National Conference of Catholic Bishops of the United States (Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de Estados Unidos.
O.C.J.
One in Christ Jesus (Uno en Cristo Jesús): Toward a Pastoral Response to the Concerns of Women for Church and Society, por la N.C.C.B., Ad Hoc Committee for a Pastoral Response to Women»s Concerns, Origins vol 22; no. 29, 1993.
S.C.
Sacrosantum Concilium, Concilio Vaticano II, 1963
Estamos en sintonia con tus propuestas
adelante que poco a poco lo lograremos
Bendiciones
paz y Bien
juanita
en nombre de Cristo y su santa madre y Nuestra Marìa, sugiero lo siguente, ya que Dios nuestro padre me a puesto delante de mis ojos espacio para comentar y es lo siguiente: segun la experiencia que tiene una servidora,es la preparaciòn DE LAS PARAJAS QUE ESTAN POR CASARSE, ME LAS MANDA MI PARROQUIA A NUESTRO CONVENTO Y QUE ES CASA MISIÒN; LES IMPARTO UN PEQUEÑO CURSO DE EVANGELIZACIÒN Y ALGO DE CATEQUESIS FUNDAMENTAL,TOMADO LA MAYOR PARTE DE LA BIBLIA EL C.I.C Y ALGUNOS DOCUMENTOS DE INTRNET Y MIS PROPIAS REFLEXIONES TOMADAS DEL SANTO EVANGELIO; TODO ESTO LO COMENTAMOS LAS PAREJITAS Y UNA SERVIDORA, Y LES LES PIDO SU OPINIÒN , ELLOS MECONTESTA QUE LES PARECE MUY IMPORTANTE, PORQUE APRENDEN MUCHAS COSAS DE DIOS TRINO Y UNO Y DE DIOS QUE SE HACE HOMBRE Y QUE VINO PARA SALCARNOS POR SU GRANDE E INFINITO AMOR Y MISERICARDIA Y QUE TODO ESTO LES VA A SERVIR PARA SEGUIR AMANDOSE COMO PAREJA Y ASUS PEQUEÑOS HIJITOS QUE DIOS N.P LES CONCEDA. LES RECOMIENDO MUCHO POR POR MEDIO DE LA LECTURA DEL EVANGELIO DEL DIA, QUE CONOSCAN A JESÙS DIOS , EN FORMA DIVINA Y ACTITUDES HUMANAS QUE FUE LA FORMA DECOMO VIVIÒ AQUÌ EN LA TIERRA CON NOSOTROS, DURANTE3 AÑOS,PARA ENSEÑARNOS LA FORMA DE CÒMO VIVIR EL REINO DE SU PADRE CELESTIAL EN AQUEL TIEMPO FUE VISIBLEMENTE PERRO AHORA NOS TOCA VIVIRLO A NOSOTROS EN JESÙS CON JESÙS Y PARA JESÙS; YA ENTONCES EMPESAMOS LA CATEQUESIS PREDICHA.
SEGÙN MI OPINIO`MIENTRA NO SE LLEVE A CABO ESTA PEPARACIÒN ENTES DE CASARSE, LAS FAMILIAS SEGRUIRÀN MAL CADAD DÌA, POR FALATA DE CONOCIMIENTO DE DIOS Y POR ESO NO SE CONVENCEN QUE ES NECESARIO, TENER A cristo y a maria COMO EL CENTRO DE SU VIDA DE ALLI VIENE EL TERRIBLE DESASTRE DE SU VIDA MATRIMONIAL, CAUSA DE TANTA DESINTEGRACION FAMILIAR Y ABANDONO DE HIJOS Y POR ESO CADA DIA AUMENTA LA DELINCUENCIA EN NUESTRO PAÌS QUERIDO MÈICO.NO ECHEMOS LA CULPA AL GOBIERNO, NO ES QUE LO DEFIENDA, PERO MEDITEMOSLO BIEN QUE LOS PRICIPALES CULPABLES DE ESTA TERRIBLE SITUACIÒN SON LOS PAPÀS…LES ROGAMOS QUE POR CARIDAD PIDAN ASUS PARRÒCOS QUIE LOS PREPAREN ANTES DE CASARSE, EN LO YA COMENTADO POSTERIORMENTE.EXIJANLES, PARA QUE ACEPTEN Y LOS INSTRUYAN UNA SERVIDORA LES HA PEDIDO Y NO ME HACEN CASO. LES DIRAN QUE YA LOS PREPARAN, PERO SOLO LES HABLAN DE LA VIDA HUMANA CONYUGAL Y NADA DE CONOCIMIENTO DE DIOS ESPIRITU Y DIOS HECHO HOMBRE; SI PARA CUALQUIER PROFESIÒN SE ESTUDIAN AÑOS, AHORA LA FAMILIA ES MÀS QUE UNA PROFESIÒN, PORQUE DE ELLA DEPENDE UNA SOCIEDAD SANTA Y FELIZ , QUE ESO ES LO QUE ESPERAMOS TODOS. ATE, SU HNA QUE LOS AMA EN CREISTO Y MARÌA . JOSEFINA ORTIZ ESPINOSA. O.P A SUS ORDENES. NECESITO SABER SU PINIÒN POR FAVOR EN MI E.MAIL
muy completo gracias