Un día bajó el Señor a la tierra en forma de mendigo y se acercó a casa de un zapatero pobre y le dijo:
«Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando».
El zapatero le respondió: «¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado que todo el mundo viene a pedir y nadie viene a dar!».
El Señor le contestó: «Yo puedo darte lo que tu quieras».
El zapatero le pregunto: «¿Dinero inclusive?».
El Señor le respondió: «Yo puedo darte 10 millones de dólares, pero a cambio de tus piernas». «¿Para qué quiero yo 10 millones de dólares si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?», dijo el zapatero.
Entonces el Señor replicó: «Está bien, te podría dar 100 millones de dólares, a cambio de tus brazos». El zapatero le contestó: «¿Para qué quiero yo 100 millones de dólares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos?».
Entonces el Señor le dijo: «En ese caso, yo te puedo dar 1000 millones de dólares a cambio de tus ojos». El zapatero respondió asustado: «¿Para qué me sirven 1000 millones de dólares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean?».
Entonces el Señor le dijo: «Ah hermano mío, ya ves qué fortuna tienes y no te das cuenta».
El señor nos a hechos de una forma tan valiosa y sin embargo no nos damos cuentas puesto que buscamos el valor en la cosas de este mundo y no en aquellas cosas importante que Dios puesto en nosotros.
Estupendo el contenido de la página y la inclusión del cuento es maravillosa porque son enseñanzas que ayudan a reflexionar y valorar el gran amor que Dios nos tiene al sertan generoso con nosotros-
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