La revolución de la austeridad

Luis-Fernando Valdés
Antonio Briseño

El imaginario colectivo suele relacionar los cónclaves con una coronación medieval, en palacios de mármol y con pieles de armiño. Pero, este año, tras el anuncio de “habemus Papam”, salió al balcón el elegido, ¡sin las insignias pontificias! ¿Cuál era la intención de este gesto del Papa Francisco?

Al ser elegido como Sucesor de Pedro, el Card. Bergoglio tomó el nombre de Francisco. Explicó luego que lo hacía por el Santo de Asís, que fue un religioso que vivió la austeridad en grado heroico y que fue un promotor de la paz.

Al escoger ese nombre, el Papa latinoamericano anunció cuál sería la línea de su Pontificado: buscar la paz, ayudar a los pobres y vivir austeramente. En estos cuatro meses, el Santo Padre ha dado muestras de vivir personalmente este programa, lo cual se nota al observar su gestos.

En su primera salida al balcón central de la Basílica de San Pedro, Francisco no utilizó la muceta roja de los pontífices; llevaba la misma cruz pectoral de hierro que usaba como arzobispo y sólo usó la estola bordada de color rojo en el momento de impartir la bendición “urbi et orbi”. [Excelsior, 4 abril 2013]

Al día siguiente de ser elegido, Francisco fue a rezar la Basílica de Santa María la Mayor. Pero lo que nadie esperaba es que el Papa eludiera la limusina papal y viajara ahí en un autobús con los cardenales que lo habían elegido [Aleteia.org, 14 marzo 2013].

Antes de hacer ese recorrido a esa Basílica mariana, el Papa Bergoglio había comentado con los cardenales en la Casa Santa Marta que también debía ‘pasar por la residencia, tomar mis maletas y pagar la cuenta’.

Y el nuevo Pontífice llegó sorpresivamente a la residencia sacerdotal acompañado de algunos cardenales. “Los administradores de la Casa Pablo VI para sacerdotes no querían recibir el dinero, pero Francisco insistió hasta que lo aceptaron. ‘Es lo justo’, les dijo.” [Excelsior, 4 abril 2013]

Pocos días después, vimos otra muestra la sencillez del Santo Padre, que escogió como “anillo de pescador”, señal de la autoridad papal, un anillo que no es de oro, sino de plata dorada. Además no era una pieza nueva, sino que en los años 60 fue regalado a Pablo VI por el orfebre Enrico Manfrini. Así el Papa utiliza un anillo de otro Papa anterior. [Cfr. Religión en libertad, 18 marzo 2013]

Recientemente afirmó: “Me duele ver curas o monjas en autos de lujo. ¡No se puede! Mejor ir en bicicleta o usar un auto más humilde. Piensen en los chicos que se mueren de hambre!”. Y este tema, el Papa Francisco predica con el ejemplo, ya que, su transporte en el Vaticano es un Ford Focus usado y no un auto último modelo. [Discurso, 6 julio 2013; Noticia, 12 julio 2013]

Otro gesto de humildad del Papa, ocurrió cuando Francisco se enteró que en la Catedral de Buenos Aires habían puesto una estatua suya de tamaño natural. De inmediato hizo una llamada a la curia porteña para pedir que la retiraran. “Saquen eso de inmediato”, les dijo. [Cfr. ABC.es, 10 julio 2013]

Con estas acciones, el nuevo Pontífice se ha convertido en el Papa de la gente, pues vive voluntariamente con la misma pobreza que millones experimentan por necesidad. Esta austeridad es un oxígeno para la Iglesia misma, pues millares de fieles se asfixian en el ambiente consumista y materialista.

lfvaldes@gmail.com

Columna


Padre Luis-Fernando Valdés: Licenciado en Filosofía (U. Panamericana, México) y Doctor en Teología (U. Navarra, España), en este blog comenta las noticias más importantes de la semana, con un enfoque filosófico, desde la razón creyente.

Profesor de Teología de la Revelación y Teología Moral Fundamental, ha seguido semana a semana el Pontificado de Benedicto XVI y ahora los primeros pasos del Papa Francisco.

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