Diagnóstico prenatal

Por motivos terapéuticos cabe llevar a cabo investigaciones prenatales en caso de que no suponga riesgos desproporcionados ni para el feto ni para la madre.

Los avances médicos permiten detectar algunas anormalidades del feto, que en ocasiones pueden ser tratadas y mejoradas con el auxilio de la medicina. Es valido que, si la técnica dispone de medios para mejorar y sanar al ser humano aun antes de nacer, deben ser aplicados, con tal de que se respete la vida del no nacido y se busque su salud. En consecuencia, por motivos terapéuticos cabe llevar a cabo investigaciones prenatales en caso de que no suponga riesgos desproporcionados ni para el feto ni para la madre.

Como es lógico, esas condiciones deben ser juzgadas por la recta conciencia del médico, previo consentimiento de los padres. Los criterios éticos los explicita la Encíclica HV. Evangelium vitae lo hace en estos términos:

«Una atención especial merece la valoración moral de las técnicas de diagnostico prenatal que permiten identificar precozmente eventuales anomalías del niño por nacer. En efecto, por la complejidad de esta valoración debe hacerse muy cuidadosa y articuladamente. Estas técnicas son moralmente lícitas cuando están exentas de riesgos desproporcionados para el niño la madre y están orientadas a posibilitar una terapia precoz o también a favorecer una serena y consciente aceptación del niño por nacer. Pero, dado que las posibilidades de curación antes del nacimiento son hoy todavía escasas, sucede no pocas veces que estas técnicas se ponen al servicio de una mentalidad eugenésica, que acepta el aborto selectivo para impedir el nacimiento de niños afectados por varios tipos de anomalías.

Semejante mentalidad es ignominiosa y totalmente reprobable, porque pretende medir el valor de una vida humana siguiendo solo parámetros de \\’normalidad\\’ y de bienestar físico, abriendo así el camino a la legitimación incluso del infanticidio y de la eutanasia» (EV 63; cfr. 14) (1).

La mujer que solicita un diagnóstico con la decidida intención de proceder al aborto, en el caso de que haya malformación, comete una acción gravemente ilícita (cf. DV 34).

Pero la denominada «ingeniería genética» puede llevar a cabo algunos experimentos que manipulen la vida del embrión y lesionen su dignidad, por lo que deben ser rechazados. También de este tema se ha ocupado el Magisterio:

«Las técnicas de fecundación in vitro pueden hacer posibles otras formas de manipulación biológica o genética de embriones humanos, como son.: los intentos y proyectos de fecundación entre gametos humanos y animales; y la gestación de embriones humanos en útero de animales; y la hipótesis y el proyecto de construcci6n de úteros artificiales para el embrión humano. Estos procedimientos son contrarios a la dignidad del ser humano propia del embrión y, al mismo tiempo, lesionan el derecho de la persona a ser concebida y a nacer en el matrimonio y del matrimonio. También los intentos y las hipótesis de obtener un ser humano sin conexión alguna con la sexualidad mediante “fisión gemelar”, clonación, partenogénesis, deben ser considerados contrarios a la moral en cuanto que están en contraste con la dignidad tanto de la procreación humana como de la unión conyugal" (DV 1,6).


Nota:

(1) Como enseña Juan Pablo II, "el medico, antes de todo. Deberá valorar atentamente las posibles consecuencias negativas que el uso necesario de una determinada técnica de exploración puede tener sobre el ser concebido, y evitará el recurso a procedimientos diagnósticos de cuya honesta finalidad y sustancial inocuidad no se poseen suficientes garantías". DV, nota 25. Cf. Discurso de Juan Pablo II 3-Xl-1982.

SIGLAS:

CEC: Catecismo Iglesia Católica

HV: Humanae Vitae

DV: Instrucción Donum vitae

EV: Evangelium Vitae

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