Los secretos juicios de Dios
El Alma: 1. Tus juicios, Señor, me aterran como un espantoso trueno, estremeciéndose todos mis…
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El Alma: 1. Tus juicios, Señor, me aterran como un espantoso trueno, estremeciéndose todos mis…
Jesucristo: 1. Hijo, aún te conviene aprender muchas cosas que no has aprendido bien. El…
Jesucristo: 1. Hijo, no te muevan los dichos agudos y limados de los hombres; porque…
Jesucristo: 1. Hijo, anda delante de Mí en verdad, y búscame siempre con sencillez de…
Jesucristo: 1. Hijo, no creas a tu deseo; pues el que ahora es, presto se…
Jesucristo: 1. Hijo, no puedes poseer libertad perfecta, si no te niegas del todo a…
Jesucristo: 1. Hijo, mi gracia es preciosa, no admite mezcla de cosas extrañas, ni de…
Jesucristo: 1. Hijo, no quieras ser curioso, ni tener cuidados impertinentes. ¿Qué te va a…
El Alma: 1. ¿Hablaré a mi Señor, siendo yo polvo y ceniza? Si por más…
El Alma: 1. Otra vez hablaré, Señor, ahora, y no callaré. Diré en los oídos…
El Alma: 1. Confesaré, Señor, contra mí mismo mi iniquidad; te confesaré mi flaqueza. Muchas…
Jesucristo: 1. Hijo, mira con vigilancia los movimientos de la naturaleza y de la gracia,…
El Alma: 1. Bendígote, Padre celestial, Padre de mi Señor Jesucristo, que tuviste por bien…
Jesucristo: 1. Hijo, con diligencia debes mirar que en cualquier lugar y en toda ocupación…