¡No es más rico el que más tiene, sino aquel que menos necesita!
“De las cosas el hombre tanto ha de hacer huso de ellas, cuanto le ayuden para su fin, y tanto debe privarse de ellas, cuanto para ello se lo impiden”.
San Ignacio de Loyola
El principio del “Tanto, cuanto” de Ignacio de Loyola, ese gran Santo que tanto admiro, fundador de la Bizarra Compañía de Jesús, por tantos siglos el más fuerte baluarte de la Iglesia, a la que defendió a capa y espada contra todos los ataques de que fue objeto, tanto que fue necesario que la masonería lograra el año 1762 que la expulsaran de Francia para poder llevar a cabo la Revolución Francesa en 1789, lo que hizo también en España en el 1767 para lograr a principios de siglo XIX, desintegrar el Imperio en el que no se ponía el sol, que por centurias fue por vocación el defensor invencible de la iglesia.
A partir de entonces la cultura de la muerte, manejada por la izquierda (masonería), fue imponiéndose a las naciones en base a una campaña muy bien orquestada, aprovechando la ausencia de los jesuitas, valiéndose de engaños, siempre enarbolando una bandera blanca e impoluta de libertad, democracia, igualdad, redención a los pobres, y en los últimos tiempos de liberación (juvenil, femenina, sexual, hasta teología de liberación), valiéndose de la supuesta “discriminación”, así como de la “ideología de género” que va contra la vida, la familia y la libertad religiosa.
Por supuesto con la consecuente perdida de valores y aprovechándola como instrumento, se institucionaliza la corrupción, usando indiscriminadamente la mentira y la calumnia, así como los medios de comunicación. Las mafias de la delincuencia organizada, de empresas corruptas (Petrolera, de fabricantes y comerciantes de armas), crecen tremendamente, protegidas y apoyadas por los gobiernos controlados y organismos mundiales creados al respecto (ONU, OEA, Amnistía Internacional, Derechos Humanos, etc.).
Han logrado introducir el famoso relativismo en la forma de pensar, utilizando para ello inclusive las artes, lo que antes era malo ahora puede ser bueno, o a la inversa, lo que antes era feo ahora es hermoso, con esto han logrado que la sociedad acepte cosas aberrantes como algo natural y normal, como por ejemplo el asesinato de indefensas criaturas en el seno de sus madres (aborto) poniendo como justificante el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, cuando ese es un derecho exclusivo de Dios y que ese supuesto derecho no puede pasar por encima del derecho a la vida de esos angelitos masacrados en forma sangrienta. Por supuesto no les advierten a las mujeres o niñas que engañan del terrible “Síndrome postaborto” con el que tendrán que cargar por toda su vida y que no las dejara en paz y ser felices.
La ambición de riqueza, poder y placer que resulta y que provoca la corrupción, con sus consecuentes y terribles males que hemos visto y sentido en carne propia, en la que usan todo para lograr satisfacer supuestamente esa ambición, lleva a la humanidad a una esclavitud real del mal. ¿Qué paso, puesto que usaron el principio de San Ignacio del “tanto-cuanto”? Pues sencillamente que escogieron un fin perverso, que no es el fin para cual fue creado el hombre, que es al que se refiere el insigne caballero de Dios y que dejando “relativismos” a un lado, es al que todo hombre debe tender, que es lograr la felicidad cumpliendo lo que Dios nos prescribió: “amarás a Dios sobre todas las cosas y al próximo como a ti mismo” y que es la esencia de la cultura de la vida y del amor.
El perseguir otros fines egocentristas lleva al mundo a su autodestrucción, tanto de la humanidad como del medio ambiente. La historia nos lo ha demostrado de sobra. ¿Qué fue de la grandeza de la Imperial Rusia de los Zares? El comunismo (socialismo), esclavizo e hizo más pobre a la población, hundiendo la economía del país a tal grado que el régimen cayo y Rusia volvió a ser libre y próspero. España con la Republica Roja (socialista) quebró la economía y gobernó a base de terror, persiguiendo a todo aquel que demostrara su fe, posteriormente con Zapatero hundió nuevamente la estupenda economía del país que logro Franco, provocando junto con la Crisis económica de Grecia causada también por el socialismo, una fuerte Crisis Económica de la Unión Europea con repercusiones mundiales. Cuba se sostuvo por el apoyo de la URRS, que cayendo el Muro de Berlín ya no pudo seguir, entrando al quite Venezuela con su riqueza petrolera, pero que al colapsarse la economía de Venezuela gracias al régimen socialista con Maduro tampoco pudo seguir. Brasil, Argentina, Chile y otras naciones también tuvieron que resentir el efecto de economías quebradas por regímenes socialistas. El socialismo es la ruina de los pueblos, sin embargo a través del populismo (nacido en Sao Paolo Brasil), sigue engañando a los ingenuos, cuya ignorancia les impide aprender de la Historia, “Maestra Magistral”. No permitamos que el Populismo nos lleve a los extremos que sufren los pobres venezolanos.
La cultura de la muerte a través de la ambición desordenada trata de que el hombre no esté satisfecho con lo que tiene, sino que ansíe tener cada vez más, no quedando satisfecho nunca. Es tiempo de hacer despertar a la humanidad, haciéndole ver que:
¡No es más rico el que más tiene, sino aquel que menos necesita!
Y que sólo a través de la cultura de la vida y del amor, cumpliendo el mandato divino de “Amarás al próximo como a ti mismo”, se logrará en lo posible, que no haya nadie que no tenga lo que necesita.
“Donde hay bosques hay agua y aire puro; donde hay agua y aire puro hay vida.”
Por Klaus Feldmann Petersen
Fuente: yoinfluyo.com