¿Qué ocurre cuando finalmente se ha elegido al nuevo Papa?
Proceso de aceptación
Realizada la elección, el último de los Cardenales Diáconos llama al aula de la elección al Secretario del Colegio de los Cardenales y al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias; después, el Cardenal Decano, o el primero de los Cardenales por orden y antigüedad, en nombre de todo el Colegio de los electores, pide el consentimiento del elegido con las siguientes palabras:
“¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?”
El Cónclave se concluirá inmediatamente después de que el nuevo Sumo Pontífice elegido haya dado el consentimiento a su elección.
Y, una vez recibido el consentimiento, le pregunta:
“¿Cómo quieres ser llamado?”
Entonces el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario y teniendo como testigos a dos Ceremonieros, levanta acta de la aceptación del nuevo Pontífice y del nombre que ha tomado.
Proclamación e inicio del nuevo Papado
El nombre del sucesor de Pedro no se revela inmediatamente al mundo.
El elegido que ya haya recibido la ordenación episcopal, es inmediatamente Obispo de la Iglesia romana, verdadero Papa y Cabeza del Colegio Episcopal; quien adquiere de hecho la plena y suprema potestad sobre la Iglesia universal y puede ejercerla.
Técnicamente cualquier varón bautizado y mayor de edad puede ser Papa. Si el elegido no tiene el carácter episcopal, sólo después de que haya sido ordenado Obispo solemnemente (lo cual se realiza inmediatamente) se le rinde homenaje y se da el anuncio.
Los Cardenales electores se acercan para expresar un gesto de respeto y obediencia al neoelegido Sumo Pontífice.
Luego de que el nuevo Papa es felicitado por el resto de los cardenales, es necesario ajustar su vestimenta. El sastre papal tiene listas prendas de todas las tallas, pero deben hacerse retoques de último momento.
A continuación se dan gracias a Dios, y el primero de los Cardenales Diáconos anuncia al pueblo, que está esperando, la elección y el nombre del nuevo Pontífice pronunciando el traidicional ¡Annuntio vobis gaudium magnum… habemus papam! ("Anuncio a ustedes con gran gozo… tenemos Papa").
Luego de pronunciar algunas palabras, el Papa imparte la Bendición Apostólica Urbi et Orbi (para la ciudad y el mundo) desde el balcón de la Basílica Vaticana y así se inicia un nuevo papado.
