Practicar jardinería tiene más beneficios de los que te imaginabas, no solo físicos, sino espirituales. Esto te puede motivar a iniciar tu propio jardín
Si bien la jardinería es un trabajo que requiere esfuerzo, dedicación y paciencia para mantenerlo, también ofrece múltiples beneficios físicos y emocionales, pero además puede ofrecer un enriquecimiento espiritual profundo.
Muchos santos dedicaron tiempo a la jardinería, ya sea cuidando de las flores o sembrando en un huerto y obteniendo los frutos que forman parte de la creación de Dios, mismos que podemos consumir de forma orgánica.
A simple vista, parecería que la jardinería es un trabajo aburrido porque requiere tiempo y dedicación. Sin embargo, es tan importante que existe un patrono para todos los que se dedican a la jardinería. San Fiarco, por ejemplo, fue un monje irlandés que conocía extensamente la herbolaria cultivando plantas medicinales. Por ello vale la alegría compartir los beneficios de cultivar un jardín.
1 Alarga la vida
El autor y explorador Dan Buettner, realizó un estudio que tuvo como finalidad compartir los aspectos que hacen que una persona pueda vivir más y con una buena calidad de vida.
Se identificó que la jardinería es una excelente actividad para mantener el cuerpo activo y en forma, incluso en la vejez, ya que requiere de esfuerzos físicos como agacharse, pararse, hacer fuerza y, claro, dedicación constante para mantener el jardín embellecido.
2 Destreza mental
Practicar jardinería te ayudará a tener una mejor agudeza mental. Según un estudio realizado en el año 2019, es un ejercicio para el cerebro.
Los investigadores analizaron los niveles cerebrales de adultos mayores después de haber creado y cuidado un huerto; observaron un crecimiento de nervios cerebrales, lo cual les permitió tener una mejor destreza mental.
3 Oración profunda
Existen distintos tipos de oración, uno de ellos es por medio de la contemplación, la cual podemos practicar al admirar la belleza de un jardín, con sus colores y aromas tan característicos.
Además, podrás sentirte más relajado y, si lo prefieres, también puedes hacer oración mientras siembras o podas. El momento de regar también puede ser un momento para charlar con Dios.
5 Alivia el estrés y fortalece al espíritu
Además de ser una actividad relajante, te ayudará a reducir la tensión y el estrés, pues la jardinería permite que te enfoques en una sola cosa: cultivar y cuidar de tus plantas y flores.
La NASA descubrió que cuando los astronautas que se encuentran en el espacio cuidan de las semillas que plantaron en pequeñas macetas antes de comenzar su misión en el espacio mejoran su estado de ánimo y alivian el estrés.
6 Cultiva paciencia y florece gratitud
Como hemos visto, la jardinería implica esfuerzo y dedicación, por lo que te ayuda a sembrar la virtud de la paciencia.
Por otro lado, la jardinería nos recuerda que, si somos pacientes y constantes en la oración, Dios siempre nos dará frutos.
Cuando vemos crecer una semilla, que da como fruto algún alimento, experimentamos gratitud al poder comerlo; de la misma manera, nos recuerda agradecer a Dios, incluso por las cosas pequeñas.
7 Buena coordinación y fuerza
Finalmente, la jardinería es una excelente manera de fortalecer tus músculos, además, desarrollas tu coordinación y habilidad en las manos para sostener cosas y tratar con delicadeza a las plantas.
No importa si tienes un jardín pequeño o grande -o un conjunto de macetas dentro de tu casa – lo importante es animarte a crear tu propio huerto en casa y disfrutar de sus beneficios físicos y espirituales.
Karen Hutch
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