En una reunión familiar discutíamos sobre el famoso choque generacional, abordamos temas que los jóvenes consideran propios, y sorpresivamente los adultos nos dimos cuenta que aun en contextos diferentes, algunas de esas cosas siguen siendo iguales. El ejercicio se volvió interesante y poco a poco surgieron tópicos que son distintos y frente a los cuales esta generación necesita construir sus propias respuestas.
Las diferencias evidentes que tienen que ver con la tecnología y la comunicación se pueden resumir en la frase: «La tecnología nos aleja acercándonos», resonancia de la disociaciones entre sujeto, tiempo y espacio que a lo largo de la historia se ha manifestando y que ahora en lo que muchos ubican como posmodernidad, se presenta como una separación absoluta de categorías que puede llevar a una desintegración del mismo sujeto.
Originalmente la comunicación se daba solo de manera personal, donde sujeto, tiempo y espacio coincidían, posteriormente se generaron señales para comunicarse a distancia, como las hogueras, las señales de humo o las trompetas, solo se separaba el sujeto y el espacio con ciertas limitaciones de alcance visual o sonoro, relativamente el tiempo se mantenía constante, posteriormente, la comunicación a través de mensajes, o cartas, disociaba el tiempo, ya que la comunicación tardaba en efectuarse, y así, el sujeto, el espacio y el tiempo estaban separados.
Años después la tecnología avanzó en la integración de las dimensiones del sujeto: mensaje, voz, e imagen; el telégrafo permitía aumentar el rango de espacio de comunicación, y cuando el teléfono se empezó a utilizar, una parte del sujeto se hacía presente mas allá de la escritura, ya que a distancia y en el mismo tiempo se podía percibir la voz. Y así podemos seguir con otras herramientas: la fotografía, el cine, y la televisión, que fueron integrando paulatinamente la imagen y la voz de los sujetos, en tiempos variables y a distancias prácticamente ilimitadas.
Hoy a través de internet y múltiples herramientas tenemos realidades virtuales que van mas allá de los elementos objetivos del sujeto y que permiten modificaciones a la imagen, la voz y por supuesto a las ideas de los individuos hasta convertirlos en otros, y curiosamente estas potencialidades tecnológicas que anulan distancias y tiempo a nivel global, también pueden desaparecer las interacciones personales, reduciéndolas al mínimo indispensable.
Por ejemplo en la reunión que inició la conversación, de manera casi imperceptible todos hacíamos cosas distintas interactuando con otras personas fuera de la habitación a través de celulares, videos, y computadoras. Y en un momento, se convirtieron la música y las cámaras en facilitadores, para que jóvenes y adultos nos integramos alrededor del baile de distintas épocas.
Cada generación se adapta a las herramientas tecnológicas que cambian los patrones de interacción, el reto como siempre es evitar que estas se conviertan en condicionador y administrador de las relaciones, en lugar de un facilitador de las mismas. En realidad siempre es un proceso interactivo que genera modificaciones mutuas. Las nuevas tecnologías crean nuevas probabilidades de participación política, social y económica que van definiendo las características de cada época.
Lo que se mantiene siempre es la necesidad de felicidad, la necesidad de complementarse al vivir en sociedad, aunque las maneras se vean modificadas por la velocidad, la cantidad y la calidad de los instrumentos, las diferencias de forma y contexto abren nuevas posibilidades a cada generación, pero siempre con la oportunidad de armonizarse y complementarse intergeneracionalmente, no hay que enfatizar el choque generacional sino la complementariedad, las diferencias existen pero conviven con el amor, la solidaridad, y la búsqueda de felicidad; que son semillas de eternidad.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).