En un colegio estaban preparando las Primeras Comuniones. Había un niño que sufría un pequeño retraso mental, y, aunque él y su familia estaban empeñados en que el niño hiciera la Primera Comunión, el capellán del colegio no las tenía todas consigo.
Un día llamó al niño y lo llevó al oratorio. Sacó del bolsillo un crucifijo y preguntó al niño: "Éste, ¿quién es?". "Jesús", contestó el niño.
Entonces señaló el Sagrario y volvió a preguntar: "Y, entonces, ése de ahí, ¿quién es?". "También Jesús", contestó el niño sin dudar.
"¿Jesús, ahí y aquí…? Pues explícame cómo puede ser que Jesús esté a la vez aquí y ahí".
"Es muy fácil –explicó el niño-: Aquí (en el crucifijo), parece que está, pero en realidad no está. Ahí (en el Sagrario), parece que no está, pero sí que está".
Ni que decir tiene que aquel chaval hizo la Primera Comunión con sus compañeros de curso.