Lo mismo que un carpintero se sirve de la sierra para hacer la mesa. Los padres son meros instrumentos de Dios. Ellos no saben si el hijo será listo o tonto, alto o bajo, sano o enfermo.
Normalmente, más que hacer las cosas directamente, Dios hace que se hagan
La expresión «al principio» no sugiere que el mundo, tal como hoy lo vemos, haya salido entero de Dios en un momento dado. No hay ningún reparo en admitir una lenta evolución de los seres en su aparición, y progreso constante hacia formas cada vez más perfectas. Lo que se afirma es que el comienzo de todo, el arranque inicial, está en Dios. Ese momento en que se paso del no existir nada de lo que vemos, al primer existir de las cosas es lo que llamamos creación. La idea de creación tiene un matiz muy preciso que la distingue de los similares de «producción» o «construcción». Es un hacer absolutamente nuevo y original, un partir de cero, en el que no se presupone nada preexistente, sino es el Hacedor mismo. No hay materia previa, no hay instrumentos, solo existe la posibilidad pura. Sobre esta posibilidad se vuelca el acto amoroso de Dios, que decide sacar a la luz este mundo. La evolución subsiguiente también es obra de Dios. Con esta diferencia: en su primer momento todo es creación; en los momentos posteriores es un desarrollo, un despliegue de la creación inicial .
Además de este mundo visible, hay también un mundo invisible al que se extiende igualmente la acción creadora de Dios, como profesamos en el Credo. En el «Credo del Pueblo de Dios» de Pablo VI se precisa explícitamente que bajo el nombre de cosas invisibles han de entenderse los espíritus puros que reciben también el nombre de ángeles confirmando la interpretación tradicional.
El Concilio Vaticano I hablo de los dos ordenes de criaturas, corporal y espiritual, como equivalentes a mundo y ángeles. Jesús menciona a los ángeles como seres reales y activos. Por eso la existencia de los ángeles es dogma de fe(151). La existencia de los ángeles está testimoniada por innumerables pasajes de la Sagrada Escritura, si bien es poco lo que se conoce de sus funciones y naturaleza. Son «mensajeros» de Dios en momentos extraordinarios de la Historia de la Salvación. Conocemos algunos nombres relacionados con la función para la que son elegidos, como los de Miguel, Rafael, Gabriel. Se da por entendido que son muchísimos en numero, distribuidos en jerarquías. Al principio fueron sometidos a una prueba. Algunos sucumbieron por haberse declarado en rebeldía contra Dios: son los demonios que fueron condenados al infierno. Desde entonces su existencia parece concentrarse en odiar a Dios y en tentar a los hombres. Entre los ángeles buenos, está el llamado » Angel de la Guarda», que Dios da a cada hombre en este mundo para conducirle por el camino del bien. Dice la Biblia: «Dios te ha encomendado a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos»(152). En el Evangelio(153) encontramos este testimonio: Dijo Jesús: «mirad que no despreciéis a uno de estos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la cara de mi Padre».
Dice Sertillanges que la obra maestra de Satanás ha sido hacer creer a los hombres que él no existe . La existencia de Satanás es dogma de fe . Está definido en el Concilio Lateranense IV(154). Así lo ha confirmado recientemente la Iglesia La Biblia dice que Dios creo los ángeles y que algunos pecaron y fueron condenados para siempre(155): éstos son los demonios. Los demonios son ángeles caídos . El demonio es un ser inteligente, no humano, que induce a los hombres al mal . Pero al demonio se le puede vencer con la ayuda de Dios. Al demonio se le pinta con cuernos y con rabo; pero ya se comprende que el diablo ni tiene cuernos ni rabo, pues es espíritu. Se le representa así para expresar que es un espíritu malo. En la Biblia parece clara la existencia del demonio en la tentación de Eva , en las pruebas de Job , etc.; y sobre todo en el Evangelio.
Cristo para rechazar a Pedro que le proponía huir de la cruz le dice: «Apártate de mí, Satanás»(156). Es decir, Cristo supone que Satanás es alguien. Si no, ese modo de hablar no tendría sentido. El demonio es persona(157). Así lo considera Cristo pues supone que tiene deseos: le dice a Pedro que «Satanás quiere cribaros como al trigo»(158). Y San Pedro llama a Satanás nuestro adversario y afirma que anda buscando el modo de hacernos daño. En otra ocasión Cristo afirma que él expulsa al demonio(159). «No se puede eliminar de la Biblia la existencia del demonio, como ser personal, sin alterar el mensaje cristiano en su misma esencia(160). D. Salvador Muñoz Iglesias, Profesor de Sagrada Escritura en el Seminario de Madrid, en el espacio de Televisión «El pulso de la fe», dijo: «Quien niegue la existencia real de Satanás tiene que admitir que Cristo o se equivoco o nos engaño. Si un cristiano no puede admitir ninguna de estas dos cosas, tendrá que aceptar la existencia real de Satanás». Si hay algo claro en una lectura de las páginas del Nuevo Testamento, es que para Jesús y los Apóstoles, el demonio es una realidad, una realidad viva; y no una simple figuración o un fantasma. El demonio es «el tentador que busca nuestra desgracia y quiere cerrarnos las puertas del cielo»(161). El demonio nos tienta porque nos tiene envidia, pues siendo la naturaleza humana inferior a la angélica, nosotros podemos salvarnos y él no. Por eso quiere impedir nuestra salvación eterna . En el Nuevo Testamento se habla del demonio más de cien veces.
Nos interesa muchísimo conocer cuándo fue creado el mundo, en qué época apareció el hombre, cuál fue la cuna de la Humanidad; pero de nada de esto nos habla la Biblia, pues no es un libro científico sino religioso, y lo unico que le interesa decirnos es que el mundo es obra de Dios, y que Dios intervino de modo especial en la creación del hombre.
El P. Antonio Romañá, S.I. , en el discurso pronunciado al ser admitido en la Real Academia de Ciencias de Madrid, cita esta frase de San Agustín : Dios en la Biblia no nos ha querido enseñar como va el cielo, sino como se va al cielo. La Sagrada Escritura no tiene como fin fundamental comunicar enseñanzas sobre ciencias profanas, sino guiar a los hombres hacia su salvación eterna . Con todo, los descubrimientos arqueológicos confirman los relatos bíblicos. Kenyon que fue director del Museo Británico de Londres, señala que la investigación arqueológica moderna ha corroborado la verdad de las Escrituras. Puedo afirmar categóricamente que jamás hallazgo arqueológico alguno ha desmentido una referencia bíblica. Docenas y docenas de descubrimientos arqueológicos realizados han venido a confirmar asertos históricos de la Biblia(162). En 1957 el Profesor de la Universidad Complutense, Alejandro Díez-Macho , descubrió en la Biblioteca Vaticana el Codex Neophyti I, que es un manuscrito del Pentateuco bíblico en arameo, que era la lengua que se utilizaba en tiempos de Jesús . Este manuscrito ha sido editado en cinco tomos por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
La Biblia nos cuenta en el Libro del Génesis como creo Dios el mundo.Pero nuestro modo de hablar, moderno y occidental es distinto del de la Biblia, primitivo y oriental, al que se acomodo Dios en sus revelaciones. La Biblia se expresa en un estilo sencillo y figurativo, adaptado a la mentalidad de aquel tiempo. El teólogo tiene que distinguir el contenido del mensaje revelado, del contexto en el que ha sido expresado. Hay que tener en cuenta que la Biblia lo que pretende es transmitir una enseñanza religiosa. Su misión no es enseñar ciencia ni historia. La Biblia no se propuso ninguna finalidad científica. Por lo mismo, tampoco nosotros debemos buscar en la Biblia solución científica a los problemas que plantea la ciencia moderna . En el modo de hablar se acomoda al modo de pensar y expresarse del pueblo al que se dirigía. No es lo mismo decir una cosa, que afirmarla. Al decirla, me acomodo al modo de hablar. Al afirmarla, la quiero enseñar. Cuando a un niño se le dice que la cigüeña le ha traído un hermanito (aunque este modo de hablar no sea recomendable como lo digo en el n 66 ,4) no se afirma que sea ése el modo de nacer de los niños; se emplea un modo de hablar metafórico y figurativo, erróneo y equivocado, pero el que lo emplea lo considera el más adecuado para hacerse entender.
No puede haber contradicción entre Ciencia y Fe, pues las dos vienen de Dios. En efecto, Ciencia es el conocimiento de las leyes que Dios ha puesto en la Naturaleza, y Fe el conocimiento de las verdades religiosas que Dios ha revelado. Con todo hay que tener en cuenta, que la Ciencia mira la creación desde el punto de vista de las causas naturales, y por ello se interesa directamente de su desarrollo en el tiempo y del orden exacto de ese desarrollo. La Biblia, en cambio, mira la creación desde el punto de vista de Dios como Causa Primera y Universal; por eso no atiende en su narración al desarrollo temporal objetivo, sino que toda ella está atenta a la afirmación de la causalidad divina en cada uno de los elementos de la creación. Y en cuanto al orden y duración del proceso creativo escogió un modo de hablar que se acomoda a lo que aparentemente tenía lugar en el cielo -tal como se contemplaría desde la Tierra-, y a una verdad que tiene sumo empeño en inculcar: la sabiduría divina en crear, que se muestra en proceder en orden ascendente, es decir, de lo más imperfecto a lo más perfecto; aunque la valoración la haga conforme a las apariencias sensibles y al modo corriente de hablar sobre estas cosas en su época.
Lo más importante en la Biblia es el mensaje que quiere enseñar, y no el modo de hablar que usa para enseñarla
Hay que tener en cuenta que su lenguaje es sencillo y popular.
Acomodado al pueblo al que se dirigía. Por eso, el orden que sigue en sus primeros capítulos, como en no pocos otros, no es precisamente el cronológico, sino un determinado orden lógico, y viendo las cosas desde la Tierra.
Habla de un modo popular, según las apariencias, no según los principios científicos . Por eso dice que el murciélago es un ave(163), y es un mamífero; y que el Sol da vueltas alrededor de la Tierra, pues Josué mando detenerse al Sol: … «y el Sol se paro en medio del cielo»(164). También hoy en día, incluso en los libros científicos se dice que el Sol sale y el Sol se pone; como si fuera el Sol quien da vueltas alrededor de la Tierra. Y todos sabemos que el Sol, ni sale ni se pone, sino que es la Tierra la que, en su rotación, presenta a los rayos solares diversas partes de su superficie. Es que hablamos de las cosas del cielo tal como se ven desde aquí; y aunque este modo de hablar no es exacto ni científico, todos entendemos lo que queremos decir. Igualmente, cuando en el primer capítulo del Génesis emplea la palabra día al relatar la creación del mundo, no hay que entenderla como un día de veinticuatro horas, sino como un espacio de tiempo.
El hablar de los seis días de la creación tiene un fundamento litúrgico: inculcar el descanso sabático
Presenta a Dios antropológicamente, trabajando seis días y descansando el séptimo.
En lo que enseña la Biblia no cabe error alguno , pues es un libro inspirado por Dios ; pero la inerrancia aneja a cada uno de sus libros es la que cuadra con el género literario a que pertenece.
Cada género literario en la Biblia tiene su tipo de verdad. Como en un periódico una es la verdad de un artículo editorial, otra es la verdad de la noticia de una agencia, y otra la verdad del lenguaje hiperbólico de un anuncio: Mejores no hay , Superior al mejor , etc.
Así, una es la verdad propia de la parábola, en la cual solo se pretende enseñar una verdad sin afirmar cada uno de los elementos ornamentales que la hacen pedagógica; otra la verdad de un canto lírico que, en lo concerniente a su sentido y realidad, debe ser juzgado conforme a las leyes de la lírica; otra la verdad de un relato. En éstos puede su autor querer afirmar la realidad histórica de lo que narra, tanto en lo substancial como en los pormenores. Pero puede también afirmar solo la substancia del hecho, sin privarse, por motivos pedagógicos y artísticos (la Historia entre los antiguos tenía no poco de arte), de añadir a lo substancial otros elementos cuya realidad histórica no asegura.
Hay que tener en cuenta que en una mentalidad oriental no es faltar a la verdad ampliar la narración con la adición de detalles no históricos en sí mismos, pero que contribuyen a poner de relieve el suceso central que se trata de transmitir. Distinguir entre la base histórica y los detalles ornamentales no es tarea que pueda realizar cualquier particular, sino personas preparadas para ello con doble preparación científica y teológica. La Biblia es un libro que se debe a la acción conjunta e indivisible de Dios y del hombre, su instrumento, a quien Dios comunico su inspiración. Su realidad divina exige, para interpretarla, preparación teológica; y su realidad humana, preparación científica: entre estas dos no puede haber verdadero conflicto si se ejercitan con lealtad y rigor intelectual.
La interpretación de la Biblia no es un quehacer que haya que forjarse a base únicamente de ciencia y competencia, sino ante todo mediante la adhesión a la fe y la aceptación humilde de la palabra de Dios. De aquí que su lectura suponga una cierta preparación religiosa, bien distinta del mero espíritu de crítica o curiosidad. Por encima de las interpretaciones particulares está el juicio de la Iglesia, a la que Cristo confío la inteligencia del verdadero significado de los libros santos, conservado por los Santos Padres, y transmitido por la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
La recta interpretación de los pasajes de la Biblia pertenece a la autoridad de la Iglesia, que es la que ha recibido de Cristo la misión de enseñar. Los individuos particulares pueden equivocarse al interpretar algunos pasajes oscuros. De ahí la multitud de interpretaciones equivocadas y opuestas entre sí de los protestantes, que admiten la libre interpretación personal… Ya dijo San Pedro que en la Biblia hay pasajes difíciles de entender(165).
«El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida, ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo»(166).
En los Evangelios, por debajo de los relatos en que se narran los hechos reales de Jesús , en sentido oculto, en segundo nivel, como en un código secreto, suele haber un contenido teológico encerrado en esos relatos . Por ejemplo: la multiplicación de los panes representa la Eucaristía; las Bodas de Caná, la mediación de María, etc.
«Para comprender exactamente lo que el autor propone en sus escritos hay que tener en cuenta el modo de pensar, de expresarse, de narrar, que se usaba en los tiempos del escritor, y también las expresiones que entonces se usaban en la conversación ordinaria»(167).
Cada lengua tiene su modo de hablar. Un español dice me duele la cabeza , y un francés tiene mal en la cabeza; un español se bebe un vaso de cerveza y un alemán, la cerveza que sale de un vaso.
Aun admitiendo los géneros literarios no podemos negar que los Evangelios relatan hechos reales. «No se puede decir que hayan falseado la Historia o la hayan inventado»(168).
Cada versículo de la Escritura nos obliga a conocer el medio cultural en que se desenvuelve el autor
Los recientes hallazgos de las Ciencias Auxiliares de la exégesis nos han proporcionado un conocimiento más profundo del mundo bíblico. Este conjunto de conocimientos auxiliares no es, sin embargo, lo esencial en la lectura e interpretación de la Biblia. Ante todo, es preciso tener siempre en cuenta que la mejor manera de entender la Palabra de Dios es explicar la Biblia por la Biblia: una enseñanza que tal vez se encuentra expuesta en un pasaje de modo fragmentario, incompleto, encuentra frecuentemente su complemento y su equilibrio gracias a otros textos más claros, más desarrollados y coherentes. Y junto con el recurso al mismo texto sagrado, es menester prestar atención a las interpretaciones de los Santos Padres de la Iglesia. Estos santos vivieron en condiciones humanas, sociales, religiosas, etc., muy semejantes a las del mundo del Evangelio y poseyeron también un sentido cristiano más agudo y más puro que el nuestro.
La Iglesia reconoce como sagrados todos los libros de la Biblia porque «habiendo sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tuvieron a Dios como Autor, pues los autores inspirados escribieron todo y solo lo que Dios quería. Por eso hay que confesar que los libros de la Escritura enseñan firmemente con fidelidad y sin error la verdad que Dios quiso consignar en las Sagradas Escrituras para nuestra salvación»(169). La Biblia es el Libro de Dios . Aun cuando las diversas partes que la componen hayan sido redactadas por distintos autores, Dios es el Autor principal de toda ella . La lista de los libros inspirados está en el canon que de ellos ha publicado la Iglesia .
La inspiración divina es un influjo sobrenatural de Dios sobre la razón y la voluntad del escritor sagrado en la redacción de los escritos bíblicos. El autor inspirado es el instrumento de Dios, pero dotado de razón: tiene características personales. La inspiración, ese soplo divino , respeta la libertad y el modo de expresarse propio de cada autor sagrado, que conservando su personalidad realiza un trabajo de reflexión y de redacción para comunicar lo que Dios desea que escriba.
A pesar de la inspiración de Dios, cada autor deja su sello personal en el escrito . Lo mismo que el trazo de un escrito varía según se haga con pluma, bolígrafo o rotulador: pero la idea siempre es del autor. De este modo, por encima de las diferencias literarias existentes entre los diversos libros sagrados, Dios continua siendo su Autor. La Biblia, es un libro divino.
«El Espíritu Santo dicto lo que quería que se escribiera. Fue un dictado interno y silencioso. El escritor redactaría según su estilo de expresión propio. Incluso sin percatarse de estar escribiendo bajo la influencia de la divina inspiración. Sin embargo, el Espíritu Santo quería cada rasgo de su pluma»(170).
Los Testigos de Jehová se sirven de la ignorancia de los oyentes para tergiversar las Fuentes de la Revelación. Tienen su propia traducción de la Biblia: «New World Traslation». El texto de esta traducción difiere de un modo radical de las demás versiones cristianas, tanto católicas como protestantes. Sacan conclusiones teológicas diametralmente opuestas a las del cristianismo tradicional.
Esta traducción ha recibido la repulsa unánime de todos los exégetas, incluso protestantes. Este volumen es una prueba clara de como no debe hacerse una traducción , dice H.H. Rowley. Y A. Hoekema: «No es una versión objetiva del texto sagrado, sino una obra llena de prejuicios que han metido de contrabando en el texto de la Biblia»(171). En el libro «Proceso a la Biblia de los Testigos de Jehová» escrito por el pastor protestante Danyans se dice en la presentación: «Los Testigos de Jehová han torcido las Escrituras y han puesto en circulación una Biblia falseada y adaptada a sus prejuicios… ésta es una Biblia sectaria, y como tal es la negación misma del espíritu bíblico genuino»(172).
«Ante este cumulo de arbitrariedades rayanas en el sacrilegio, por tratarse de la Palabra de Dios, no queda sino esta disyuntiva: los traductores de la Biblia de los Testigos han fallado en su cometido por ignorancia o por malicia. Si no sabían griego y la tradujeron así, pecaron por ignorancia: nunca debieron meterse a traductores de la Biblia. Si, en cambio, sabían muy bien el griego y tradujeron mal, entonces pecaron contra la luz. No es extraño, por tanto, que esta traducción haya merecido las más severas críticas»(173).
Por eso la Iglesia Católica quiere que las traducciones de la Biblia se publiquen con censura eclesiástica, para asegurar al lector la fidelidad de la traducción.
(151) – MICHAEL SCHMAUS: Teología dogmática, nº 118. Ed. Rialp. Madrid.
(152) – Salmo 91:11
(153) – Evangelio de SAN MATEO, 18:10
(154) – DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, n.428. Ed. Herder. Barcelona.
(155) – Segunda Carta de SAN PEDRO, 2:4; San Judas, 6
(156) – Evangelio de SAN MATEO, 16:23
(157) – Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº.2851
(158) – Evangelio de SAN LUCAS, 22:31
(159) – Evangelio de SAN MATEO, 12:29
(160) – MONDEN: El milagro, signo de salud, pg. 127. Barcelona
(161) – Conferencia Episcopal Alemana: Catecismo Católico para Adultos, 1º, III, 2. Ed. BAC. Madrid.
(162) – Sir FREDERIK KENYON: The Biblie and Arqueology, pg. 279. New York.
(163) – Levítico, 11:19
(164) – JOSUÉ, 10:13
(165) – Segunda carta de SAN PEDRO, 3:16.
(166) – CONCILIO VATICANO II: Dei Verbum: Constitución Dogmática sobre la Divina Revelacion, 10
(167) – Concilio Vaticano II: Dei Verbum: Constitución Dogmática sobre la Divina Revelacion, n. 12
(168) – SALVADOR MUÑOZ IGLESIAS: Los evangelios de la infancia, tomo IV, Epílogo. Ed. BAC.
(169) – Concilio Vaticano II: Dei Verbum: Constitución Dogmática sobre la Divina Revelacion, n.11
(170) – LEO J. TRESE: La fe explicada, I, 3. Ed Rialp. Madrid, 198. Sexta edicion.
(171) – PRUDENCIO DAMBORIENA, S.I.: Revista Iglesia-Mundo. Documentación nº8(12,XI,71).
(172) – .E. DANYANS: Proceso a la Biblia de los Testigos de Jehová. Ed. Clie. Barcelona, 1971.
(173) – AGUSTÍN PANERO, Redentorista: NO a los Testigos de Jehová, II,8. Ed. Perpetuo Socorro. Madrid, 1973. Estupendo folleto, que en su brevedad, expone y refuta muy bien los errores de los Testigos de Jehová.
no es lo que busco
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