Y es de este momento cuando aflora la queja del Señor sobre aquellas aldeas donde había estado tanto tiempo en Galilea que fueron testigos de tantos milagros y, en cambio se resisten a la conversión y no han querido reconocerle.
"Entonces se puso a reprochar a las ciudades donde se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido: ¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que han sido hechos en vosotras, hace tiempo que habrían hecho penitencia en saco y ceniza. En verdad os digo que para Tiro y Sidón habrá menos rigor en el día del Juicio que para vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿te vas a alzar hasta el cielo? ¡Hasta el infierno vas a descender! Porque si en Sodoma se hubiesen realizado los milagros que se han obrado en ti, subsistiría hasta hoy. En verdad os digo que para la tierra de Sodoma habrá menos rigor en el día del Juicio que para ti"(Mt).
Son palabras duras, pues Sodoma fue castigada a desaparecer bajo una lluvia de fuego, luego los pecados de estas ciudades son peores. Y Jesús les hace responsables de su falta de fe después de los muchos signos que han recibido. La amenaza de castigo es señal de justicia pues han rechazado la misericordia. El ambiente es tenso, aunque continúe aumentando el número de los que creen en Jesús.
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Reproducido con permiso del Autor,
Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias
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