El amor en el matrimonio

¿Qué papel juega el amor dentro del matrimonio? La clave del éxito matrimonial.

A mi me encanta la figura del Papa actual Juan Pablo II. En su encíclica “VERITATIS SPLENDOR” sobre la moralidad de los actos humanos dirigida a los católicos y a toda la humanidad, empieza diciendo que “ El esplendor de la verdad brilla en todas las obras del Creador y, de modo particular, en el hombre creado a imagen y semejanza de Dios, pues la verdad ilumina la inteligencia y modela la libertad del hombre, ya que el poder de decidir sobre el bien o el mal no pertenece al hombre sino a Dios. Inteligencia iluminada por la ley natural que “no es otra cosa que la luz de la inteligencia infundida en nosotros por Dios. Gracias a ella conocemos lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. Dios ha donado esta luz y esta ley en la creación.” (Definición de ley natural de Sto Tomás de Aquino).

Vamos a dejar durante toda la charla este concepto contenido en la Encíclica y sacado del GÉNESIS: brilla especialmente en el hombre hecho a imagen y semejanza de Dios…

Cuando a Dios se le ocurre crear al hombre, lo deja solo en el Paraíso y estaría vagando, cansado y aburrido de tantas cosas buenas y llegaría un momento en que se dormiría y cuando nuestro Padre Dios Creador le vio en esa situación pensaría “esto no puede seguir así”.. sacó la costilla e hizo la mujer.. creó la historia, porque el hombre unido a la mujer creó una familia, se pone a trabajar… la aventura de la manzana que nos permite esforzarnos sino sería la beatitud desde el principio hasta el final. Lo bonito de la creación es que cuando Dios crea a Eva lo hace en igualdad de condiciones: igual a.. igualmente amada por si misma, por Dios, acto de amor y para que sea compañera de Adán. Es un regalo que Dios da a Adán: Te doy una mujer, no otra cosa. La mujer el regado del hombre. Adan cuando despierta se queda asombrado, admirado.. Ah! esta si que es carne de mi carne y hueso de mi hueso.. esta es igual a mi, con esta sí puedo hablar.. comunicación.

Adán la coge, la recibe como lo que es, como un regalo y cuando a una cosa, a una persona se la ve, se la acoge como un regalo SE LA ESTA VALORANDO, se la está aupando y Eva que siente esta admiración hace suyo el don de Dios y ella responde a la acogida de Adán YO QUIERO SER TU REGADO. Es un modelo de amor humano: Adán ama a Eva y Eva ama a Adán y antes Dios amó a Adán y a Eva.

Lo primero en el AMOR es la DONACIÓN, la salida de sí, lo segundo la espera de que tú me des tambien, te me des tambien. Es el dialogo del amor que empieza por dar y sigue por recibir pero no a la inversa. Si se hace a la inversa ocurre como a los malversadores, los defraudadores que pasan al cobro letras sin haber hecho previamente provisión de fondos.

Esta es la raíz del amor. El primer amor humano fue en la historia un amor conyugal: está en la raíz del amor humano.

Amor CONYUGAL: está presente en el GÉNESIS, en la creación del Genero Humano, en la creación del primer hombre y que Dios eligió como modelo para simbolizar la unión de Cristo con la Iglesia. Un amor ESPONSAL y que los hombres eligiéremos como modelo para expresar la intimidad del hombre con Dios: Así las bodas místicas, el cántico del esposo de San Juan de la Cruz.

Semejanza del amor conyugal con el amor de Dios:

Un ser espiritual tiene dos operaciones: conocer y querer. La 1ª operación vital de Dios es el acto del conocimiento: por este acto Dios produce un concepto perfecto de lo que El conoce perfectamente, es decir de El mismo. El acto de la voluntad produce en el que quiere una nueva realidad y en Dios la 3ª Persona: el amor, los frutos del Espiritu Santo. Dios se reconoce en el Hijo y del amor del Padre y del Hijo procede el Espíritu Santo.

Pues en el hombre, cuando Adán ve a Eva: esta si que es… se reconoce a si mismo y del acto de amor del hombre y la mujer nacen los hijos, los frutos.

Matrimonio= Munus matris= don de la madre, pero en realidad viene a significar que en esa conjunctio de los esposos, es el quehacer fundamental de la mujer como madre, como cuidado de los hijos, del marido, de la casa…

Hay dos expresiones, dos conceptos en el texto bíblico que van a marcar desde el momento inicial a la primera pareja:

Que no estén solos…comunicación

Creced y multiplicaos… procreación, apertura a la vida

Podríamos decir que es como la estructura de lo que Dios nos dejó explícitamente instruido. Sin embargo nada nos ordenó sobre si esa unión debería ser permanente o podría variar a gusto del consumidor. El Creador se calla por una razón muy sencilla y es que en aquel momento ni Adán ni Eva tenían posibilidad de elegir y no es costumbre descubrir problemas en circunstancias en que aún no existen y parece que tampoco se vislumbran.

Matrimonio= Munus matris= don de la madre, pero en realidad viene a significar que en esa conjunctio de los esposos, es el quehacer fundamental de la mujer como madre, como cuidado de los hijos, del marido , de la casa…

Se me ha ocurrido pensar, para empezar, en algo que ya es muy conocido de todos: el principio. A veces cuando a uno le dicen, por donde empezamos? Y se queda sin saber qué responder. Pues una vez más ese por donde va a ser de nuevo el principio. Vamos a echar un vistazo a los orígenes.

Si hojeamos la Biblia nos encontramos con expresiones o situaciones que nos pueden hasta sorprender y éso es verdad porque gran parte de su contenido se recibió por tradicción, es decir, de viva voz, (que ésto significa tradicción: del verbo latino trado, entregar) hasta que alguien, no recuerdo quien, se puso a escribir y lo hizo con el mismo criterio y para las mismas personas en que se venía haciendo oralmente: para el pueblo de Israel, que eran nómadas, gitanos.

Y así para entender una gran parte de su contenido se necesita de téc-nicos, exégetas para que nos expliquen qué es lo que quieren decir determinados textos, teniendo en cuenta la idiosincrasia del pueblo que lo recibía y, por supuesto, el ambiente social.

Pues bien hay un pasaje en el Génesis que nos habla de la Creación y nos cuenta como Dios va creando las cosas y a medida que va apareciendo la obra creada, como si Dios no tuviese bastante consigo mismo, se va como deleitando de lo que van viendo sus ojos y da la impresión de como si Dios cambiase de expresión a medida que se le aparecen las cosas: “y vió Dios que era bueno”, dice el autor sagrado y así se va repitiendo en cada escena de la creación hasta que llega al hombre,a quien crea a su imagen y semejanza, dotandole de inteligencia, un chispazo de la inteligencia divina: de ahí nuestra soberbia, de ahí la soberbia de los angeles que son más inteligentes que el hombre: quien como Lucifer / quien como Dios (Referencia igualmente al MAGNIFICAT: “Quia respexit humilitatem”… y está ante el Trono de Dios “ut loquaris pro nobis bona”. A su vez le dota de libertad, poder de tomar decisiones, para que se gobierne a su libre albedrío. Y, llegado este momento, retomamos el estribillo: y vio Dios que bueno…¡Pues no! No es bueno que el varón esté solo, vamos a darle una compañera. (He hecho esta introduc-ción para tener como un plano de guía, para saber las características iniciales de aquello de que vamos a tratar). Llegado a este punto, podríamos decir que este es el motivo de encontrarnos aquí: el que Dios en su plan de la creación decidiese que el hombre y la mujer no estuviesen solos, que fuesen el uno para el otro. El misterio de la razón de ser el hombre y la mujer, como pareja: capaces de establecer relaciones sociales y cooperadores de Dios en la creación del genero humano, de tal forma que a partir de ese momento, Dios se ha atado las manos a la voluntad del hombre para el nacimiento futuro de nuestros congéneres.

A mi me resulta chocante el comprobar que cuando se acaba la creación del hombre y la mujer, el autor sagrado no repite “y vio Dios que bueno”. Da la impresión de que llegado a esta fase de la creación y ha-biendo dotado a los seres humanos de inteligencia y libertad pospusiera el juicio de lo bueno o malo en cuanto a la creación del hombre para el final de los tiempos y en función de lo que el genero humano fuese a conseguir, así queda abierto un paréntesis que se cerrará individual-mente arrancándole a Dios el “qué bueno” si al final nuestro quehacer se ha adaptado al plan de Dios.

Como es este proyecto divino? Se trata de una pareja con posibilidad de desparejarse y volverse a emparejar según su libre albedrío y capricho o por el contrario es para un hombre y una mujer concreta para que se desarrollen como tales en esa unión durante toda la vida?

El texto sagrado nada nos dice al respecto pero da la impresión de que ese proyecto de Dios está como gravado en la propia naturaleza, pues no tenemos más que fijarnos en otras culturas no cristianas para ver con que respeto, veneración y misterio sienten hacia el matrimonio y por otra parte con qué solemnidad lo celebran y festejan.

Pero aunque el texto bíblico no desarrolla expresamente el proyecto de Dios, el comportamiento de la sociedad refleja lo que se transmite en esa tradición y que en el recorrer de la historia y depués de muchos siglos lo vamos a tener perfectamente explicitado en el N. Testamento por voca de San Marcos (10,1-12) y San Mateo (19,1-9): Le preguntan los fariseos al Señor, para tentarle, si le está permitido al marido repu-diar a su mujer. Jesucristo no les responde, les devuelve la pregunta:

Qué os mandó Moisés? Moisés permitió prescribir el libelo de repudio, contestaron. Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió Moisés este precepto, pero al principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra….de manera que ya no son dos, sino una sola carne, etc…el texto es bien conocido.

Por consiguiente el tema ha quedado perfectamente definido: ese hombre es para ésa mujer y esa mujer es para ése hombre. No es algo que se ha inventado Jesucristo, que se haya sacado de la manga, aunque podía haberlo hecho perfectamente pues es la Segunda Persona de la Santisima Trinidad hecha Hombre, es decir Dios mismo; NO! se limita a restaurar en toda su pureza la indisolubilidad original del matrimonio como institución natural de origen divino, REPITO, institución natural de origen divino, no de origen eclesiastico o de cualquier otro derecho positivo. Lo que quiere decir que el matrimonio es así por voluntad expresa de Dios y además lo es en su aspecto sexual:(creced y multiplicaos…)

Por consiguiente en ese buscar el proyecto de Dios para esa pareja: hombre y mujer, por si antes quedaba flotando alguna nebulosa, el texto del Evangelista Marcos, ha venido a aclararnos las posibles dudas o deformaciones que la transmisión verbal de generación en generación hubiese producido en la interpretación del criterio divino.

Pero este proyecto divino había que coronarlo y esta acción corresponde a Jesucristo intitucionandole con categoría de sacramento.

Bien es verdad que en el Evangelio no aparece clara y expresamente definido (para los no expertos, para los exégetas sí pues aparece determinado por varios Padres de la Iglesia) pero bien: para nosotros, los profanos, que si es en la bodas de Caná… que si en los textos de San Marcos y San Mateo citados… Pero lo que si está claro es que San Pablo lo llama SACRAMENTUM MAGNUM, Sacramento Grande, (en su carta a los Corintios) no un sacramento cualquiera ¡NO! un sacramento grande. Posiblemente se viese obligado a enfatizar la grandeza de este sacramento por el carácter pagano de la sociedad en que vivía y en la que los primeros cristianos trabajaban.

San Pablo no participó visual y auditivamente de las enseñanzas de Jesucristo, sino que lo que enseñó lo recibió por revelación divina, como él mismo dejó escrito. Pero como hombre cauto y prudente, llegó a pensar si lo que él creía que era revelación divina, no podría ser deformación personal y para salir de dudas, se fue a Jerusalén a consultar a Pedro, el primer Papa, la autoridad de la Iglesia, el que ostenta la prerrogativa de no equivocarse en asuntos de fe y de moral. San Pablo regresa contento a Roma y lo escribe: contrastado lo que yo enseño con lo de Pedro, la doctrina es la misma.

Pues bien de este acto de relación de hombre y mujer que Dios constituyó y que proyectó como forma de vida solamente quiere una sola cosa: que seamos felices. Es imposible, iría contra el ser mismo de Dios, pensar lo contrario o tan siquiera algo distinto. No podemos afirmar, como quieren los filósofos pesimistas alemanes del siglo pasado, que este mundo es obra de un demonio que goza viendo sufrir a sus súbditos o que es un paréntesis entre dos nadas. Es la maravilla divina plasmada en el hombre y la mujer como los seres más perfectos de la creación con capacidad de relacionarse y con orden de continuar la creación empezada por Dios. (hacer alusión al único medio para la procreación pues cuando vienen fuera del matrimonio se avergüenzan y dentro se enorgullecen).

Recapitulando en breves palabras: Dios constituye a la mujer y al hombre para que vivan en sociedad, juntos y este proyecto queda abierto al transcurrir de los siglos para ser completado por los millones y millones de hombres y mujeres que van a decir sí a ese plan de Dios, hasta la consumación de los siglos, un sí que implica unidad de pareja y que como consecuencia de su elevación al carácter sacramental van a recibir la gracia especifica de su estado a través de ese signo sensible eficaz de la gracia para santificación de nuestras almas, como se define el sacramento. Sacramento matrimonial que siendo uno en cuanto sacramento, no puede existir si no se da la confluencia de dos voluntades en el mismo acto de aceptación (y sin embargo cada contrayente lo recibe integro, no la mitad). Alguien ha dicho que si por un momento nos fuesen quitados los ojos físicos y sustituidos por los ojos del espíritu, veríamos las almas de los que han recibido el matrimonio tan unidas entre sí y tan entremezcladas, que más que dos nos parecerían una sola alma.

Así eso que anda por ahí y que está en la mente de todos, ese ente que se llama matrimonio, cuando yo lo asumo para vivir la vida con la mujer o el hombre que he elegido, pierde el caracter general y se convierte en mi forma de vida, de tal manera que “mi matrimonio” es mi vocación y tendré que luchar con todas mis fuerzas para defender y conservar esa unión anímica que se ha visto antes porque es mi llamada, mi forma de vida. Las expresiones: “Mi matrimonio, mi mujer, mi marido”, yo diría que son sinónimos, afirman algo que está dentro de mí, algo que me pertenece como siendo yo mismo.

Como se constituye este matrimonio? Solo y exclusivamente por amor, a través de amor y con amor y es que su procedencia es un acto de amor de Dios, y que siendo Amor, transmite hacia afuera. De ahí que todo matrimonio que no sigue estos pasos, se dice matrimonio de conveniencia. El amor matrimonial es la expresión humana del amor que Dios tiene a las criaturas en cuanto acto de creación. Por eso el amor entre hombre y mujer, dentro de ese proyecto de Dios, no solamente es bueno, querido y deseado por Dios, sino tambien un medio para darle gloria, cuando se despoja del egoísmo personal y la entregase proyecta fuera de sí y queda abierta a la vida (vease el caso de Yolanda y peligros para el hombre cuando la mujer se niega). E N T R E G A

Todos hemos oído decir que hay que amar y posiblemente tengamos muy claros los conceptos, pero tambien corremos el riesgo de que a fuerza de oír con criterio adulterado tanto el sustantivo AMOR como el verbo AMAR quedamos atrapados en esta vorágine que, como una magma, va invadiendo la sociedad y como por ósmosis entrando en nuestras conciencias. El amor no es la sexualidad y esto debe de estar tan claro y es tan verdad esa negación como lo es el decir que el hombre, el ser humano, no es un animal. La sexualidad en el hombre/mujer es un acto humano y como tal debe de ser libre e inteligente. Libre, en cuanto a su capacidad de elegir e inteligente por lo que se refiere al conocimiento de su obrar. Ser humano: un espíritu animalizado o un animal dotado de espíritu. Esa unidad cuerpo + espíritu = hombre, no podemos desligarla de la sexualidad porque la diferencia entre hombre y mujer radica en la sexualidad hasta tal punto que si pudiésemos trasladarnos al acto de concepción del ser humano, podríamos preguntarnos, una mujer o un hombre por qué es mujer u hombre, porque Dios infundió sobre un cuerpo ya varón un alma masculina o ha sido exactamente al revés? Se configura un cuerpo hembra porque Dios ha infundido ya un alma femenina? Y como el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y por lo tanto para ser feliz, quiere decir que para la mayoría de mujeres/hombres será el medio normal de alcanzarla aquí y en la otra vida.

Cuenta un Nobel californiano, neurocirujano, que no se explicaba por qué el cerebro del hombre reaccionaba de distinta forma al de varios animales, cuando en realidad eran prácticamente iguales. Solamente hay una respuesta: la frontera de la fe y la no fe y que enseña la existencia del alma que vivifica a ese ser.

Si prescindimos del alma, lo convertimos en un ser que busca el placer por el placer con lo que le embrutecemos, le degradamos y le desviamos del camino propio como ser humano. Y si nos olvidamos de su cuerpo tenderíamos a convertirlo en un ángel. He aquí otro de los enigmas del ser humano: sintiéndose “animal” en el cumplimiento de su naturaleza, tiene que escuchar el dictado de su razón para encaminar sus actos hacia el bien, que es el único motivo por el cual actúa la voluntad (del verbo latino volo, querer).(Se puede hacer referencia a S. Juan, cuando de viejecito y en la isla de Patmos decía a sus discípulos “non diligatis lingua sed opere et veritatis”. Nosotros decidimos hacer una cosa porque pensamos que es buena y esa cualidad de bien es el entendimiento quien se lo presenta a la voluntad. El entendimiento alumbra y la voluntad decide en función de lo que se la muestra. De ahí la gran importancia y responsabilidad de que nuestra conciencia (consciencia= cum scientia) esté ajustada a la realidad objetiva de las cosas y no a lo que a nosotros nos conviene o nos gusta en cada momento (igual que la moral que no puede ser subjetiva).

Recuerdo en una conferencia a la que yo asistí siendo un muchacho y que se hablaba del amor matrimonial, que uno de los ponentes, apuntaba que un matrimonio tendría humanamente asegurada su continuidad superando los problemas que la convivencia lleva consigo si había un buen entendimiento en su aspecto afectivo-sexual, pues a su juicio el 80% de los conflictos solían estar en ese entorno. Yo no tengo opinión sobre esta idea, pero siempre me ha parecido digno de tenerla en cuenta y con ese criterio se lo transmito.

Pero este concepto de sexualidad que se está tratando se contrapone radicalmente al que se “ve” y se “oye” en los medios de comunicación y que yo me atrevería a calificar de una autentica agresión sexual.

Lo que está invadiendo continuamente nuestros sentidos e imaginación es la expresión hecha realidad en el quehacer diario del significado de la palabra inglesa “feeling” y que los americanos, que son los grandes experimentadores, han comercializado muy bien y que tiene su origen remoto en el psicoanálisis de Freud: “Si siento te amo, si no siento no te amo” “Como ya no tengo feeling, te abandono”. Traducción del silogismo cartesiano “Pienso luego existo” “Siento luego te amo”.

Esto nos lleva de la mano a los conceptos de enamorarse y amar.

Evidentemente nadie debe de casarse si no está, si no se siente enamorado, pero también es verdad que enamorarse NO ES AMAR. Yo diría que el estar enamorado es razón imprescindible pero no suficiente para casarse

Hay gente que está enamorada y está incapacitada para amar porque no saben dar.

Cuando alguien se enamora (con independencia de la edad: poner ejemplo de GENTE MAYOR) se le revuelven todas sus fibras nerviosas: es algo que entra por mis sentidos, algo externo y con frecuencia incrementado por el sentido interno de nuestra imaginación.

Esta situación produce un efecto de cegar la inteligencia, de ahí que es frecuente oír la expresión: “cuando se le abran los ojos…” (EXPLICAR ESTO). En la persona que están ocurriendo estos procesos se está desarrollando lo comentado anteriormente: la inteligencia muestra el bien a la voluntad y ésta solo se decide por el bien, pero ahora como por efecto del enamoramiento se ciega el entendimiento, la parte sensitiva de nuestro ser pisotea al intelecto, no le deja funcionar y, sin ser correcto pero para mejor aclaración, nuestra parte sensible física y material sustituye a la función del entendimiento y ese es el bien que a la voluntad se le presenta.

El enamorarse facilita el amor, pero NO ES EL AMOR, de la misma forma que la moda y el ver creaciones artísticas desarrollan más el gusto de quien de por sí tiene propensión para esas actividades.

El amor es UN ACTO DE LA VOLUNTAD que tiene su origen y razón de ser en la LIBERTAD. Solamente el ser que es libre ama: Yo puedo amar en tanto en cuanto soy libre. Un animal no ama, actúa por instinto y sensibilidad.

Esta forma de ser libre, esta manera de obrar que un día nos guió para decir: me caso contigo porque te quiero, será la misma que en el transcurso del tiempo nos haga decir: te quiero porque me he casado contigo. Expresión que conlleva la madurez de dos personas que han sido consecuentes del compromiso que un día adquirieron y que a través del tiempo han defendido el “mi matrimonio”. Caso de Yolanda, le pregunta a su marido inválido : Cuánto valgo? Un valer Por quién estás? Por ti: busca su matrimonio.

Lamentablemente hoy existe poco el compromiso, prometer con…, y la consecuencia de ello es la falta de consecuencia (perdón por la tautología). Hoy privan las expresiones: “vamos a probar”, “ya veremos”, “deja a ver”…dijo el ciego y nunca vio, qué dirían en mi pueblo ¡Bendita sabiduría de nuestros antepasados!

La persona madura se compromete con un compromiso que se traduce en hechos y esa madurez es fruto de la virtud de la fortaleza que sigue el mismo proceso que la fruta en el reino vegetal: para madurar necesita sol, pero también agua, frío, vientos, heladas, etc. y cuando solo recibe calor esa fruta se “agosta”.

Pues la madurez en el matrimonio la conseguiremos si luchamos para defender contra viento y marea “eso” que un día nos hemos comprometido a constituir. Recuerdo que un día me contaron lo que un novelista de la generación del 98 y ya siendo anciano decía respecto a su mujer (no sé si era Pío Baroja o quien): “no siento nada por mi mujer, pero si a ella le pasara algo, como cortarla un brazo, tendría yo más dolor que ella misma, sentiría que es mi brazo el que cortaban en vez de ella.

Amando porque soy libre, en ese momento estoy cediendo mi libertad, estoy renunciando a mi libertad y es que el don mas grande que tiene el ser humano solamente puede ser cambiado por otro de una jerarquía superior, que es el amor: A mi entender comete una gran equivocación quien pretenda amar o decir que ama y no sepa renunciar a determinados grados de libertad. El precio de amar y ser amado es la renuncia al yo para convertirse en nosotros y esa renuncia irá igualmente dirigida a la defensa de “mi matrimonio”, porque en último término es mi vocación, mi llamada principal en esta vida a través de la cual debo desarrollarme. Es difícil de entender que defendamos en un muchacho/a, con ahínco, lo que quiere ser en la vida, su profesión, su trabajo y que no hagamos lo mismo con el matrimonio. Yo tengo vocación de casado, no de padre. No existe vocación de padre/madre y no conozco a nadie que tenga tal vocación. Yo me caso porque amo y como consecuencia de ese amor, como fruto de ese amor puedo ser padre/madre y seré tanto mejor padre cuanto más y mejor cuide “mi matrimonio”. No se pueden trabucar los términos o invertir los conceptos: en donde hay que poner verdadero énfasis es en hacer progresos en el matrimonio porque si éste madura, los hijos serán una maravilla. Cuando se ven algunas cosas raras en la relación matrimonio/hijos yo pienso inmediatamente: que le pasaría a las peras de un peral, por ejemplo, si el agricultor en vez de regar el árbol, podarle, etc. se dedicase a hacer esos menesteres con las peras?

Iríamos corriendo a decirle: Oiga! riegue Ud. el árbol porque si lo hace con las peras, éstas en vez de crecer se van podrir.

Esto nos lleva a los derechos del matrimonio y lo que a mí en términos muy corrientes de la calle, me gusta llamarlo robos y ladrones. Cuando el amor de uno de los cónyuges pasa por encima del otro para dárselo, incluso a un hijo: se produce un robo y mirad cuando se roba el amor tiene el mismo efecto que un hurto físico: no se perdona si no se devuelve. No es cuestión de extenderse en detalles en este tema, pero Uds. mismos pueden repasar su experiencia personal: las relaciones entre los esposos y los padres políticos…es un dolor que va con uno, hasta el final de la vida; solo si se restituye se perdona y olvida. Piensen en el caso de Yolanda, Oscar la robó el derecho de pasar la tarde juntos y no hubo reconciliación hasta que Oscar la buscó, se rindió ante ella, se presentó con sus mejores galas: su flamante coche y la demostró que ella estaba por encima de sus amigos y ella lo recordará toda su vida y con gozo como un gran gesto del que un día sería su marido.

Es una cuestión de principio por partida doble: a) el matrimonio me pertenece, es algo mío (nuestro), soy el propietario. Los hijos son una consecuencia de.., no son propiedad mía, solamente tengo una responsabilidad y b) la caridad empieza por un mismo y por consiguiente el matrimonio tiene que estar por encima de todo lo que está a mi alrededor.

La entrega en el matrimonio tiene que ser total y entonces es sinónimo de felicidad, pero cuando se habla de entrega, por favor, no se trata de entregar el cuerpo, el cuerpo es una parte del yo, hay que entregar la persona y solo cuando la donación es de la persona, se produce en profundidad el amor. Claro que hay que que dar el cuerpo, pero si nos limitamos a ésto convertiríamos el amor en la dulce expresión que le han dado los franceses, han copiado los ingleses y nosotros que somos tan modernos no nos quedamos atrás llamándolo “hacer el amor” que si lo tuviésemos que incluir en el diccionario de la Real Academia quizás lo definiríamos diciendo que es un acto mecánico-fisiológico entre dos personas que las produce placer: NO MAS.

Así pues lo que se entrega es la persona, es ese yo inmanente, es ese subsistir distinto del otro de naturaleza racional, es ese “yo” que a todos y a cada uno nos suena y nos remite a un sentido transcendente de la vida: Yo.. cuando era niño, yo.. cuando era joven, yo.. cuando soy adulto maduro, yo…cuando físicamente me voy sintiendo menos joven. Y sin embargo es el mismo yo, pero con vivencias distintas porque se va enriqueciendo. Y cuando lo que se entrega es este yo (y en éllo está incluido la sexualidad ), se produce una comunicación, un hacer común de algo que siendo de uno se le da al otro y a su vez el otro al uno. Esto nos lleva de la mano a la sinceridad. Infinidad de veces se ha dicho y hemos oído que los funerales del matrimonio son la falta de comunión. Yo disiento totalmente y al mismo tiempo respeto con el mismo grado la opinión en contra, pero pienso que la falta de comunicación es una consecuencia de la falta de sinceridad y en este sentido no se puede decir a un matrimonio: es que no os comunicáis, hay que buscar el origen.

Leyendo el libro RELATOS DE UNA MADRE de la inglesa VICTORIA GILLICK, yo casi me estremecía con la sencillez y diría que brutal sinceridad con que contaba sus sentimientos y me parece que en una ocasión se expresaba más o menos de la siguiente forma: “John, vamos a la cama porque tengo ganas de revolcarme contigo”. (Perdonen la expresión).

La sinceridad es una virtud humana (virtus= fortaleza, hábito de algo que se ha conseguido con esfuerzo) y como toda virtud requiere una lucha, un esfuerzo por conseguirla. La sinceridad está totalmente entroncada con la lealtad: ser fieles, leales a unos principios en determinados momentos, cuesta mucho; porque ser sinceros es desnudarse un poco ante los demás, día a día, hora a hora, requiere una heroicidad, una virtud. Claro que ese desnudarse interior que exige la sinceridad tiene unos límites que vienen dados por la práctica de otra virtud también humana que se llama Dña. Prudencia y también la caridad. No se puede ser brutalmente sinceros, sino prudentemente sinceros. La prudencia es el fiel de la balanza, es como el director de orquesta que con su batuta va indicando por dónde tiene que ir ese conjunto armónico. Cuando no hay sinceridad, cuando no hay lealtad, se produce la falta de comunicación que es lo que aparentemente vemos, pero el origen viene de atrás y entonces entra el demonio mudo y a éste tipo de “caballeros” son los más difíciles de echar porque ni se les vé ni se les oye ni se les siente, solamente se notan sus consecuencias.

Cuando al Fundador de la Obra, en las diferentes tertulias públicas o semipúblicas, alguien le preguntaba: Padre, cuál es la virtud que Ud. prefiere para sus hijos? Siempre respondía lo mismo ¡LA SINCERIDAD! Si sois sinceros perseverareis porque es señal de siempre estareís dispuestos a que se os ayude en vuestros problemas.

Así pues se producen una serie de hechos concatenados: la sinceridad produce la comunicación, ésta la confianza y entre ambas la comprensión y engrasándolo todo con el mismo efecto que el aceite del motor de un coche en todos sus elementos, se encuentra la entrega que es fruto de la lucha, del sacrificio, del dolor.. y tiene una compensación que es la alegría, no como algo humano sino como virtud típicamente cristiana es el premio de haber renunciado a nosotros, del yo para pensar en el tú. (Se puede dibuja esto como pirámide de base cuadrangular, en cada punto: S=sinceridad, C1=comunicación, C2=confianza y C3=comprensión, una circunferencia tocando a los cuatro vértices y que representa la entrega y en el vértice de la pirámide una A= alegría, virtud cristiana que tiene sus raíces en “forma de cruz”: el dolor que supone la lucha de la sinceridad,… de la entrega.

Evidentemente hay cosas que están fuera de nuestro alcance por eso hay que introducir determinados factores constantes a los que recurrir. Esos factores no los llamo constantes en el sentido matemático sino en el aspecto armónico y dinámico de la vida de tal forma que sean como el cauce a través de cuál se desarrolla nuestra quehacer diario. Mi mujer no puede, yo no puedo, nosotros no podemos, pero Dios si puede. Si la mujer reza por el marido y éste por su mujer y ambos ponen a Dios en su conversación.. ocurrirá que nos acostumbraremos a ver como los milagros se volverán a realizar cada día, porque éstos se dan, pero no los vemos porque no tenemos silencio en nuestras almas y llamamos Dios a nuestro trabajo profesional, a nuestros conocimientos científicos… hemos dado una patada a Dios y le hemos dicho “yo soy mi dios”, este es mi “becerro de oro”.

He empezado haciendo una apología de la mujer en el concepto del matrimonio, me gustaría terminar transmitiéndoles las palabras del Cardenal RATZINGER y rematadas por la frase de una teóloga alemana GERTRUD VON LE FORT que además de teóloga debía ser piadosa o si quieren mejor: utilizaba sus conocimientos teológicos para la piedad. Porque si un teólogo no es piadoso de poco le sirven sus grandes conocimientos.. a veces para hacer daño a las gentes sencillas. Habla de la crisis de la feminidad…… el Cardenal RATZINGER.

“Todo lo cual tiene como telón de fondo que algunas mujeres no quieran ser tales, que es lo que son y en cambio pretendan ser hombres, que es lo que no son ni podrán ser nunca. El resultado no puede ser más trágico: se avergüenzan de ser lo que son, quieren ser lo que nunca podrán llegar a ser y en consecuencia en el plano personal se encuentran inmersas en un clima de frustración, de inquietud… en el plano social, tanto civil como eclesiástico, las consecuencias no pueden ser más funestas porque, añade la teóloga alemana, cuando cae el varón, cae el varón; pero cuando cae la mujer cae todo un pueblo. . . . . .

Fuente: Carlos Rodríguez Amez es Orientador Familiar por la Universidad de Navarra, miembro fundador y primer presidente del Centro de Estudios y Orientación Familiar de Tenerife (CEOFT), S/C. de Tenerife (Islas Canarias) España.

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23 comentarios

  1. Muchas gracias por este escrito; considero vital el hecho de vera dios en el otro entendiendo que un matrimonio es una inversión a largo plazo que se da con el fin de compartir lo malo y lo bueno de cada uno de nosotros con el fin de servirnos y agradar a dios.

  2. Increiblemente maravillosa forma de expresar el sentido real del matrimonio, jamás pensé encontrar tan bella respuesta y confirmar mi devoción al matrimonio. La forma como conseguir un matrimonio en donde reine el amor a nuestro Señor, pués si él vive en nuestro corazón, nuestro amor florecerá y se fructificará.

  3. Me ha parecido excelente esta conferencia transcrita en la página de Encuentra. Ojalá la puedas leer y compartirla con Vitoria y pueden buscar al sacerdote D\’stefano y comentar con el las dudas o preguntarle cualquier cosa al respecto. Me parece importante para un matrimonio esa lucha por madurar juntos en el sentido del matrimonio, la gracia de Dios les ayudará si se mantienen fieles. Los quiero mucho, mami

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  6. Impresionante artículo, me quede ligada y satisfecha de tan hondo argumento. Soy profesora y trato estos temas con mis alumnas y no dudé que todo el panorama está bastante claro y preciso.MUCHAS GRACIAS, por su ayuda.Me interesaría leer otros artículos que usted escribe.

  7. Impresionante artículo, me quede ligada y satisfecha de tan hondo argumento. Soy profesora y trato estos temas con mis alumnas y no dudé que todo el panorama está bastante claro y preciso.MUCHAS GRACIAS, por su ayuda.Me interesaría leer otros artículos que usted escribe.

  8. Impresionante artículo, me quede ligada y satisfecha de tan hondo argumento. Soy profesora y trato estos temas con mis alumnas y no dudé que todo el panorama está bastante claro y preciso.MUCHAS GRACIAS, por su ayuda.Me interesaría leer otros artículos que usted escribe.

  9. Que hermoso sería que todos las familias, los matrimonios, se basaran en la busqueda de la verdadera felicidad, por experiencia propia puedo decir que este amor verdadero alimenta, fructifica y enriquece a la persona siempre de la mano de Dios.Gracias

  10. Que hermoso sería que todos las familias, los matrimonios, se basaran en la busqueda de la verdadera felicidad, por experiencia propia puedo decir que este amor verdadero alimenta, fructifica y enriquece a la persona siempre de la mano de Dios.Gracias

  11. Que hermoso sería que todos las familias, los matrimonios, se basaran en la busqueda de la verdadera felicidad, por experiencia propia puedo decir que este amor verdadero alimenta, fructifica y enriquece a la persona siempre de la mano de Dios.Gracias

  12. Aunque todavia soy soltera. Me a hecho ver mis ideas erroneas con respecto a la vida de matrimonio. Muchisimas gracias.

  13. Aunque todavia soy soltera. Me a hecho ver mis ideas erroneas con respecto a la vida de matrimonio. Muchisimas gracias.

  14. Aunque todavia soy soltera. Me a hecho ver mis ideas erroneas con respecto a la vida de matrimonio. Muchisimas gracias.

  15. Me pareció excelente,lo que escribe Carlos Rodríguez,tengo problemas en mi matrimonio y lo que hoy leí,me debe ayudar a corregir mi vida. Gracias.

  16. Me pareció excelente,lo que escribe Carlos Rodríguez,tengo problemas en mi matrimonio y lo que hoy leí,me debe ayudar a corregir mi vida. Gracias.

  17. Me pareció excelente,lo que escribe Carlos Rodríguez,tengo problemas en mi matrimonio y lo que hoy leí,me debe ayudar a corregir mi vida. Gracias.

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