Santiago Apóstol
Santiago el Mayor nació en Betsaida; era hijo de Zebedeo y Salomé y hermano del apóstol Juan. Durante tres años acompañó al Señor, presenció asombrado los milagros que Jesús realizaba; fue testigo de su transfiguración en el Tabor y escuchó la voz del Padre que salía de las nubes, como antes había escuchado las parábolas y predicaciones de su Maestro.
El amaba al Señor, de tal manera, que deseaba ardientemente que cayera fuego del cielo sobre los samaritanos que no quisieron; recibirlo, pero su amor no estaba iluminado, como tampoco lo estaba su espíritu. Era un hombre con espíritu cándido, fiel, sincero, de buen corazón, sin falsedad, aunque iracundo. El Salvador los llamó a él y a su hermano, significativamente, «los hijos del trueno»; pero este apodo no era negativo sino más bien un signo de su afecto hacia ellos. Fue muerto por el rey Herodes alrededor del año 42, decapitado. Fue el primero de los apóstoles que compartió el cáliz del Señor. Desde el siglo IX, su sepulcro es venerado en la catedral de Compostela, España, a donde han acudido hasta nuestros días innumerables peregrinos.
Beato Dioniso Pamplona (+1936)
Presbítero de la Orden de los Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, asesinado por odio a la fe en la Guerra Civil española, en Monzón, Huesca, España.
Beatos Federico, Primo, Jerónimo y Juan De La Cruz (+1936)
Religiosos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, asesinados inicuamente, tras breve interrogatorio en la campiña toledana, durante la Guerra Civil española.
Beata María Del Monte Carmelo (+1911)
Fundó en Madrid la Congregación de las Hermanas de la Concepción para la educación de las mujeres piadosas e incultas.
Beatos Pedro, Félix y Benito (+1936)
Pedro, presbítero y sus compañeros religiosos de la Congregación de la Pasión, murieron mártires por la fe. Fueron fusilados en Urda, Toledo, España, durante la Guerra Civil española.
Beato Vicente Soler y Compañeros Mártires (+1936)
Del 25 de julio al 15 de agosto de 1936 siete agustinos recoletos, encabezados por su prior, y un sacerdote diocesano, entregaron su vida por Cristo en las calles de Monistrol, en Madrid, España.
El padre Vicente Soler fue recluido en la cárcel, y allí encontrón la forma de dirigir la oración de los presos, infundirles ánimo y confesarlos. Se ofreció a sustituir en el paredón a un preso, padre de ocho hijos, pero su ofrecimiento fue desechado, pues ya se había decidido fusilarlos a todos. A medida que los milicianos iban sacando de la fila a los prisioneros para asestarles el tiro de gracia en las tapias del cementerio, el padre Soler les iba bendiciendo y absolviendo hasta que le tocó a él su turno. Esto se supo por un joven laico de la Acción Católica que sobrevivió los tres tiros que recibió y que luego contó estos detalles sobre la muerte del padre Soler.
Los nombres de los otros beatos martirizados son: Deogracias Palacios, León Inchausti, José Rada, Julián Benigno Moreno, José Ricardo Díez, Vicente Padilla y Manuel Martín Sierra.
* Cuando Jesucristo les preguntó a Santiago y a San Juan si podían beber su cáliz, contestaron: “Podemos”. Hazles eco tu también.