ROMA.-9 de enero de 2006. El Papa Benedicto XVI manifestó ayer su preocupación ante la posibilidad de que surjan dictaduras del relativismo en América Latina, y pidió que las democracias del Continente respeten los principios de solidaridad y justicia.
"Conviene ponerse en guardia frente al riesgo de un ejercicio de la democracia que se transforme en dictadura del relativismo, proponiendo modelos antropológicos incompatibles con la naturaleza y la dignidad del hombre", alertó el Pontífice, en un encuentro con los 175 Embajadores ante la Santa Sede.
El relativismo es una de las principales preocupaciones de Benedicto XVI, ya que el Papa identifica la ausencia de valores universales con las tiranías más sangrientas del siglo pasado, como el nazismo y el comunismo soviético.
De acuerdo con el pensamiento del otrora Cardenal Joseph Ratzinger, cuando los hombres se alejan de Dios y los Gobiernos establecen nuevas concepciones del bien y del mal, caen en el relativismo y pueden degenerar en tiranías.
"Cuando se cae en el relativismo, se suele hacer el mal predicando el bien. El relativismo transforma peligrosamente la verdadera concepción de los valores", explicó un analista vaticano a REFORMA.
Benedicto XVI dedicó una importante parte de su discurso a las elecciones del año pasado en varios países de América Latina.
El Pontífice señaló que la democracia está llamada a tener en cuenta las aspiraciones del conjunto de los ciudadanos y a promover el desarrollo en el respeto de todos los miembros de la sociedad.
"El viaje apostólico, que en el próximo mes de mayo haré a Brasil, me ofrece la ocasión de dirigir mi mirada hacia este gran país que me espera con alegría, y hacia toda Latinoamérica y el Caribe", afirmó el Papa.
Destacó como elementos positivos del año la mejora de algunos índices económicos, el compromiso en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, los esfuerzos para mejorar el acceso a la educación, combate al desempleo y desigualdades en la distribución de las rentas.
"Si estos progresos se consolidan, podrán contribuir de manera determinante a vencer la pobreza que aflige a vastos sectores de la población y aumentar la estabilidad institucional", agregó el Pontífice.
El resto del discurso del Papa giró en torno a las áreas más desfavorecidas del mundo, como África, y a los temas sociales más sangrientos.
El Papa exigió que las naciones ricas luchen contra la pobreza en las áreas más pobres, solicitó un mayor esfuerzo para consolidar la paz en el mundo y salió en defensa de las minorías cristianas amenazadas.
También dedicó unas palabras al fenómeno de la migración.
"Es ilusorio pensar que los fenómenos migratorios puedan ser bloqueados o controlados simplemente por la fuerza. Las migraciones y los problemas que crean deben afrontarse con humanidad, justicia y compasión", aseguró.
"Las situaciones mencionadas constituyen un reto que nos compete a todos; se trata de promover y consolidar todo lo que de positivo hay en el mundo, y de superar, con buena voluntad, sabiduría y tenacidad, todo lo que hiere, degrada y mata al hombre", afirmó Benedicto XVI.
Diario Reforma de México
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