Juan Pablo II y la guerra

El Papa no fue ajeno a la terrible realidad de la guerra. Presentamos un útil análisis de la postura de Juan Pablo II frente a la guerra, que él vivió en carne propia.

“Estaba presente cuando, durante el estallido de una carga de dinamita, las piedras golpearon a un obrero y lo mataron. Quedé profundamente desconcertado: “Levantaron el cuerpo, en silencio avanzaban. Abatidos, sentían en todos el agravio…”- La cantera: IV En memoria de un compañero de trabajo, 2.3)” Juan Pablo II, Don y Misterio, Autobiografía.

El Papa vivió la guerra, en 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial, El, sabe del dolor, sabe lo que es vivir de cerca la muerte, escuchar las lágrimas provocadas por la desolación, la soledad, el estruendo de los bombazos… el Papa no es ajeno a lo que el mundo sufre también hoy: la Guerra en Irak.

El Papa doliente frente a un mundo doliente

 

Ante el dolor que aqueja hoy a la humanidad, que pareciera ignorado por muchos… Quien se ha preocupado tanto por el sufrimiento humano, quien anuncia e invita al amor, al perdón, a la justicia, a la paz es: Juan Pablo II. El Papa en su carácter de Jefe de Estado ha sido el más enérgico opositor a la guerra, su anhelo de paz constituye un pilar en el ámbito de sus preocupaciones, acciones y declaraciones.

“El mundo anhela la paz, tiene urgente necesidad de paz. Y sin embargo, guerras, conflictos, creciente violencia, situaciones de inestabilidad social y de pobreza endémica continúan cosechando víctimas inocentes y generando divisiones entre los individuos y los pueblos. ¡La paz parece, a veces, una meta verdaderamente inalcanzable! En un clima hostil por la indiferencia y envenenado frecuentemente por el odio, ¿Cómo esperar que venga una era de paz, que sólo los sentimientos de solidaridad y amor pueden hacer posible?” JPII, De la Familia nace la paz, Jornada Mundial de la Paz, 1994.

Pareciera que esas palabras las pronunciara hoy el Papa, sin embargo, no fue sino hace 9 años… tan vigentes hoy, como entonces. Y es que parecemos sordos a las quejas, a los gritos, al llanto que una guerra ocasiona. El ruido de las calles, de la moda, del dinero nos aturde y ya no sabemos para donde caminar, y es tan intenso el ruido y causa tal confusión que no somos capaces de detenernos y escuchar aquellas palabras que claman justicia, caridad y perdón, y que nos indican el rumbo que seguir, las actitudes a tomar, el modo de vivir.

¿Dónde está el ser humano? ¿Porqué parece tan deshumanizado? ¿Porqué ya nada lo hace reflexionar en la supremacía del respeto a la dignidad de la persona sobre el dinero, el petróleo, el poder? ¿Porqué somos tan sordos a las sirenas, a los bombazos, al llanto desolado? ¿Porqué? Parece que muy pocos hoy, se preocupan por la desgracia humana…

Es hora de pasar de las palabras a los hechos

De nada sirve que digamos: “pobrecitos, están sufriendo mucho” y sigamos con una actitud light…

“La violencia que tantas personas y pueblos continúan sufriendo, las guerras que todavía ensangrientan numerosas partes del mundo, la injusticia que pesa sobre la vida de continentes enteros no pueden ser toleradas por más tiempo” JPII, La Mujer educadora para la paz, Mensaje para la jornada mundial de la paz.

El Papa nos invita a contribuir a todos desde donde estemos, los ciudadanos y las familias, los creyentes y las Iglesias, los Estados y los Organismos Internacionales, ¡todos se sienten llamados a colaborar con renovado empeño en la promoción de la paz!. Ojalá que ésta vez no nos hagamos los sordos y superemos la ética individualista en la que uno se despreocupa de la marcha de los tiempos, es preciso que el hombre comprometa su vida entera por el hombre y promueva la justicia social, la equidad, el respeto a la dignidad de la persona humana y la paz social e internacional, entre otras cosas.

El Papa Juan Pablo II: Tiene razón

Los medios de comunicación, periodistas, políticos y demás, se han dividido en opiniones en cuanto a la salud del Papa Juan Pablo II: muchos afirman que es un Papa cansado, ya grande, “casi sin fuerzas” sostienen, un anciano… como poniendo en duda todo aquello que El pudiera decir o hacer; sin embargo, muchos, los más, mantienen que es un Papa con muchos años, pero también con mucha fuerza para alzar su voz y clamar por la paz, el perdón, la justicia y el amor. Lo arrastra la energía del Espíritu Santo y, por encima de las fuerzas físicas, el impulso creativo de quien cree en el valor de lo que ofrece: el Evangelio de Jesucristo.

¡La verdad os hará libres! Su Santidad Juan Pablo II es una voz que no puede ser sofocada; el mundo entero independientemente del credo que cada quien profese, se ha dado cuenta del peso de sus palabras, ojalá que no sea solo para darle la razón al paso del tiempo, sino que sobre todo lo escuchemos a tiempo.

La postura del Papa Juan Pablo II y sus discursos han sido relevantes en toda materia: sobre los múltiples y diferentes ámbitos de la vida humana, con el fin no sólo de “exhortar a las conciencias” y “proponer los valores” sino de mostrar el camino que llevará al hombre a su realización y a la felicidad que perdura, no solo en la tierra.

Por lo que se afirma “Que el Papa Wojtyla desempeñe un papel muy activo en la escena internacional no ha de sorprender a nadie. Ha sido una de las constantes de su largo pontificado. Lo ha hecho, y a veces de forma muy enérgica, sin recurrir a la sutil diplomacia vaticana, con ocasión de la crisis del comunismo, con los Balcanes, con Cuba o con el hambre en el Tercer Mundo. Tampoco ahora se muerde la lengua”. Pbro. Dr. Antonio Orozco Delclós.

La Familia al servicio de la paz

 

Un hecho muy triste es que los soldados, que aunque hay de muchas edades, son cada vez más jóvenes los que ingresan a los conflictos armados. La niñez y la juventud tiene ya marcas imborrables de dolor: en su mente, en su cuerpo; para muchos la vida cuenta muy poco y matar no parece inmoral.

Y es que “La guerra y la violencia constituyen no solamente fuerzas disgregadoras que debilitan y destruyen las estructuras familiares, sino que ejercen un influjo nefasto sobre el ámbito de las personas, llegando a proponer y casi a imponer modelos de comportamiento diametralmente opuestos a la paz”. JPII, De la Familia nace la paz, Jornada Mundial de la Paz, 1994.

El mensaje del Papa es muy claro: nos dice que la familia y la sociedad sean protagonistas de la paz, que ofrezcan el calor de un afecto cercano y constante, no la traición ni la explotación, siendo insustituible la contribución de la familia que garantice el clima de seguridad y confianza que prepara a los niños y jóvenes en hombres de bien, siendo la mujer, por vocación, fundamental en esta tarea; además de que el Estado puede hacer mucho facilitando medios y estructuras de ayuda para el progreso auténtico de la paz.

La clave contra la guerra: El respeto a la dignidad de la persona humana

La paz en el mundo…“Sabemos bien cuán difícil es esta tarea. En efecto, para que sea eficaz y duradera, no puede limitarse a los aspectos exteriores de la convivencia, sino que debe incidir sobre todo en los ánimos y fomentar una nueva conciencia de la dignidad humana. Es necesario reafirmarlo con fuerza: una verdadera paz no es posible si no se promueve, a todos los niveles, el reconocimiento de la dignidad de la persona humana, ofreciendo a cada individuo la posibilidad de vivir de acuerdo con esta dignidad” JPII, La Mujer educadora para la paz, Mensaje para la jornada mundial de la paz.

“En toda convivencia humana bien ordenada y provechosa hay que establecer como fundamento el principio de que todo ser humano es persona, esto es, naturaleza dotada de inteligencia y de libre albedrío, y que, por tanto, el hombre tiene por sí mismo derechos y deberes, que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberos son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto”. Juan XXIII, Encíclica Pacem in terris, 1963.

“Esta verdad sobre el hombre es la clave para la solución de todos los problemas que se refieren a la promoción de la paz. Educar en esta verdad es uno de los caminos más fecundos y duraderos para consolidar el valor de la paz” JPII, La Mujer educadora para la paz, Mensaje para la jornada mundial de la paz.

Evitar la guerra religiosa

El Papa ha exhortado a que no permitan que el conflicto en Iraq encienda el odio entre cristianos y musulmanes “Jamás debe permitirse que la guerra divida a las religiones del mundo. Yo les conmino a tomar este momento de intranquilidad como una ocasión para colaborar, como hermanos comprometidos con la paz”

“No permitamos que una tragedia humanitaria también se convierta en una catástrofe religiosa”… dijo el Papa, ante Obispos de Indonesia, una nación predominantemente musulmana, al tiempo en el que en Iraq el Vicepresidente iraquí Taha Yassin Ramadan afirmaba que miles de voluntarios árabes respondían al llamado a lanzar una Jihad (Guerra Santa) contra los agresores: “Nuestros combatientes están dispuestos a convertirse en mártires”, Ramadan.

Un llamado a la Diplomacia Global

La sorprendente “diplomacia global” lanzada por Juan Pablo II y sus colaboradores para buscar soluciones pacíficas a la crisis iraquí en las últimas semanas, se basa en motivos éticos y en el intento de evitar el temido choque de civilizaciones, explica un experto, Andre Riccardi, historiador y fundador de la Comunidad de San Egidio, movimiento católico surgido en Roma en 1968. Reconoce que “está claro que el Vaticano tiene en mente a los cristianos de Irak y del mundo musulmán, que podrían quedar como rehenes de una reacción islámica contra Occidente. Pero no es éste el único motivo de tanto esfuerzo, sino como en la época de la guerra del Golfo, el Papa no quiere que el enfrentamiento se transforme en una guerra entre Occidente y el Islam”,afirmó.

Los cristianos no están en lucha contra el Islam

Así mismo, el historiador menciona que “Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Papa expresó a Estados Unidos un pesar fuerte y claro. Aunque no en un sentido anti-islámico. Poco después, Juan Pablo II llamaba a los católicos a ayunar el mismo día de la conclusión del Ramadán, el mes sagrado de penitencia para los musulmanes. El mensaje era claro: los cristianos no están en lucha contra el Islam, del que no se puede tener la concepción reductiva de extremista”.

La paz se obtiene con la oración y la renuncia personal, constata Juan Pablo II; Dios quiere que vivamos en armonía y paz; tenemos la misión todo el género humano de dar la vida y cuidarla; a dar testimonio del amor del cual somos capaces. “Al inicio de 2002, convocaba a los líderes religiosos de todo el mundo en Asís para rezar por la paz. También de esto se desprendía un mensaje claro: las religiones no desean ni justifican la guerra”.

Sabiendo que la violencia genera violencia, el Papa busca que todos, especialmente los líderes del mundo: Presidentes, mandatarios, primeros ministros, representantes de diferentes organizaciones y agrupaciones digan NO A LA GUERRA, ¡NO! hasta que se agoten todos los medios diplomáticos y pacíficos, atendiendo los llamados a la paz, a la caridad, a la solidaridad, a la cooperación internacional. Hoy por hoy, la guerra ha estallado sin embargo, el llamado permanece para recobrar la paz mundial.

El Papa busca evitar el choque de civilizaciones

«Juan Pablo II rechaza la idea del enfrentamiento entre civilizaciones (y religiones) que tanto gusta no ya a Samuel Huntington, sino al fundamentalismo neoprotestante extendido por toda América y África», opina el historiador Andrea Riccardi

Así mismo, afirma que “El Papa no se identifica con un interés nacional y tiende a dar una lectura de los hechos caracterizada por el interés general. En este sentido, su diplomacia es universal: ello se constata en las motivaciones, y también en la nacionalidad de sus emisarios”

“Pero, ¿contará realmente esta diplomacia sin divisiones armadas?”, se pregunta Riccardi. “Nadie se hace ilusiones –responde–, aunque puede construir un paraguas para cubrir la retirada de una u otra parte. Ya lo fue en 1962, durante la crisis de Cuba, cuando el mundo estaba al borde del conflicto. Nikita Kruschev manifestó aprecio por la invitación del Papa a la paz y negoció la retirada. Pero la historia no se repite”.

 

Concluyendo…

La amenaza de la guerra está siempre presente “El progreso humano que es un gran bien, lleva en sí mismo el peligro de una grave tentación, pues una vez turbada la jerarquía de valores y mezclado el bien con el mal, no le queda al hombre o al grupo más que el interés propio, excluido el de los demás. Con eso el mundo deja de ser ámbito de una auténtica fraternidad, mientras el creciente poder del hombre amenaza, por otro lado, con destruir al mismo género humano”, Paulo, Gaudium et Spes, 1966. Sin embargo, el hombre es capaz de dirigir su vida hacia el camino de la paz para construir un mundo más humano.

La Iglesia siempre actual, pendiente de lo que al mundo aqueja, ha escrito muchos documentos en los que llama nuestra atención, ahora en voz del S. S. Juan Pablo II, una voz enérgica, inteligente, firme, fuerte, clara, valiente, precisa, contundente, siempre vigente que nos pide orar y luchar por la paz, de una manera real y decisiva. El Papa ha sido un hombre que ha entregado su vida al bien de la humanidad, nos invita a la mortificación, al ayuno y a la oración, su sabiduría ha de ser escuchada y puesta en práctica por todos ya que no excluye a nadie, católicos y no católicos, seres humanos todos, hemos de seguir su ejemplo conciliador sin tener ningún temor.

Preguntémonos como el Papa Juan Pablo II se preguntó ¿Porqué yo no? Cada día hubiera podido ser llevado a un campo de concentración; nosotros, cada día podría ser un bombardeo que matara a nuestros padres, hijos o a nosotros mismos… si tantos coetáneos pierden la vida… ¿Porqué yo no? El Papa sabe que no fue casualidad, el Señor ponía en su camino una misión muy importante para El, ser Su Vicario, guiar la Iglesia… para nosotros pone en nuestro camino una misión distinta, pero muy importante también, luchar por la paz y por el bien de la humanidad.

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2 comentarios

  1. JAMÁS MIS OJOS VOLVERÁN A VER A UN PAPA COMO FUE JUAN PABLO II LLENO DE AMOR DE FE DE ESPERANZA, ESTOY SEGURA QUE ALGÚN DÍA SERÁ UN SANTO DE AMOR

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