Con una ilustración muy básica del bien y del mal, El oso Yogui puede aburrir a los mayores de nueve años, aunque le salva algún que otro gag clásico.
Título: El oso Yogui
Título Original: Yogi Bear
Director: Eric Brevig
Año: 2011
Público: Todos
Valoración Artística: 3
Valoración moral: Adecuada
Año de producción: 2010
País: EE.UU.
Dirección: Eric Brevig
Guión: Brad Copeland
Música: Andrew Lockington
Fotografía: Peter James
Duración: 80 min.
Género: Animación, Aventuras
Reseña:
Aventuras en Jellystone
Con una ilustración muy básica del bien y del mal, El oso Yogui puede aburrir a los mayores de nueve años, aunque le salva algún que otro gag clásico.
El parque de Jellystone está perdiendo visitantes, así que el alcalde ha decidido cerrarlo y vender el terreno. Eso significa que las familias no podrán disfrutar de la belleza de la naturaleza al aire libre y, lo que es peor, que los osos Yogui y Bubu serán expulsados del único hogar que han conocido. Yogui deberá unir sus fuerzas a las de Bubu y el agente Smith para encontrar una forma de salvar el parque del cierre definitivo.
El responsable de la cinta es Eric Brevig, que procede del campo de los efectos visuales y debutó como realizador de largometrajes con Viaje al centro de la tierra. Brevig parece más interesado en los efectos digitales y la animación que en el desarrollo de personajes. Así, el guión tiene poca entidad, y los personajes son excesivamente planos. La película está destinada a un público muy pequeño. Se trata de una ilustración realmente básica del bien y el mal, la corrupción y la virtud para que todos puedan entender, pero con el riesgo de aburrir a mayores de nueve años. Al menos, apela a la nostalgia de los más mayores, con alguna que otra referencia cinéfila, y mantiene el tono positivo y amable, por lo que es un producto indicado para los más pequeños (Decine21 / Almudí JD).
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