1.7.14
Amigos queridos, ahora sí que el mundial se está poniendo bueno. Los tiempos extra estuvieron presentes en los partidos del martes y si no llegaron a penales, fue por esas cosas raras de la vida.
Argentina enfrentó a la mejor versión suiza de la historia y no perdió el partido por la ineficiencia de los helvéticos a la hora de resolver, muy al estilo de México y que no obedece más que a la ausencia de calidad.
Me quiero explicar: No es que un equipo como Suiza, calificado brillantemente en el grupo europeo, sea un mal conjunto. La calidad a la que me refiero es la capacidad para definir una oportunidad manifiesta de gol; el liderazgo para imponer condiciones incluso al árbitro; el manejar correctamente todas las fases del juego y, en suma, saber ser eficaces.
Suiza tuvo para matar al cuadro pampero hasta en tres ocasiones y no las aprovechó. Bastó una genialidad de Lionel Messi quién luego de quitarse rivales a una velocidad increíble, luego de estar jugando casi dos horas, dejó a Ángel Di María un bombón solo para que la firmara y mandara a la albiceleste hasta los cuartos de final, dentro de un torneo no apto para cardíacos.
Con todo respeto para los escépticos, si Lio Messi no es el mejor jugador del mundo, que baje Dios y se los diga. El tipo es el responsable de que un cuadro argentino bastante planito en su conjunto, pueda meterse hasta la final y todo, gracias a su genialidad, profesionalismo y alegría para jugar al futbol. Es hasta el momento, junto al colombiano James Rodríguez, el jugador más influyente en los resultados de sus respectivos equipos.
En el otro partido, Estados Unidos arrancó como una víctima propiciatoria para el cuadro de Bélgica y a los europeos estuvo a nada de hacérseles bolas el engrudo. Los octavos de final del mundial Brasil 14 están demostrando que casi tan importante como las virtudes técnicas, los planteamientos tácticos, está su majestad, la condición física.
En su sano juicio, nadie podría creer que Argelia le pondría las peras a veinticinco a Alemania, México a Holanda, Chile a Brasil y Nigeria a Francia, por poner algunos ejemplos.
El equipo estadounidense se quedó en la orilla fruto de su falta de malicia para prever lo que se le venía encima. Siendo un equipo fuerte mentalmente, no varía su forma de jugar ganando o perdiendo y eso lo hace vulnerable.
Por supuesto que Bélgica es más equipo y quizá, le venga mejor al torneo su avance pero, el buen sabor de boca dejado por los gabachos, nadie nos lo puede quitar.
Vienen un par de días de descanso y luego, continuarán…El drama y la comedia.