Democracia: Entrevistas

Conversación con Janne Haaland

Conversando con Janne Haaland, que fue secretaria de estado de Asuntos Exteriores de Noruega. Empezó su carrera diplomática con la delegación vaticana en la cumbre de Copenhague de 1995. Es considerada una de las exponentes del nuevo feminismo cristiano. Entró en el partido demócrata cristiano de Noruega- la única católica- como Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, lo que la llevó a Bosnia, Armenia, Kazastán y Cuba en misiones complicadas hasta que su partido salió del gobierno.

¿Es usted aún una política en activo?

Janne Haaland: Sí y no. Doy clases de Asuntos Internacionales en la Universidad de Oslo, pero también lidero el grupo de política exterior del Partido Democratacristiano de Noruega. Además dirijo un comité de guías éticas para inversiones de un fondo petrolífero, un fondo de muchos millones de euros, que se quiere invertir de forma ética y respetuosa con los derechos humanos.

En España nos suena muy lejana la democracia cristiana. ¿Todavía hay partidos democratacristianos?

Janne Haaland: En Suecia y en Noruega, hay partidos con un 10 ó 15 por ciento de votos. Los partidos democratacristianos muy claramente se oponen al aborto, la eutanasia y las uniones homosexuales; defienden la familia… ¡No son temas populares! Sin embargo, hay muchos votantes que buscan valores cristianos para salvar a su sociedad aunque ellos no sean cristianos. Ven que no hay valores en otras ideologías, que no hay nadie, excepto los cristianos, que se preocupe por la dignidad humana o apoyar la vida, y eso atrae a muchos votantes no cristianos, y también a musulmanes. Los democratacristianos siempre quieren ser más populares y parecerse a otros partidos pero, cuando lo hacen, pierden su perfil, que es el que buscan muchos votantes cansados precisamente de estos otros partidos.

¿Es posible exportar este modelo de partidos democratacristianos a otros países? ¿Quizá a las nuevas democracias de Europa oriental?

Janne Haaland: Yo he estado en Letonia, por ejemplo, para ayudar a construir un partido democratacristiano. Conozco muy bien el caso de Hungría, con un diminuto partido democratacristiano, que es un poco clericalista, anticuado, y quiere restaurar una sociedad precomunista. Es necesario modernizarse. Hay dos grandes grupos internacionales en la política mundial: los socialistas y la democracia cristiana. Nuestro partido tiene mucho contacto con otros partidos democratacristianos en Sudamérica, y también con Unió Democrática de Catalunya. La controversia es: ¿cómo mantener valores cristianos en una sociedad postcristiana? Y pienso que no deberíamos enfatizar primero los valores cristianos sino la ley natural.

Cuando usted estudiaba filosofía, antes de ser cristiana, ¿creía de verdad que había una ley natural?

Janne Haaland: Creo que se puede deducir de nuestro ser humano. No estamos tan corruptos. Yo he estado en los Balcanes y sé que es fácil matar a tu vecino, que todo el mundo lo haría si tuviera los incentivos, excepto quizá un uno por ciento de la población. Pero es posible ponernos de acuerdo en que hay cosas buenas que debemos apoyar, como la familia. Un cristiano podría añadir además que la familia es querida por Dios, institución divina, Iglesia doméstica, etc. Pero en una sociedad postcristiana, debemos empezar con cosas más básicas, como que la dignidad humana individual es igual para todos: ancianos, enfermos o no nacidos. Hay que denunciar el utilitarismo. Y hemos de usar argumentos, porque nuestra sociedad no admite argumentaciones directamente cristianas. Tenemos la Declaración de Derechos del Hombre, que es casi cristiana, que tiene autoridad política y contiene los temas más importantes desde un punto de vista cristiano.

¿Hay que entrenar a los políticos cristianos para usar estos argumentos?

Janne Haaland: Parece que sí. La líder de mi partido, una buena amiga, dice a propósito de algunas cosas en la tele o el cine que son \\’\\’blasfemas\\’\\’. Y resulta que blasfemar está prohibido según la ley noruega, pero esta ley no se ha usado desde hace 50 años, porque ya nadie cree en Dios. Así que, si ella señala blasfemias, a nadie le importa. Un cristiano ahora debe usar otro discurso. Tiene que decir: \\’\\’Usted tiene que respetarme a mí y a mi religión\\’\\’. En Noruega se enseña catequesis en las escuelas, porque la Iglesia luterana es una Iglesia de Estado, y no queremos que se elimine en esta sociedad neopagana… Hay muchos temas de familia y religión que hay que tratar. Impopulares, desagradables…, pero de eso ya nos avisa el Evangelio. A los primeros cristianos los mataban, así que no nos quejemos nosotros.

Dé envidia a nuestros lectores. Cuéntenos esas ventajas sociales de ayuda a la familia en Noruega.

Janne Haaland: Hay paga de maternidad con el 100 por 100 del sueldo durante todo un año. Si trabajas para una empresa privada, te lo paga el Estado. Lo reciben todas las mujeres. En Noruega todas las mujeres dan el pecho de seis a nueve meses. Parte de este primer año de baja es obligatorio para el hombre: tiene que quedarse por ley en casa, ayudando, y no puede ir al trabajo; también cobra. Cuando el niño tiene 3 años, uno de los dos, hombre o mujer, se puede quedar en casa y cobrar una compensación que introdujo mi gobierno, de unos 600-700 euros al mes por niño. La idea es no aparcar tantos niños en las guarderías y reconocer el derecho y privilegio de unos padres de educar a sus hijos en casa. El dinero, en vez de dárselo a las guarderías, se lo damos a los padres.

A largo plazo, la economía de mercado liberal ejercerá presiones. Una presentadora de telediario, por ejemplo, fue despedida por su embarazo. Eso es ilegal, y hay que combatirlo. Aunque las ayudas son buenas, no llegamos a los dos hijos necesarios por pareja para reemplazar la población. Estamos en el 1,8. Pero aquí en España están en el 1,0. En España no existe esta ayuda para combinar trabajo y familia. También tienen este horario de trabajo absolutamente absurdo, con el descanso largo y trabajar hasta tarde. En Noruega trabajamos de 8.00 a 16.00 horas, con media hora para comer. Allí, además, tenemos más igualdad en el trabajo de la casa, una tarea que comparten los esposos.

¿Compartir el trabajo de casa es doctrina católica?

Janne Haaland: Sí lo es. Lea la carta del Papa a las Mujeres de 1995. Él ha leído mi libro, que le dediqué en su versión polaca, sobre el nuevo feminismo de Juan Pablo II. Cristo fue una revolución para las mujeres de la cultura judía, al igualar la gravedad del adulterio masculino y femenino y prohibir el divorcio, por ejemplo. Esto es distinto en el Islam, cuyo matrimonio es, por definición, discriminatorio, y los hombres pueden tener varias mujeres. El Papa hace este llamamiento a un nuevo feminismo.

Parece que al Papa le gusta mucho enviar a mujeres como representantes de la Santa Sede a las cumbres internacionales, como es el caso de usted.

Janne Haaland: Hay muchas otras, como la norteamericana Mary Ann Glendon, la nigeriana Kathryn H. Hoomkwap, etc. La diplomacia papal es profesional y trabaja con profesionales, y por eso nos llama. Pero también creo que el Papa ve que en algunas misiones una mujer es necesaria, porque sabe más que un sacerdote sobre criar niños, maternidad, etc. Mi experiencia es que la diplomacia papal es la mejor del mundo, extremadamente sofisticada, la mejor escuela diplomática.

Hay gente que piensa que la Iglesia debería ser pobre, no tener estado, ni embajadores.

Janne Haaland: La Santa Sede, como actor internacional, existe desde antes que cualquier estado, incluida España. Esto es historia; lo sé como experta en política exterior. Muy anterior a 1648, el tratado de Münster con Westfalia, origen de los estados modernos tras la guerra de los 30 años. ¿Cuán poderosa es hoy la Santa Sede? Es muy poderosa: no tiene poder económico, no tiene poder militar, no tiene poder territorial; sólo tiene el poder moral y de las ideas.

A principios del año 2000, el Papa quería ir a Irak, dentro de su intento de mediar y mejorar la situación. Él siempre intenta ir a los sitios más duros: Cuba, Sarajevo, Irak… Los americanos y los británicos ejercieron mucha presión. Nos llamaban a todas las otras cancillerías pidiéndonos que le dijésemos al Papa que no fuese. \\’\\’Vosotros: id al Papa y decidle que no lo haga\\’\\’, así es como se hace. Al final el Papa no fue, pero debido a que Sadam Hussein no garantizó su seguridad ni la del séquito, y no porque se dejase amilanar por la presión. La Santa Sede tiene influencia en el mundo porque no se deja presionar por los americanos. Estados Unidos no puede decirle \\’\\’dejaremos de comerciar con vosotros\\’\\’ ni \\’\\’os vamos a invadir\\’\\’. Nadie puede presionar a la Santa Sede, mientras que los otros estados siempre pueden ser presionados de varias formas.

El Papa puede criticar y avergonzar a países poderosos. Un ejemplo es la pena de muerte en Estados Unidos. Cuando él quería visitar San Luis en 1997 dijo que no iría si no detenían la ejecución de cierto condenado. Iban a ejecutarlo esa semana. El gobernador de San Luis dijo: \\’\\’Bueno, la pospondremos hasta la semana que viene, cuando se vaya el Papa\\’\\’. El Papa dijo: \\’\\’para nada, así yo no voy a Estados Unidos\\’\\’. Y no fue. Hace unos años, nadie en Europa se atrevía a criticar a Estados Unidos por mantener la pena de muerte. Podías criticar a Ucrania y China, pero no a los Estados Unidos. Fue el Papa quien empezó, y ahora ya los países europeos se atreven a comentarle este tema a los americanos.

Otro ejemplo: Juan Pablo II iba a visitar a Stroessner, el dictador de Paraguay, y el Papa había pedido verse con disidentes, grupos de oposición, ONG y similares. Los de Stroessner, una hora antes del vuelo del Papa, cancelaron esta reunión, pensando que obviamente, al ser tan tarde el Papa vendría. Y la gente del Papa dijo: \\’\\’Pues no vamos\\’\\’. Y no fueron. Cuando el Papa va a un sitio, como Cuba, hay una gran negociación, y siempre salen los derechos humanos. Está muy documentado el papel del Papa en la caída del comunismo en Polonia, por poner otro caso.

En España se dice a menudo que nunca habrá un partido católico si no es con el permiso de los obispos.

Janne Haaland: Los obispos no tienen nada que ver con esto. No tienen ningún papel en las políticas de partido. Un partido no necesita permiso de obispos para existir. La Iglesia tiene que hablar de principios políticos y expresar sus puntos de vista en temas como las uniones homosexuales o el aborto, pero la política es cosa de laicos y ciudadanos. Pienso que, si se crea un partido hoy, no debe llamarse \\’\\’Democracia Cristiana\\’\\’. En nuestro partido, que se llama Democracia Cristiana de Noruega, tenemos una regla que dice que sólo los cristianos pueden ser políticos en ese partido, pero ahora tenemos musulmanes muy buenos que están de acuerdo con nuestra política familiar y querrían ser políticos. ¿Qué hacer con ellos?

¿Dónde estará la mayor batalla política en el futuro?

Janne Haaland: Pienso que será en cosas que hasta ahora parecían siempre evidentes. Es significativo que un tema como la homosexualidad sea tema candente aquí en España y en toda Europa, continuamente. ¿Por qué la vida sexual de una persona es tan importante en política? Ser ciudadano significa que tu color de la piel, vida sexual, etc. es subordinado a tu igualdad con todos los otros ciudadanos ante la ley.

¿Cuál es el principal reto que va a tener que afrontar Europa en el futuro?

Janne Haaland: Tomarse en serio los valores, promover democracia, ética, derechos humanos, lo ético sobre lo material. Debe ser muy clara sobre los objetivos. La ampliación con los países de Europa oriental puede ir contra la economía de España, Italia o Francia, es cierto, pero es necesaria por el deber de crear democracia en estos países.

http://www.fluviuim.org

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