Columna olímpica
7.8.12
Hace algunos años, el periodista Manuel Seyde era editorialista de deportes en el diario de mayor circulación en México. Excelsior se autonombraba el “periódico de la vida nacional” y realmente lo era. Mediante una efectiva red de distribución, a primera hora entraba en el hogar de un buen número de familias no solo en la capital de la república, sino en muchos estados.
Como suscriptores, obviamente nos abalanzábamos sobre la página deportiva y era inevitable pasar la vista por los escritos de Don Manuel, que era más caustico que la sosa y su tema favorito era zumbarle al futbol mexicano en todas sus formas y ligas.
Y ora sí que ni cómo defenderlos. Los futbolistas mexicanos iban del tumbo al fracaso, sin rumbo y sin dirección, al grado de que el pícaro columnista les endilgó el mote de los “ratones verdes”.
El periodista pasó a mejor vida pero el apodo se les quedó a nuestros futbolistas, ya que otros escribidores lo recordaban cada vez que los resultados eran adversos y créame, esto era bastante frecuente. Bueno, con decirle que el periodista y filósofo contemporáneo, M.V.Z. Eduardo Brizio, los atiende elevando el término y les dice los “roedores”.
Traigo a cuento esta historia porque la actualidad se va tornando diferente. El jugador mexicano ha evolucionado, ha crecido, ha madurado y ya no le teme a competir en los mejores escenarios del mundo.
El mejor ejemplo son esas dos generaciones que han regalado al público azteca sendos títulos en la categoría sub-17 y esa mentalidad ganadora, sacude felizmente el pasado ratonil.
México venció a Japón en semifinales y lo hizo con autoridad. Los jugadores fundamentales, que habían estado agazapados durante el evento, aparecieron y de esa manera, se pudo doblar a un rival indómito y que vendió carísima la derrota.
El Tri no había estado abajo en el marcador en todo lo que va del torneo, por ello, el tanto nipón hizo presagiar lo peor. Sin embargo, los pupilos del “flaco” Luís Fernando Tena no se descompusieron, guardaron orden y exhibieron carácter. De esa manera, cayeron los goles por la vía de tres hombres a los que el futbol llamaba a gritos: Marco Fabián, Oribe Peralta y Javier Cortés.
El seleccionado tricolor hace historia al ganar por primera vez un metal olímpico en este deporte. Lo peor que puede pasar es regresar con la plata, lo cual no es para nada un asunto menor y cumple con holgura las expectativas generadas antes de su partida a tierras británicas.
Ahora viene Brasil, en el mítico estadio de Wembley, donde la historia puede tener un final de película. En los botines calientes y la cabeza fría de estos modernos gladiadores de cortos pantaloncillos y largos sueños está la respuesta.
LA TRIVIA DE HOY: ¿Quién era el entrenador de México cuando enfrentaron a Japón en 1968?