Santoral 9 de enero | San Adrián de Canterbury, San Eulogio, San Julián, Santa Marciana y Beata Alicia Le Clerc

San Adrián de Canterbury (+710) 

Nació en Africa y murió en Canterbury, Inglaterra.  Gobernó durante treinta años la Abadía de Santos Pedro y Pablo en Canterbury y la convirtió en un foco de fervor religioso y de humanismo.

San Eulogio de Córdoba 

Vivió en el tiempo en que Córdoba, España, era como una isla en tierras musulmanas.  Cuando llegan tiempos de persecución y confusión, Eulogio emprende un viaje a Navarra, donde encuentra una cristiandad muy sólida y rica en cultura.  Vuelve a Córdoba fortalecido en su fe y su firme actitud provoca el encarcelamiento y, por fin, el martirio.

San Julián Mártir

Este santo y su novia decidieron guardar virginidad perpetua y así cada uno se fue por su lado al desierto donde fundaron monasterios.  Sus monjes decían que Julián era muy duro consigo mismo, pero admirablemente comprensivo con los demás y gobernaba con tal prudencia y caridad a los monjes que se sentían en el desierto más felices que si estuvieran en el más cómodo convento de la ciudad. Murió mártir en la persecución de Marciano en Antioquía.

Santa Marciana (+303)

Fue una virgen consagrada a la que la sola visión de los ídolos contristaba y exasperaba.  Cierto día pasó junto a una estatua de Diana en Cesarea de Mauritania (Argelia), y no pudo evitar romperle la cabeza.  Esto le valió la condena a morir devorada por las fieras.  Los espectadores del se quedaron admirados de su valor al verla  recibir serenamente los ataques de toros y leopardos hasta que murió despedazada por ellos.

Beata Alicia Le Clerc (1576-1622)

Nacida en Remiremont, Francia, fue en su primera juventud una rica doncella muy amante de bailes y coqueterías.  Se convirtió a los veintiún años y junto con su director san Pedro Fourier fundó la Congregación de las Canónigas de Nuestra Señora, encaminada a la formación de las jóvenes.  En el siglo pasado estas religiosas poseían los tres internados más distinguidos de París.  En uno de ellos se retiró a vivir Mme. Recamier.

*  Pidamos hoy al Señor nos haga exigentes con nosotros mismos y comprensivos con los demás, como San Julián.

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