San Juan María Vianney, presbítero(1786-1859)
Nació en Dardilli, cerca de Lyon (Francia), de padres pobres dedicados al campo. Fue hasta los 18 años de edad cuando aprendió a leer. Su párroco, el Padre Balley, cura de Ecully, se encargó de su instrucción y después de que fuera admitido en el Seminario, como nada le entraba en la cabeza, al cabo de dos años fue despedido por «incapacidad». El abad Balley volvió de nuevo a ser su profesor y lo presentó a un examen de regularización, reprobando de nuevo. En vista de que había carencia de sacerdotes en la diócesis de Lyon, el Vicario General terminó por ordenarlo, diciéndole: «YO TE ACEPTO, PERO EL RESTO DEBE HACERLO LA GRACIA DE DIOS», sin concederle la facultad de confesar; le fue dado como Vicario al cura de Ecully, su bienhechor. Este murió tres años más tarde. Juan Ma. fue entonces nombrado cura de Ars, pueblo de 250 habitantes, quienes ofendían a Dios con la vida disoluta que llevaban. En su oración le pedía a Dios así:
«Concededme la conversión de mi parroquia; a cambio admito con gusto sufrir cuanto queráis por toda mi vida».
El Sto. Cura de Ars no brillaba en la cátedra, pero apenas entraba al confesionario, el Espíritu de Dios estaba sobre él. En 10 años el pueblo cambió totalmente y se volvió muy pronto célebre. Se veían llegar hasta cien mil «peregrinos» por año y pasaba diariamente de doce a dieciocho horas en el confesionario. Murió el 4 de agosto de l859, siendo declarado solemnemente «Patrono de los Párrocos, en 1929, por el Papa Pío XI.
San Aristaco (siglo I)
Nacido en Tesalónica, Grecia, fue convertido por San Pablo y le acompañó en sus viajes apostólicos. En Éfeso corrió el mayor peligro de su vida: la ciudad era famosa por el templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo y el orfebre Demetrio que hacía en plata pequeños templos de la diosa, convocó a sus colegas y les dijo: “¿Qué será de nosotros si este Pablo persuade a toda Asia que los dioses hechos por manos de hombres son falsos?”. Toda la ciudad se amotinó contra Pablo, Aristarco y Gayo. Arrastraron a los dos últimos al teatro y hubieran perecido si Alejandro, un magistrado elocuente, responsable del teatro, no les hubiera calmado y les hubiera distraído con otros argumentos. Los discípulos aprovecharon para escapar y se reunieron con su maestro para abandonar la ciudad. Aristarco siguió a Pablo hasta Roma. “Aristarco, mi compañero de cautividad, os saluda”, escribe Pablo a los Colosenses.
Beato Federico Janssoon (+1916)
Presbítero franciscano que propagó las peregrinaciones a Tierra Santa en Marianápolis, Canadá.
Beato Gonzalo Gonzalo (+1936)
Religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, mártir en la Guerra Civil española.
* Por intercesión del santo cura de Ars pidamos muchos y muy santos sacerdotes.