Santa María Josefa Rosello (1811-1880)
Nació en Abisola, Italia, de familia pobre. Cuando era niña, su papá la llamaba “La pequeña capitana”, porque demostraba cualidades de líder y ejercía mucha influencia entre sus compañeras. María Josefa sentía grandes deseos de dedicarse a una vida de soledad y oración, pero su confesor le aconsejo que no era lo mejor para su temperamento emprendedor. Entonces al saber que el Señor obispo de Savona buscaba quien educara a tantas niñas que andaban abandonadas por las calles, María Josefa se ofreció hacerlo y con un grupo de amigas fundó la congregación de Nuestra Señora de la Merced, con el fin de atender a niñas y jóvenes pobres.
Con unos muebles viejos, una casona casi en ruinas, cuatro colchones de paja, un crucifijo y un cuadro de la Sma. Virgen, empezaron su nueva comunidad. Y Dios la bendijo tanto, que ya en vida de la fundadora llegaron a ser 66 casas de la comunidad. La Madre Josefa tenía una confianza total en la Divina Providencia y aún en las circunstancias más difíciles, no dudaba que Dios iba a intervenir para ayudarla, y así sucedía.
Durante 40 años fe superiora general, pero aún así, en cada casa donde llegaba, se dedicaba a ayudar en los oficios más humildes: lavar, barrer, cocinar, etc. También en América sus religiosas fueron fundando hospitales, casas de refugio y obras de beneficencia.
Sus últimos años padeció muy dolorosas enfermedades que la redujeron a casi total quietud. También padeció graves escrúpulos y falsos temores de que se iba a condenar. Pero venció con estas tentaciones con la ayuda de la oración y una gran confianza en el Señor y murió diciendo: “Amemos a Jesús. Lo único importante es amar a Dios y salvar el alma”.
San Melchor García Sampedro de Quirós (+1858)
Este obispo dominico, protomártir de Asturias, España, fue misionero en Vietnam bajo el emperador Tu Duc, quien, el mismo año que llegó Melchor a su destino, emitió un decreto de persecución a los cristianos.
Durante un tiempo, la persecución se suavizó en su zona, y Fray Melchor pudo entregarse a las tareas de la evangelización. Incluso editó textos en lengua vietnamita y logró el afecto y la veneración de misioneros y fieles.
En 1854 recrudeció la persecución, y como el obispo José María Díaz Sanjurjo era el más amenazado, se hizo preciso elegir un obispo coadjutor para ayudarle y sucederle, si era apresado, pues la comunidad no debía quedar sin pastor en aquella tribulación. La designación unánime recayó sobre Fray Melchor y él la aceptó, sabiendo que eso equivalía a firmar su sentencia de muerte, como ocurrió finalmente. Fue apresado junto con dos jóvenes cristianos, enjaulado y maltratado, y murió a golpes de hacha de varios verdugos. Sus perseguidores creían que tal ensañamiento eliminaría a todos sus seguidores. La persecución duró varios años, muriendo mártires no menos de 30,000 fieles. El sacrificio de Melchor y los demás mártires movió a miles de personas apara abrazar la fe que era capaz de alimentar tanta bondad y paciencia.
Las reliquias de San Melchor fueron recogidas por los fieles y llevadas años después hasta Asturias, donde reposan en la ciudad de Oviedo. Fue declarado santo el 19 de junio de 1988.
Beato Pedro Poveda(1874-1936)
Su personalidad se asocia a sus actividades pedagógicas que se vertieron en la fundación de la Institución Teresiana (1911). Pedro Poveda fue un hombre preocupado por el deplorable estado de la educación católica en España, y en particular de la mujer que, para él, tiene un papel fundamental en la renovación de la vida cristiana en la sociedad y en la familia. Sus ideas pedagógicas fueron muy adelantadas para su tiempo. Aboga por la supresión de premios o castigos: “Nada de opresión, ni de miedo, ni de excesivos rigores, pero nada tampoco de desorden”. Murió asesinado, como tantos miles de sacerdotes, durante la guerra civil española.
Beata Alfonsa de la Inmaculada Concepción (+1946)
Llamada Ana Mattathupadatu, esta religiosa metió el pie en el fuego para evitar el matrimonio con el fin de ser admitida entre las clarisas malabares de la Tercera Orden de San Francisco. Fue siempre de salud quebradiza y ofreció su vida humildemente como holocausto al Señor. Su fiesta se celebra en la ciudad de Bharanganan, India.
Beato Lucio Martinez Mancebo (+1936)
Presbítero dominico, mártir, fusilado durante la Guerra Civil española y beatificado el 11 de marzo de 2001.
Beatos Manuel Segura y David Carlos(+1936)
Religiosos de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártires de la Guerra Civil española en el pueblo de Gabasa, Zaragoza.
* “En esta vida todo tiene arreglo, menos la muerte, y para un cristiano, la muerte es vida”. Empezando hoy, pídele al Señor no tener miedo de nada, mas que de ofenderlo.