San Leandro
Nació en Cartagena España hacia el 540; murió en Sevilla hacia el 600.
Había sido monje antes de ser obispo de Sevilla en el 579, y bajo su episcopado se determinó el destino religioso de la península Ibérica.
Hacía más de un siglo que los visigodos arrianos ocupaban suelo hispánico cuando Leovigildo decidió exterminar a los católicos de su reino. Desencadenó contra ellos una persecución terrible: el miedo se extendió, muchos apostataron y varios obispos se hicieron arrianos. No obstante, Hermenegildo, hijo mayor y heredero de Leovigildo, se convirtió al catolicismo en el 570, bajo el influjo de su mujer, que era una princesa franca. Como su padre le exigiera la apostasía, se levantó en en armas contra él (579-585). A punto de ser totalmente vencido, Hermenegildo envió al obispo de Sevilla a pedir auxilio a Mauricio, emperador de Bizancio. Pero Mauricio no hizo nada. Más aún, cuando Leovigildo se dio cuenta de lo que estaba pasando, ordenó que mataran a su hijo por traidor (585) y decretó la expulsión de Leandro. Leovigildo murió al año y le sucedió su hijo menor Recaredo en el trono (586-601), el cual volvió a llamar a Leandro, se sometió a su instrucción religiosa, abjuró del arrianismo y en el 587 proclamó al catolicismo como religión del reino. Dos años después reunió un concilio nacional en Toledo, donde los obispos hispanos hicieron unánimemente profesión de fe católica.
Santa Honorina (siglo IV)
Solo se sabe que fue una mártir del siglo IV y que se veneran sus reliquias en Ruán y en Bayeux, Francia.
San Gabriel (1838-1862)
Nació en Asís, Italia, el décimo de 13 hermanos.
Francisco (su nombre antes de profesar) era sumamente esmerado en vestirse a la última moda. Era bien parecido, alegre y de fino trato. Gustaba mucho de bailar y lo hacía muy bien, por lo que era el preferido de las muchachas en las fiestas. Sus amigos le llamaban “el enamoradizo”.
Al terminar el bachillerato, se enfermó gravemente y prometió que si se curaba se iría de religioso. Pero apenas se curó, olvidó su promesa y siguió gozando del mundo. Sucedió lo mismo por segunda vez, y por fin al morir su hermana preferida del cólera decidió cumplir su promesa y entrar con los Padres Pasionarios.
A pesar de que le costó muchísimo el cambio tan brusco de vida, Gabriel cumplía perfectamente los Reglamentos de la Comunidad, que eran bastante rigurosos.
Su vida de religioso fue breve, apenas unos seis años, pues antes de llegar al sacerdocio se enfermó de tuberculosis. Sufrió con gran paciencia esta terrible enfermedad, meditando en la Pasión del Señor, devoción principal de esta Comunidad. También tenía una fervorosa devoción a la Madre de Dios que llevó a Gabriel a grados altísimos de santidad.
* Escoge un libro espiritual para leerlo diariamente.