Santoral 19 de junio | San Romualdo, Santos Gervasio y Protasio, San Remigio Isoré, San Modesto, Beata Miguelina Metelli

San Romualdo, abad (+ 1027)

Después de una juventud bastante libertina, Romualdo entró de monje en Ravena. Pero él quería combinar la vida de comunidad con la de los ermitaños. Durante mucho tiempo estuvo buscando su camino hasta que se estableció en Camáldoli, junto a los montes Apeninos. Los camaldulenses pueden seguir “la Regla” (de San Benito) o vivir como ermitaños o combinar ambas vidas.

Santos Gervasio y Protasio

Fueron martirizados y enterrados uno al lado del otro en Milán.  San Ambrosio encontró sus tumbas.  No se sabe de ellos casi nada más, salvo lo que nos dice el propio Ambrosio cuando señala que “eran de una estatura prodigiosa, tal y como era frecuente en la Antigüedad”.

San Remigio Isoré y San Modesto Andlauer (+1900)

Mártires y presbíteros de la Compañía de Jesús, que fueron asesinados cuando hacían oración delante del altar en la persecución de los boxers en la ciudad de Ou-y, China.  Fueron canonizados por Juan Pablo II el 1º de octubre del año 2000.

Beata Miguelina Metelli (+1356)

Nació en Pésaro, Italia,  se casó a los doce años con un duque de la familia Malatesta y enviudó a los veinte años.  Después de perder a su único hijo se hizo terciaria franciscana.  Distribuyó sus bienes entre los más necesitados, empezó a vivir de las limosnas y buscó, a ejemplo del Salvador, el menosprecio del mundo. Su vocación le había de reportar una gran cantidad de pruebas, la primera fue que su familia política la encerró en una torre con pretexto de que estaba loca.  Sus carceleros no pudieron soportar convertirse en verdugos de una mujer tan buena y encantadora y la ayudaron a salir de la torre.  La gente del pueblo se puso de su lado, y su familia la dejó vivir como ella deseaba. 

Durante treinta años Miguelina se consagró ante todo al cuidado de los leprosos a los que cuidaba con cariñoso esmero.  Al final de su vida empleó sus últimas fuerzas en visitar Tierra Santa, muriendo al regreso de su peregrinación.

*  Nuestra ermita es la calle: proponte vivir como contemplativo en medio del mundo, ofreciendo tu trabajo bien hecho, tu descanso, tu diversión, todo, por amor de Cristo.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba

Copyright © 2024 Encuentra by Juan Diego Network. Todos los derechos reservados.