Santoral 18 de abril | San Francisco Solano, San Perfecto y San Apolonio

San Francisco Solano, misionero (1549-1610) 

Este santo español, vivió la mayor parte de su vida de misionero franciscano en  América del Sur. Recorría a pié distancias increíbles – una vez  más de 3,000 kilómetros desde Lima, Perú hasta Tucumán, Argentina- para convertir a los indios, entre incontables peligros y sufrimientos.  Tenía un don de lenguas especial, pues en unos días aprendía los dialectos de cada tribu y tan bien  entendían sus enseñanzas y las recibían con tanto provecho, que se convertían y bautizaban por cientos.

San Francisco amaba la música:  cantaba y tocaba muy bien la guitarra y el violín.  Alegraba con su música a indios y colonos y se dice que hasta las aves lo seguían para escucharlo, como a su Padre Fundador y homónimo, Francisco de Asís.

San Perfecto (+850)

Nació y murió en Córdoba, España. Según cuenta san Eulogio, que lo conoció, prestaba servicios en la parroquia de San Ascisclo en Córdoba.  Al igual que todos sus hermanos, sabía que arriesgaba la vida al tratar de convertir a los musulmanes.  Por eso desconfió cuando lo abordaron por la calle dos de ellos y le preguntaron que pensaba de Jesús y de Mahoma.  Contestó que Jesús, para él, era el Hijo de Dios, y Dios mismo, el Salvador universal de los hombres.  “En cuanto a Mahoma- añadió- prefiero no hablar de él por miedo a molestaros”.  “Al contrario- le replicaron- deseamos que nos instruyas, habla sin miedo que prometemos no hacerte ningún daño”.  Un día, después de responderles sobre el Cristianismo, se niega a exponerles su parecer sobre el Corán: «no me atrevo por no molestaros; sólo si me prometéis secreto y seguridad, satisfaré a vuestra pregunta» Le desearon buenos día y le dejaron volver a casa tranquilamente.  Mantuvieron su palabra: ese día no le hicieron ningún daño.  Pero como buenos casuistas que eran encontraron pronto el medio de arreglar las cosas.  Le denunciaron a unos amigos que fueron los encargados de hacerle detener.  No tardó mucho en ser llevado ante el tribunal del cadí, que por las denuncias tuvo que condenarle a muerte, y un 18 de abril, se le decapitó al otro lado del Guadalquivir, en el llamado Campo de la Verdad.

San Apolonio (siglo II)

Sufrió martirio en Roma, bajo el mandato de Cómodo.  Como era un personaje importante y muy culto, asistieron a su proceso famosos filósofos, y fue tratado con gran miramiento.  El magistrado le dijo: “Hazme comprender algo de esos misterios cristianos por los que vas a morir”.  A lo que Apolonio respondió “Sólo el Verbo de Dios te puede dar la fe ya que en esas materias, un hombre no es capaz de hacérselo ver a otro, de la misma manera que la luz del día no puede brillar para los ciegos”. 

*  Procuremos hoy aceptar las incomodidades y contradicciones de la vida con alegría y sin quejas, siguiendo el maravilloso ejemplo de san Francisco.

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