San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia (1221-1274)
Nació el año de 1227 en Bagnorea, aldea de la Toscana, en Italia. Se cuenta que de niño estaba enfermo, pasó por allí San Francisco, le curó y lo llamó a la sociedad de los Hermanos Menores. Parece que el serafín de Asís quiso dejar una centella de su espíritu en el Doctor Seráfico. Se le conoce como “Doctor Seráfico” porque Serafín significa “el que arde en amor por Dios”.
Buenaventura, -como antes San Anselmo- pertenece a la escuela Agustiniana. Para él, como para San Agustín, «LA UNIÓN DEL ALMA CON DIOS ES EL TÉRMINO DE TODA CIENCIA, Y ESTO SE VERIFICA POR EL AMOR». Por eso su enseñanza es más afectiva y práctica que especulativa. No le importa el método escolástico, con tal de hacer MÁS VIRTUOSOS A SUS DISCIPULOS. Si Tomás de Aquino se esfuerza, sobre todo, por iluminar las inteligencias, Buenaventura busca más inflamar los corazones. «El uno -dice Dante- fue todo seráfico en ardor. El otro, fue un esplendor de luz querúbica».
San Buenaventura es una de las personalidades más ricas que ha habido en la Iglesia. Es predicador y profesor, filósofo y poeta, teólogo y místico. Y todo en grado eximio. Es un buen gobernante, cuando a los 35 años es elegido Ministro General de los Franciscanos. Es un gran escritor como lo muestra en el «SOLILOQUIO», «LOS TRES CAMINOS SOBRE LA ORACIÓN, LA MEDITACIÓN Y LA CONTEMPLACIÓN», el «HEXAMERON», y «EL ITINERARIO DE LA MENTE HACIA DIOS», que es un retrato de su misma vida. En el Monte Avernia, entre lágrimas, escribe la «VIDA DE SAN FRANCISCO».
El Papa Gregorio X lo hace Cardenal y Obispo de Ostia. Tomás de Aquino y Buenaventura se dirigen a Lyon para participar en el XIV Concilio Ecuménico. Tomás muere en el camino. Buenaventura lleva el peso en el trato con los orientales. Con sabiduría y dulzura consigue que firmen su unión con la Iglesia de Occidente. Ocho días después volaba al Paraíso.
San Donald (siglo VII)
Nació, vivió y murió en Escocia. Vivía en una gran mansión en Ogilvy junto a su extensa familia. El día en que perdió a su mujer, ésta le encomendó antes de morir que encontrara un buen marido para cada una de sus nueve hijas. Donald supo aliviar el encargo, ya que el día después del entierro les dijo a sus hijas que tenían vocación religiosa, y al parecer, la tenían, pues rara vez se ha llegado a ver una comunidad más fervorosa y un abad más feliz en los últimos años de su vida.
San Andrés Nam-Thuong (+1855)
Mártir y catequista vietnamita, canonizado en 1988. Bajo el emperador Tu Duc fue encarcelado y murió atado con cadenas, camino del exilio, llevando un gran madero.
San Pedro Tuan (+1838)
Presbítero mártir vietnamita, muy unido en la misión, en el martirio y en la glorificación al dominico español José Fernández, que sufrió el martirio nueve días después, el 24 de julio. El juez le mandaba pisar la cruz si quería salvar la vida, a lo que respondió: Ciertamente, soy viejo y débil, pero la fuerza de Dios me ayudará a sufrir los tormentos y la misma muerte. Yo no piso la santa cruz. Sólo deseo que llegue el momento de ofrecer la cabeza y derramar mi sangre por el Señor del cielo, cuya religión es la única verdadera. Fue decapitado el 15 de julio de 1838 y canonizado en 1987.
Beata Ana María Javouhey (+1851)
La fiesta de esta religiosa se celebra en París. Fundó la congregación cluniacense de las Hermanas de San José, dedicada al cuidado de los enfermos y niñas pobres, también en tierras de misión.
Beato Pedro Nguyen Ba Tuan (+1838)
Presbítero y mártir, que murió de inanición en la cárcel de Nam Din, Vietnam, detenido bajo el emperador Minh Manh.
* Piensa el día de hoy en la posibilidad de visitar enfermos en hospitales de beneficencia, llevándoles un poco de compañía y de consuelo.
Despues de San Francisco, San Enrique el Emperador y San Leon I, el santoral recuerda este y cada 15 de julio a la figura y obra de San Buenaventura, tambien conocido como ‘Doctor Serafico’ por sus escritos encendidos de fe y amor por Jesus, a quien el catolicismo reconoce como una persona especialmente habil en las oraciones como quedo patente mediante su aportacion a la ensenanza teologica en la Universidad de Paris. Ademas de haber sido discipulo de Alejandro de Hales, en 1257 Buenaventura fue nombrado superior general de los Frailes Menores. Unos anos mas tarde, comenzo a escribir una obra sobre la vida de San Francisco de Asis y, durante diecisiete anos, dirigio la orden de San Francisco ; motivo por el que fue considerado como su segundo fundador.