San Serapión (1148-1240)
Este santo tuvo una vida muy azarosa. Nació en Escocia, de padres nobles, participó junto con su padre en la tercera cruzada, distinguiéndose en las batallas contra el sultán Saladino. Más tarde volvió a guerrear en Tierra Santa al servicio de Alfonso VIII de Castilla. Después de regresar a España, tomó hábito de la Merced en Barcelona, y se dedica con tanto ardor a la redención de cautivos cristianos que termina muriendo mártir en Argel, después de terribles torturas.
San Esteban Teodoro Cuenot (1802-1861)
Obispo francés, misionero en Vietnam y mártir de la fe que fue canonizado en 1988.
Beata Magdalena Morano (1847-1908)
Nacida en Turín, Italia, expresó desde muy joven su afán de servicio, sirviendo de catequista y maestra de los niños y enfermera de los ancianos desahuciados.
Cuando decidió consagrar su vida a Dios, visitó a don Bosco que la persuadió de no marcharse a la vida de clausura, y la orientó al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora del que fue cofundador con Santa María D. Mazzarello.
En 1881, fue enviada como directora de la comunidad en Trecastagni, Catania y su actividad apostólica dio vida en poco tiempo a incitativas valientes en el campo de la catequesis, de la instrucción y asistencia educativa de las jóvenes, y de la de promoción de las clases más desfavorecidas.
A lo largo de 26 años florecieron en varias partes de la isla, institutos, colegios, centros parroquiales, asociaciones e internados: unas 20 casas animadas por su personalidad madura y evangélicamente abierta a cualquier expresión de bien, sostenida siempre por una continua unión con Dios y por un ardiente deseo de santidad.
Murió el 26 de marzo de 1908 y fue beatificada por Juan Pablo II el 5 de noviembre de 1944, en Catania, con motivo de su visita pastoral a aquella arquidiócesis.