San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia
Siendo religioso carmelita español, a los 25 años se encuentra con Teresa de Jesús, que por entonces emprendí la reforma de la Orden carmelita. Inmediatamente quiso volver a la observancia de la antigua regla, pero se topó con la violenta resistencia de sus superiores. Lo único que lograron aquellas dificultades fue sublimar su unión con Dios en las cumbres de la vida mística, de la cual dan testimonio sus escritos y poesías. (1542-1591).
San Fortunato (530-600)
Nació en Venecia, Italia, y al terminar sus estudios literarios en Ravena, viajó como trovador por toda Italia, componiendo versos sin importarle tema o destinatario. Curado de una grave oftalmía por San Martín, decidió ir en peregrinación a Tours en señal de agradecimiento a su bienhechor. De ahí siguió a Poitiers para venerar las reliquias de san Hilario, donde sufrió una crisis espiritual que puso fin a su carrera itinerante. Trabó amistad con la ex reina Radegunda y se convirtió durante treinta años en el limosnero de su monasterio. De esta época datan sus escritos perdurables: vidas de santos y poemas. Quedan al menos diez mil hexámetros suyos. Compuso algunos de los himnos más bellos de la liturgia como el Vexilla regis y el Pangue lingua. La muerte le sorprendió cuando había sido obispo de Poitiers tres o cuatro años.
* Acuérdate de San Juan de la Cruz cuando te encuentres con dificultades que frenan tus planes: el Señor siempre saca provecho de estas circunstancias para hacerte crecer en vida interior.
