Navidad en familia: cómo tener la fiesta en paz

Se acercan días muy especiales, en los que las familias se reúnen alrededor del belén para poder celebrar el Nacimiento del Niño Jesús.

Estos días de gran alegría para los cristianos, pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza cuando las cenas o comidas son con las familias de origen.

Es muy frecuente que a estas alturas dónde comeremos o cenaremos los días de Nochebuena y Navidad o Fin de año y año nuevo ya estén decididos y que haya un reparto entre los matrimonios para pasar de una manera más o menos equilibrada las fiestas.

En el Instituto Coincidir no son pocos los conflictos familiares en los que trabajamos este tipo de situaciones. Lo hacemos precisamente para llegar a acuerdos y vivir las relaciones de manera más constructiva. La clave en la que incidimos es en entender al otro en su necesidad  y en ver cómo podemos dejar de interpretar esos gestos a veces no muy acertados de tu suegra, tu cuñado o tu nuera, atribuyéndoles una intención positiva.

Verle la intención positiva

No se trata de hacer como si no pasara nada, sino de saber mirar hacia el interior de cada uno, descubriendo la intención positiva que cada gesto, acto o reacción conlleva.

Esa intención positiva por la que cada uno actúa o reacciona de una determinada manera, no es otra que la de proteger, prevenir o servir.

Si somos capaces de descubrir en el otro esa intención positiva, podremos disfrutar de una manera mucho más consciente y plena de estas fiestas.

¿Y por qué pueden surgir esas dificultades?

Cada uno tendrá su propia historia y experiencia personal, esa circunstancia que le ha podido herir en un momento determinado y que guarda en su mochila. Esas heridas normalmente han sido provocadas por nuestros amores primarios. Hacen que con el transcurso del tiempo, en fechas tan señaladas, los corazones se remuevan y afloren sentimientos que pueden estar encontrados en el interior de cada uno.

Otras habrá sido por un mal gesto, una mala palabra en un momento determinado que nos ha hecho sentir desplazado o poco valorado en la familia política.

Otras…., (cada uno que piense junto al Nacimiento).

El ser consciente de ello nos permitirá captar la esencia de la Navidad. Así descubriremos lo que es verdaderamente importante, sabiendo mirar hacia otro lado como hacía la Virgen María.

“Y María  guardaba  todas esas cosas y las meditaba en su corazón” . (San Lucas 2, 16-21).

Para poder disfrutar de una manera diferente aquí van unos consejos prácticos:

1.- Buscar el verdadero sentido de la celebración. A veces no se tratará de defender a rajatabla un “me toca” con una familia o “me toca” con la otra familia. Las circunstancias han podido cambiar y más estos dos últimos años. Quizás, se puede hacer algo diferente que fomente la unión entre las familias, siempre que sea posible. Aquí estará la imaginación y  creatividad de cada matrimonio.

2.- No ir predispuesto a escuchar lo que sabemos que no nos gusta escuchar. Esa predisposición es como la profecía autocumplida, porque si te predispones a lo negativo seguro que acabas encontrando eso negativo que estás buscando.

3.- Propiciar un cambio de registro en tu interior, para enfocarnos en buscar oportunidades.Igual si tu cuñada no es la más simpática, puedes aprovechar para buscar un sitio que te permita levantarte y echar una mano a la anfitriona. Así, entre plato y plato mientras ayudas, no tienes que estar en la conversación. A lo mejor, en ese ir y venir a la cocina, te encuentras con una sonrisa de tu suegra o un gracias de corazón que sale de su boca y te sorprendes.

4.- Pactar con tu pareja algún código que sólo vosotros conozcáis, por si tenéis  que echaros  un cable el uno al otro si la situación se pone incómoda. Otras veces, se podrá celebrar una de las fiestas con nuestra familia nuclear, la que estamos haciendo el matrimonio. De esta manera, vamos creando nuestras propias tradiciones familiares.

5.- Pensar que son fechas difíciles para quienes han sufrido alguna pérdida. En estos momentos más que nunca un abrazo, una mirada, una sonrisa o un escuchar atentamente provoca una sensación de acogimiento caluroso.

6.- Cantar villancicos y bailar. El disfrutar de los pequeños momentos son esos placeres que la vida te regala y no cuesta dinero. Sacar el niño que todos llevamos dentro.

7.- En estos días de Adviento,  leer algún pasaje de la Familia de Nazaret.

8.- Como este año que termina es el Año de San José, leer algún libro relacionado con su figura nos ayudará a conocer mejor su papel en la historia. Seguro que encontramos algún aspecto práctico de su vida que podemos aplicar a la nuestra. ( El libro “La sombra del Padre: Historia de José de Nazaret” de Jan Dobraczynsky ilustra muy bien su persona).

9.- Pensar que si las cosas se tuercen o surgen tensiones familiares, seguramente es que hay un corazón herido que lo que pide es un poco de cariño. Sepamos mirar más allá y preguntémonos con sinceridad qué aprendizaje podemos sacar de esa situación.

10.- Pedírselo a la Virgen María, Ella es maestra de paciencia, de cariño y de servicio. En Ella tenemos el mejor ejemplo para vivir en familia una Navidad diferente.

Por Mercedes Honrubia García de la Noceda
https://es.aleteia.org/

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