Tentaciones

Jesucristo:

1. Hijo, nunca estás seguro en esta vida; porque mientras vivieres, tienes necesidad de armas espirituales. Entre enemigos andas; a diestra y a siniestra te combaten. Si pues no te vales del escudo de la paciencia a cada instante, no estarás mucho tiempo sin herida. Demás de esto, si no pones tu corazón fijo en Mí, con pura voluntad de sufrir por Mí todo cuanto viniere, no podrás pasar esta recia batalla, ni alcanzar la palma de los bienaventurados. Conviénete, pues, romper varonilmente con todo, y pelear con mucho esfuerzo contra lo que viniere. Porque al vencedor se da el maná, y al perezoso le aguarda mucha miseria.

2. Si buscas descanso en esta vida, ¿cómo hallarás entonces la eterna bienaventuranza? No procures mucho descanso, sino mucha paciencia. Busca la verdadera paz, no en la tierra, sino en el cielo: no en los hombres ni en las demás criaturas, sino en Dios solo. Por amor de Dios debes padecer de buena gana todas las cosas adversas; como son trabajos, dolores, tentaciones, vejaciones, congojas, necesidades, dolencias, injurias, murmuraciones, reprensiones, humillaciones, confusiones, correcciones y menosprecios. Estas cosas aprovechan para la virtud; estas prueban al nuevo soldado de Cristo; estas fabrican la corona celestial. Yo daré eterno galardón por breve trabajo, y gloria infinita por la confusión pasajera.

3. ¿Piensas tener siempre consolaciones espirituales al sabor de tu paladar? Mis Santos no siempre las tuvieron, sino muchas pesadumbres, diversas tentaciones y grandes desconsolaciones. Pero las sufrieron todas con paciencia y confiaron más en Dios que en sí; porque sabían que no son equivalentes todas las penas de esta vida, para merecer la gloria venidera. ¿Quieres hallar de pronto lo que muchos, después de copiosas lágrimas y trabajos, con dificultad alcanzaron? Espera en el Señor, trabaja y esfuérzate varonilmente; no desconfíes, no huyas; mas ofrece el cuerpo y el alma por la gloria de Dios con gran constancia.

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2 comentarios

  1. Señor, no dejes que me dominen las angustias, problemas y dificultades que esta vida terrena me depara. Tampoco las alegrías y satisfacciones que se me presenten y que se conviertan en vanidad y egolatría.

    Sea la luz de tu presencia en mí, la que guíe mis pasos para alabanza y gloria de tu nombre; hágase tu voluntad y no la mía…. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confió… Amén.

  2. Señor, soy débil y con frecuencia me invaden pensamientos de toda índole no deseados; fortaléceme en esos momentos y no me dejes caer en tentación que con frecuencia se muestran placenteras.
    Sigo los consejos de un sacerdote que me dijo que ante tales circunstancias repitiera incesantemente: «Aléjate enemigo que Jesus está conmigo». En ocasiones salgo adelante pero en otras la tentación prevalece; solo Tú Señor me puedes conceder el privilegio de no pecar nunca; fortalece mi fe Señor; como dijo el Centurión al pedirle auxilio a Jesus: Creo, pero aumenta mi fe…. Solo así alcanzare La Paz que proviene de Ti… Bendito seas por siempre Señor…

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