Automovilistas y Peatones: Una Anciana Atropellada por un Automóvil

Una anciana de ochenta y dos años caminaba lentamente por la acera camino de su casa. Tuvo necesidad de pasar la calzada y en el instante en que la atravesaba vino un coche a bastante velocidad. La señora, o no miró si venía un coche, o si lo vio creyó que le daría tiempo suficiente para pasar. El coche la atropelló tan violentamente que la lanzó a dos metros de altura. Cayó la anciana al suelo como si fuera un muñeco. Recibió tan tremendo golpe contra el pavimento que hizo un ruido seco, quedando muerta en el acto. Quedó tendida en el suelo, inmóvil. El coche frenó, la gente se arremolinó. Cogieron a la anciana y la metieron en el coche y rápidamente la llevaron al hospital con la esperanza de que estuviera viva y hacer algo por ella. Los médicos del hospital comprobaron que la anciana estaba muerta. El terrible golpe que recibió la había matado.

Los familiares de la anciana quedaron sobrecogidos de pena y dolor. Aquella anciana era muy querida y amada por todos los suyos.

Un muchacho, montado en su bicicleta, al atravesar una calle céntrica, se le echó encima un camión. Quiso el chico esquivar el atropello, maniobrando rápido, pero era ya tarde, las ruedas delanteras del camión le cogieron de lleno al muchacho y quedó muerto en el acto. Lo llevaron rápidamente al hospital en un coche.

Allí quedó en la calzada la bicicleta destrozada del pobre chico, testigo de una tragedia.

Ocho amigos, jóvenes todos ellos, regresaban a sus casas a las dos de la madrugada. El conductor ¿Iba alegre o embriagado? Lo cierto es que en una revuelta del camino se fueron contra un poste de la carretera. El choque fue violento. Quedaron varios heridos, pero uno de ellos quedó muerto en el acto.

Explicación Doctrinal:

¡Cuántos atropellos por exceso de velocidad! Atropellos por distracción de los peatones; choques contra los árboles, o caídos a un río, o lanzados contra el pretil de un puente. ¡Desgracias por todas partes! ¡Y por todas partes muchas distracciones e imprudencias!

Hoy es necesario aprender bien a ir por la calle y las carreteras. Cuando vas andando por la ciudad debes ir siempre por la acera y nunca por el borde de ella, y menos caminar por la calle: te expones a ser atropellado por un coche o camión. Jamás cruces una plaza por el medio de ella. Hazlo por las bocacalles.

Donde haya semáforos, pasa por ellos y cumple rigurosamente las señales de tráfico.

Cuando tengas que pasar de una acera a otra es importantísimo mires siempre a tu izquierda por si viene un coche o camión, y luego mira a tu derecha. Si los coches están algo lejos, pasa con tranquilidad. Pero si están cerca, no pases, porque, aunque puedas hacerlo corriendo, puedes tener la desgracia de dar un resbalón, caer al suelo y ser atropellado.

Nunca pases de una acera a otra por delante de un coche estacionado. Hazlo por detrás y a cierta distancia.

Cuando camines por la calle o atravieses la calzada, vete atento a todo, sin distraerte, pues muchas personas, por ir distraídas, han sido atropelladas. No tengas prisa al ir por la calle; vete sereno y tranquilo.

Cuando camines por la carretera, hazlo siempre por la cuneta izquierda, pues así verás los carros que vienen.

Cuando seas hombre (mujer) y tengas coche, conduce con moderación, en tu sano juicio, nunca en estado de embriaguez, que la vida de un hombre o de un niño no es nuestra, pertenece a Dios.

Cuando veas a un ciego que desea pasar de una acera a otra, acércate a él, pero no le toques; háblale primero y ofrécele a ayudarle a pasar la calle.

Norma de Conducta:

Estaré atento en la calle a la circulación de coches y camiones.

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