Empleadas domésticas son parte de nuestras familias

“El respeto y la dignidad hacia las empleadas domésticas reflejan la verdadera esencia de una sociedad justa”

Las empleadas domésticas realizan labores esenciales para el bienestar de nuestras familias con una nobleza que no se visten con trajes elegantes, ni se pasean por oficinas, pero que se expresa en las manos que limpian, en los pasos que ordenan la casa, en la mirada atenta que cuida, en la rutina diaria apoyando el cuidado de nuestros hogares y apoyando en la crianza de nuestros hijos.

Su labor, aunque muchas veces invisibilizada o subestimada, requiere esfuerzo, compromiso y una gran capacidad de entrega, lo que ennoblece y dignifica el trabajo que realizan,llegando temprano a nuestros hogares y que se van cuando ya nadie las ve, dejando atrás camas tendidas, la ropa y la loza limpias y a los niños tranquilos.

Por eso, el buen trato hacia ellas no es un favor que les hacemos, sino un deber humano y moral de parte nuestra, ya que les debemos gratitud, respeto, reconocimiento, un salario justo, derechos laborales, condiciones dignas y trato igualitario. No se trata sólo de cumplir con la parte legal con ellas sino de actuar con cariño, empatía, gratitud y conciencia de su valor y lo que representan como hijas de Dios.

“No explotarás al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos o un forastero que se encuentre en tu tierra, en algunas de tus ciudades.”(Deuteronomio 24,14)

Una sociedad justa comienza en casa y nadie debería sentirse menos por servir, y nadie debería sentirse más por ser servido. Tratarlas con dignidad y respeto como nos enseña el evangelio es lo mínimo que debemos hacer y honrar su labory darles su descanso merecido a la semana, nos eleva a todos.

“Acuérdate del día del sábado, para santificarlo. Trabaja seis días, y en ellos haz todas tus faenas. Pero el día séptimo es día de descanso, consagrado a Yahvé, tu Dios. Que nadie trabaje: ni tú, ni tus hijos, ni tus hijas, ni tus siervos, ni tus siervas, ni tus animales, ni los forasteros que viven en tu país.” (Éxodo 20,8-10)

Es importante reconocer y valorar la labor de las empleadas domésticas, tanto en el ámbito familiar como en la sociedad. El trabajo de las empleadas domésticas es valioso y digno, y se les debe garantizar sus derechos promoviendo un ambiente de trabajo sano y equitativo.

“Detrás de cada hogar en armonía, hay una trabajadora del hogar dedicada y comprometida” . Luce

Por Luce Bustillo Schott

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba

Copyright © 2025 Encuentra by Juan Diego Network. Todos los derechos reservados.