Materiales para la SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS y para el resto del año 2012

CONSEJO PONTIFICIO
PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Para tener en cuenta

Esta es la versión española del texto para la SEMANA DE ORACIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2012. El material, con miras a su difusión internacional, ha sido preparado por una comisión mixta nombrada por el Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias, con base en una propuesta de un grupo ecuménico de Jerusalén. Las Comisiones ecuménicas de las Conferencias Episcopales y de los Sínodos de las Iglesias católicas de rito oriental han sido invitadas a adaptar el texto de acuerdo con la situación ecuménica local y las distintas tradiciones litúrgicas presentes en el territorio.

Si desea obtener una copia del texto adaptado a su contexto, le invitamos a ponerse en contacto con la Comisión ecuménica de su Conferencia episcopal o su Sínodo local.

 

Traducción preparada por la Comisión para las relaciones interconfesionales
de la Conferencia Episcopal Española

Materiales para la
SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
y para el resto del año 2012

Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo
(Cf. 1 Co 15,51-58)

Preparados conjuntamente por el
Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la
Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias

IN MEMORIAM

Monseñor Eleuterio Francesco Fortino

Durante la reunión de la Comisión Internacional celebrada en Varsovia (Polonia), en septiembre de 2010, se recibió la noticia de la muerte de Mons. Eleuterio Francesco Fortino, Subsecretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y también durante mucho tiempo miembro del Comité Internacional para la preparación de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Su pasión y su dedicación a la causa de la unidad de los cristianos y especialmente la promoción de la oración por la unidad cristiana fue una de las cualidades importantes que poseía y compartía con los otros miembros de la Comisión. El texto de este año está dedicado a su memoria. ¡Qué la oración con estos textos pueda apresurar la plena realización de la petición de Cristo: «Que todos sean uno… para que el mundo crea»!

Las citas bíblicas de la versión española están tomadas de la Biblia Traducción Interconfesional (BTI), Madrid 2008.

 

A todos los que organizan la Semana de Oración
por la Unidad de los Cristianos

Buscar la unidad durante todo el año

En el hemisferio norte la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de San Pedro y la de San Pablo, que tienen un significado simbólico. En el hemisferio sur donde el mes de enero es tiempo de vacaciones de verano, las Iglesias frecuentemente adoptan otra fecha para celebrar la semana de oración, por ejemplo en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en 1926) que representa también otra fecha simbólica para la unidad de la Iglesia.

Teniendo presente esta exigencia de flexibilidad, invitamos a utilizar estos materiales a lo largo de todo el año para expresar el grado de comunión que las Iglesias ya han alcanzado, y para orar juntos para llegar a la plena unidad querida por Cristo.

Adaptar los textos

Estos materiales se ofrecen con el entendimiento de que siempre que sea posible se adaptarán para ser utilizados localmente. Al hacerlo, se deberán tener en cuenta las prácticas litúrgicas y devocionales locales así como el contexto socio-cultural. Tal adaptación debería hacerse a través de una colaboración ecuménica. En algunos lugares estas estructuras ecuménicas para adaptar el material ya existen; en otros esperamos que la necesidad de que sea adaptado constituya un estímulo para la creación de estas estructuras.

Cómo utilizar los textos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

  • Para las Iglesias y las comunidades cristianas que celebran juntas la semana de oración en un solo acto se ofrece un modelo de Celebración ecuménica.
  • Las Iglesias y las comunidades cristianas pueden igualmente incorporar a sus propias celebraciones oraciones y textos de la semana de oración. Las oraciones de la Celebración ecuménica, del Octavario y de la selección de oraciones complementarias pueden también utilizarse según se considere oportuno en su situación.
  • Las Iglesias y comunidades cristianas que celebran la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos cada día de la semana, pueden encontrar sugerencias en los textos propuestos para el Octavario.
  • A las personas que desean realizar estudios bíblicos sobre el tema de la semana de oración pueden servir de apoyo igualmente los textos y las reflexiones bíblicas propuestas para el Octavario. Todos los días las reflexiones que se tengan pueden terminar con un momento final de oración de intercesión.
  • Para las personas que desean orar en privado los textos de este folleto pueden ayudar a focalizar las intenciones por las que oran. Pueden tener presente que están en comunión con otros que en todo el mundo oran por una mayor unidad visible de la Iglesia de Cristo.

Texto bíblico

1Co15,51-58

Mirad, voy a confiaros un misterio: no todos moriremos, pero todos seremos transformados. Súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene ―que sonará― la trompeta final, los muertos resucitarán incorruptibles mientras nosotros seremos transformados. Porque es preciso que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y que esta vida mortal se revista de inmortalidad.

Y cuando este cuerpo corruptible se revista de inmortalidad, cuando este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que dice la Escritura: La muerte ha sido devorada por la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿dónde tu venenoso aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ha desplegado su fuerza con ocasión de la ley. Pero nosotros hemos de dar gracias a Dios, que por medio de nuestro Señor Jesucristo nos concede la victoria. Por tanto, hermanos míos muy queridos, manteneos firmes y constantes; destacad constantemente en la tarea cristiana, seguros de que el Señor no permitirá que sea estéril vuestro afán.

Biblia Traducción Interconfesional

Introducción al tema del año 2012

Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo
(Cf.1Co15,51-58)

Los materiales de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de 2012 han sido preparados por un grupo de trabajo compuesto por representantes de la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y las Iglesias Vetero-Católicas y Protestantes presentes en Polonia. Después de largos debates, en los que participaron representantes de diversos círculos ecuménicos de Polonia, se decidió centrarse en un tema que concierne el poder transformador de la fe en Cristo, tema muy relacionado con nuestra oración por la unidad visible de la Iglesia, cuerpo de Cristo. Esto se fundamenta en las palabras de San Pablo a la Iglesia de Corinto que habla del carácter temporal de nuestra vida presente (con toda su dimensión aparente de «victoria» y de «derrota»), en comparación con lo que recibimos por la victoria de Cristo a través del misterio pascual.

¿Por qué este tema?

La historia de Polonia ha estado marcada por una serie de derrotas y victorias. Se puede mencionar las invasiones, las particiones, la opresión de parte de poderes extranjeros y de sistemas hostiles. El esfuerzo permanente por superar toda esclavitud y el deseo de libertad son las características de la historia polaca que han conducido a cambios significativos en la vida de la nación. Y así, donde hay victoria hay perdedores que no comparten la alegría y el triunfo de los ganadores. Esta particular historia de la nación polaca ha llevado al grupo ecuménico que ha preparado los materiales de este año a reflexionar más profundamente sobre lo que significa «ganar» y «perder», especialmente a la luz del hecho que el concepto de «victoria» se entiende frecuentemente en términos triunfalistas. Sin embargo, Cristo nos muestra una manera muy diferente de entenderlo.

En 2012 se celebrará el campeonato europeo de fútbol en Polonia y Ucrania. Esto nunca hubiera sido posible en años anteriores. Para muchos, esto es un signo de otra «victoria nacional», mientras cientos de millones de aficionados esperarán ansiosamente noticias de equipos ganadores que jugarán en esta parte de Europa. Este ejemplo puede llevarnos a considerar la situación de quienes no ganan no sólo en el deporte sino también en sus vidas y comunidades. ¿Quién tendrá un pensamiento para los perdedores, los que sufren constantemente derrotas porque se les niega la victoria debido a diversas condiciones y circunstancias? La rivalidad es una característica permanente no sólo en el deporte, sino también en la vida política, empresarial, cultural, e incluso en la eclesial.

Cuando los discípulos de Jesús discutían sobre «quién era el más importante» (Mc9,34), se mostraba claramente que este impulso era fuerte. Pero la reacción de Jesús era muy sencilla: «si alguno quiere ser el primero, colóquese en último lugar y hágase servidor de todos» (Mc9,35). Estas palabras hablan de victoria a través del servicio mutuo, ayudando, incrementando la autoestima de los «últimos», los olvidados, los excluidos. Para todos los cristianos la mejor expresión de este servicio humilde es Jesucristo, su victoria sobre la muerte y su resurrección. Es en su vida, sus actos, su enseñanza, su sufrimiento, su muerte y su resurrección donde queremos buscar inspiración para una vida moderna victoriosa de fe que se expresa a través del compromiso social en un espíritu de humildad, servicio y fidelidad al Evangelio. Y mientras aguardaba el sufrimiento y la muerte que se avecinaba, oró por sus discípulos, para que sean uno y el mundo crea. Esta «victoria» es posible sólo a través de la transformación espiritual y la conversión. Por esta razón consideramos que el tema de nuestras meditaciones deben ser esas palabras del Apóstol de las Naciones. Se trata de lograr una victoria que integre a todos los cristianos en el servicio de Dios y del prójimo.

Mientras oramos y nos esforzamos por la plena unidad visible de la Iglesia, nosotros mismos -y las tradiciones a las que pertenecemos -seremos transformados y configurados a Cristo. La unidad por la que oramos podrá exigir la renovación de algunas formas de vida eclesial que nos son familiares. Se trata de una perspectiva fascinante pero que nos puede dar cierto temor. La unidad por la que oramos no es una noción «cómoda» de amistad y cooperación. Requiere una voluntad de dejar de competir entre nosotros. Tenemos que abrirnos unos a otros, dar dones a los demás y recibir los dones que nos dan los otros, con el fin de poder verdaderamente entrar en la nueva vida en Cristo, que es la única verdadera victoria.

Hay sitio para todos en el plan de salvación de Dios. A través de su muerte y resurrección Cristo abarca a todos, independientemente de ganar o perder, «para que todo el que cree en él tenga la vida eterna» (Jn3,15). ¡Nosotros también podemos participar en su victoria! Basta con creer en Él y nos será más fácil vencer el mal con el bien.

Ocho días para reflexionar sobre nuestra transformación en Cristo

En la Semana de Oración 2012 estamos invitados a profundizar en nuestra fe en la que todos nosotros seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo. Las lecturas bíblicas, comentarios, oraciones y preguntas para la reflexión, exploran los diferentes aspectos de lo que esto significa para la vida de los cristianos y para su unidad, en y para el mundo de hoy. Comenzamos por contemplar a Cristo servidor, y nuestro camino nos lleva a la celebración final del reino de Cristo, por medio de su cruz y resurrección.

Día primero: Transformados por Cristo Servidor
El hijo del hombre ha venido para servir (cf. Mc10,45)

Hoy encontramos a Jesús en su camino hacia la victoria a través del servicio. Lo vemos como aquel que «no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos» (Mc10,45). En consecuencia, la Iglesia de Jesucristo es una comunidad de servicio. El poner en acto nuestros diferentes dones sirviendo juntos la humanidad hace visible nuestra unidad en Cristo.

Día segundo: Transformados por la espera paciente del Señor
Es menester que cumplamos lo que Dios ha dispuesto (Mt3,15)

En este día nos concentramos en la espera paciente del Señor. Para lograr cualquier cambio se requiere perseverancia y paciencia. Orar a Dios para alcanzar una transformación es también un acto de fe y de confianza en sus promesas. Esta espera del Señor es esencial para todos los que oran por la unidad visible de la Iglesia en esta semana. Todas las actividades ecuménicas requieren tiempo, atención mutua y acción conjunta. Todos estamos llamados a cooperar con la obra del Espíritu que une a los cristianos.

Día tercero: Transformados por el Siervo doliente
Cristo padeció por nosotros (cf. 1Pe 2,21)

Este día nos invita a reflexionar sobre el sufrimiento de Cristo. Siguiendo a Cristo, el Siervo sufriente, los cristianos estamos llamados a la solidaridad con todos los que sufren. Cuanto más nos acercamos a la cruz de Cristo, más nos acercamos unos a otros.

Día cuarto: Transformados por la victoria del Señor sobre el mal
Vence al mal a fuerza de bien (Rm 12,21)

Este día nos introduce más profundamente en las luchas contra el mal. La victoria en Cristo es una superación de todo lo que daña a la creación de Dios y nos mantiene separados unos de otros. En Jesús estamos llamados a compartir esta nueva vida, luchando con Él contra lo que está mal en nuestro mundo, con confianza renovada y con una alegría profunda en lo que es bueno. Mientras estemos divididos no podemos ser lo suficientemente fuertes para vencer el mal de nuestro tiempo.

Día quinto: Transformados por la paz de Cristo resucitado
Se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: la paz esté con vosotros (Jn 20,19)

Hoy celebramos la paz del Señor resucitado. El Resucitado es el gran vencedor sobre la muerte y el mundo de las tinieblas. Él une a sus discípulos que estaban paralizados por el miedo. Él nos abre nuevas perspectivas de vida y de acción a favor de su Reino que viene. El Señor resucitado une y fortalece a todos los creyentes. La paz y la unidad son los signos de nuestra transformación por su resurrección.

Día sexto: Transformados por el amor inconmovible de Dios
Nuestra fe es la que vence al mundo (cf. 1Jn 5,4)

En este día nuestra atención se concentra en el amor fiel de Dios. El misterio pascual revela este amor fiel y nos llama a una nueva forma de fe. Esta fe supera el temor y abre nuestros corazones al poder del Espíritu. Esta fe nos invita a la amistad con Cristo y, de este modo, de unos con otros.

Día séptimo: Transformados por el Buen Pastor
Apacienta mis ovejas (Jn 21,17)

Los textos bíblicos de hoy nos muestran al Señor fortaleciendo a su rebaño. Somos llamados a seguir al Buen Pastor, a reforzarnos mutuamente en el Señor, a apoyar y fortalecer a los débiles y los perdidos. Hay un solo Pastor, y nosotros somos su pueblo.

Día octavo: Reunidos en el Reino de Cristo
Al vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí (Ap 3,21)

En este último día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos celebramos el Reino de Cristo. La victoria de Cristo nos permite mirar hacia el futuro con esperanza. Esta victoria supera todo lo que nos impide compartir la plenitud de la vida con Él y con los demás. Los cristianos sabemos que la unidad entre nosotros es sobre todo un don de Dios. Es un participar en la victoria gloriosa de Cristo sobre todo lo que divide.

Preparación de los materiales para la Semana de oración por la unidad de los cristianos 2012

www.vatican.va

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3 comentarios

  1. Material valioso para compartir con mi Comunidad de Jóvenes, sería posible que me enviaran un copia. muchas gracias que Dios los siga bendiciendo

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