Sugerencias Pastorales para la Cuaresma

Guía con consejos prácticos, para la formación litúrgica.
Sugerencias Pastorales para la Cuaresma

MIÉRCOLES DE CENIZA

Celebración de la Semana Santa

Sabemos bien que durante la Semana Santa, la Iglesia celebra los misterios de la reconciliación, realizados por el Señor Jesús en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén. Nuestra meta será preparar a nuestros miembros para participar de las Celebraciones de la comunidad ya sea a través de los distintos ministerios necesarios durante estas intensas jornadas, sea de los actos litúrgicos programados. Lo importante será motivar la vivencia profunda de estos días como un camino de encuentro personal con Cristo sufriente y resucitado.

El tiempo de Cuaresma continúa hasta el día jueves de la Semana Santa. La Misa Vespertina de la Cena del Señor es la gran introducción al santo Triduo Pascual. El Triduo Pascual comienza con el Viernes de la Pasión, prosigue con el Sábado Santo, tiene su zenit en la Vigilia Pascual y acaba con las Vísperas del Domingo de la Resurrección.

Compartir con los grupos en la reunión semanal el sentido de lo que vamos a vivir y concientizarlos de qué significa cada gesto y signo en la liturgia de estos días, ha de ser nuestro compromiso, pero no como quien cuenta acontecimientos al pasar; sino como quien vive una experiencia de fe significativa en estos días.

Te ofrecemos aquí el significado de esta semana tan especial y sugerencias para suscitar en el grupo la disposición a vivir este acontecimiento grande en el camino de nuestra fe, mientras trabaja los contenidos preparando el anuncio para la comunidad.

Puede servir para:

– Armar volantes que los jóvenes pueden llevar a las casas de la comunidad para invitar a participar de las distintas celebraciones.

– Explicar a través de programas radiales de la semana, las distintas acciones que vamos a revivir.

– Preparar spots para programas de TV en canales locales

– Desarrollar el contenido en periódicos locales y de la propia comunidad.

– Armar la cartelera parroquial para cada día de la Semana Santa

– Preparar mensajes o celebraciones para personas enfermas, postradas, o alejadas del casco urbano, que no puedan concurrir a la celebración parroquial.

Es importante que en estos días se ofrezcan en todas las parroquias, capellanías, colegios, hospitales y centros de evangelización, horarios amplios para facilitar a los fieles cristianos el acceso al Sacramento de la Reconciliación, como preparación espiritual para acompañar al Señor Jesús en la entrega de Sí mismo por nosotros. Es muy conveniente que el tiempo de la Cuaresma termine con alguna celebración penitencial que prepare a una más plena participación en el misterio pascual.

Celebración Penitencial

Canto de entrada: Juntos como hermanos.

Saludo del sacerdote:

En el nombre del padre… la gracia y el perdón de Ntro. Sr. Jesucristo esté con todos ustedes Hemos cantado que nuestra vida es como un largo caminar por el desierto bajo el sol, y en este caminar muchas veces sentimos sed, sed de algo nuevo, sed de perdón y de reconciliación. Esta celebración es como un alto en el camino , en ella nos encontramos con el agua viva del perdón de Dios y los hermanos. Bebamos todos de ella, dejémonos lavar por dentro, dejemos que la luz de Cristo nos ilumine.

Oremos:

Guía: Padre, muchas veces hemos experimentado la dureza de la vida, muchas veces hemos sido nosotros los que hemos hecho la vida dura a los demás, hoy, ante Tí, ponemos todo lo que somos, nuestros deseos e ilusiones, nuestros éxitos y nuestros fracasos, nuestros pecados y nuestras virtudes, todo Señor, para que Tú lo purifiques y lo bendigas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios: (5, 9-14)

Canto: ver sugerencias musicales

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo: (5,13-16) En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se pone sosa, ¿con qué se salará? Ya no sirve más que para tirarla a la calle y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se enciende un candil para meterlo debajo de la mesa , sino para ponerlo en el candelero que alumbre a todos los de casa. Alumbre también vuestra luz a los hombres; que vean el bien que hacéis y glorifique a vuestro Padre del cielo.”

Homilía breve (si no está el sacerdote presente, lectura de una reflexión u oración)

Examen de conciencia:

Guía: El Señor nos llama hoy a ser sal de la tierra y luz para el mundo. Sal que da sabor y realza los alimentos, sal que también conserva los alimentos. Luz para iluminar, luz que da confianza en medio del temor, luz que guía, luz que rompe la tiniebla y la oscuridad. Por eso hoy vamos a examinar nuestra conciencia, nuestras actitudes a la luz de esta invitación que nos hace el Señor. Como la sal, nosotros los cristianos estamos llamados en medio del mundo, a dar sabor a la convivencia, realzar los valores verdaderamente humanos de nuestras relaciones, sabiendo poner nuestra presencia allí donde nadie quiere ir, junto al lecho del enfermo o del anciano, acompañando al niño o al adolescente en el descubrir de la vida y de la fe. Poniendo alegría allí donde hay tristeza, dando nuestra compañía allí donde hay soledad, cediendo de nuestros intereses en favor de los demás.

Por eso nos preguntamos: · ¿Me tomo en serio mi vida de cristiano? · ¿Acepto la misión que Jesús me ha encomendado? · ¿Soy capaz de ser agente de paz en mis relaciones? · ¿Busco el bien de los demás o más bien busco solo mi comodidad? · ¿Soy capaz de ceder de mis intereses por favorecer a los otros? · ¿Me preocupo por alegrar la vida a los demás o ando siempre quejándome y exigiendo? · ¿Ando siempre obsesionado con mi imagen, o soy capaz de aceptarme como soy? ¿Acepto también a los demás como son?

Guía 2: El Señor nos invita también a ser luz para el mundo. Luz para guiar a otros a salir de la oscuridad de sus vidas. Luz para iluminar con la verdad de Dios las mentiras de una sociedad que levanta ídolos. Luz para dar alegría y esperanza en medio del temor y la tristeza.

· ¿Doy testimonio de mi fe? ¿Manifiesto con mi vida a los demás que sólo hay un Dios verdadero? ¿Soy capaz de hacer oración a menudo? ¿Participo asiduamente en los sacramentos? ¿Coopero con las necesidades de la Iglesia? · ¿Manifiesto a los demás que soy cristiano o me da vergüenza reconocerme como tal? · ¿Soy capaz de hablar de Dios y Jesucristo a los demás? ¿Mis críticas a la Iglesia van acompañadas de cariño y respeto por lo que representa? · ¿Me preocupo por aumentar mi formación cristiana? ¿Leo libros sobre religión? ¿Leo la Biblia? ¿Porqué no colaboro con los catecumenados que me ofrece la parroquia? · ¿Mi caridad es constante o me conformo con dar una limosna de vez en cuando?

Signo evangélico:

Ahora, cada uno se levanta, se acerca y enciende su vela, también puede tomar un poquito de sal, y se vuelve a su sitio. Mientras tanto cantamos

Oración en común

Respuesta: Sí, me levantaré, Volveré junto a mi Padre

1. A ti, Señor, elevo mi alma. Tú eres mi Dios y mi Salvador

2. Mira mi angustia, mira mi pena, dame la gracia de tu perdón.

3. Mi corazón busca tu rostro; oye mi voz, Señor, ten piedad.

4. A ti, Señor, te invoco y te llamo: Tú eres mi Roca, oye mi voz.

5. No pongas fin a tu ternura, haz que me guarde siempre tu amor.

6. Sana mi alma y mi corazón, porque pequé, Señor, contra ti.

Presidente de la celebración: Recordando hermanos, la bondad de Dios, nuestro Padre, confesemos nuestros pecados, para alcanzar su misericordia y perdón.

(todos) Confieso ante Dios y ante vosotros hermanos, que he puesto obstáculos al plan de Dios, a la construcción del prójimo, y a mi propia realización, con mis actos negativos y mis omisiones. Por lo cual, necesito ser perdonado y reconstruido por Dios. En consecuencia, ruego a todos los creyentes que han alcanzado ya la plenitud de la vida, y a vosotros mis hermanos, que pidáis por mí al Padre, por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén. (silencio)

Guía: Ponemos nuestras oraciones por intermedio de María, ante Dios Misericordioso (distintas personas leen las preces)

· Perdón Señor, porque muchas veces hemos olvidado lo que somos: tus hijos. Perdón también por olvidar que los demás son nuestros hermanos. R/: Perdón Señor, perdón

· Perdón Padre por adorar a otros ídolos, por dejar que la comodidad nos venciese. R/: Perdón Señor, perdón

· Perdón Señor, por nuestra mediocridad, por nuestra falta de testimonio, por nuestra falta de caridad y solidaridad con todos los hombres. R/: Perdón Señor, perdón

Canto ver sugerencias musicales

Padrenuestro: Como hijos de Dios , pidamos a nuestro Padre su perdón, rezando juntos…

Gesto de la Paz:

El Señor esté con ustedes y nos dé su paz (gesto de paz)

Oración final:

Todos: Gracias Señor, Gracias por darnos una nueva oportunidad. Gracias por este perdón que nos renueva. Gracias por ser nuestro Padre. Ayúdanos a dar nuevas oportunidades a los demás, ayúdanos a perdonar a los que nos ofendan, ayúdanos a tratar siempre a los demás como hermanos. Te lo pedimos con alegría y humildad Padre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Bendición: El Señor esté con vosotros… Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo…..

DOMINGO DE RAMOS

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor es el título litúrgico de este domingo que abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la Pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor.

Hoy el Papa, haciendo de este domingo la jornada mundial de la juventud, en las iglesias locales, con el mensaje de la evangelización, actualiza el misterio y encomienda a los jóvenes, como antaño, la proclamación de Cristo como Rey y Señor a este mundo nuestro, postmoderno y dormido, reticente que no condenaría quizá a Cristo a la muerte, sino que lo dejaría y lo deja caer en el olvido.

Pero nuestro mundo necesita ser evangelizado para sanar sus ignorancias y sus pecados, de sus deficiencias y su falta de ideales. Un mundo que tiene que ser evangelizado de nuevo, es decir despertado con una noticia de gozo, la del Evangelio de la vida, la de una experiencia rica y llena de esperanza como la que Jesús nos trae.

La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la Resurrección. La lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.

Ideas para llevar adelante

– Que los jóvenes de la comunidad organicen y animen la procesión de Ramos.

– Durante el sábado previo lleven el ramito de olivo a las casas de la comunidad e inviten a participar de la procesión y misa del Domingo de Ramos y de los actos litúrgicos de la Semana Santa.

– Que a nivel diocesano se realice alguna actividad relacionada con la jornada de la juventud.

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JUEVES SANTO

La liturgia del Jueves Santo es una invitación a profundizar concretamente en el misterio de la Pasión de Cristo, e iniciar nuestra Semana Santa como la inició Jesús dando testimonio de la vocación al servicio del mundo .

En este sentido, el Evangelio de San Juan presenta a Jesús "sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía" pero que, ante cada hombre, siente tal amor que, igual que hizo con sus discípulos, se arrodilla y le lava los pies, como signo de su amor a sus discípulos.

Aquella noche la entrega de Cristo llegó a hacerse sacramento permanente en un pan y en un vino que convierten en alimento su Cuerpo y Sangre . La misa de esa noche es la Cena del Señor en la cuál Jesús, un día como hoy, la víspera de su pasión, "mientras cenaba con sus discípulos tomó pan…" (Mt 28, 26). "Hagan esto en memoria mía" (Lc 22,19)

En esta Misa, de manera distinta a todas las demás Eucaristías, no celebramos "directamente" ni la muerte ni la Resurrección de Cristo. No nos adelantamos al Viernes Santo ni a la Noche de Pascua.

Celebramos la alegría de saber que esa muerte del Señor, que no terminó en el fracaso sino en el éxito, tuvo un por qué y para qué: fue una "entrega", un "darse", fue "por algo" o, mejor dicho, "por alguien" y nada menos que por "nosotros y por nuestra salvación" (Credo)

Por eso esta Eucaristía debe celebrarse lo más solemnemente posible.

Algunas sugerencias para preparar la Liturgia del día

Los cantos: en el mensaje, en los signos, no debe ser ni tan festiva ni tan jubilosamente explosiva como la Noche de Pascua, noche en que celebramos el desenlace glorioso de esta entrega. Interesa "subrayar"; en este momento, es que "el Padre nos entregó a su Hijo para que tengamos vida eterna" (Jn 3, 16) y que el Hijo se entregó voluntariamente a nosotros, muriendo en una cruz ignominiosa.

Hoy nuevamente se canta el Gloria.

La Hora Santa: finalizada la Misa de la Institución de la eucaristía el Ssmo. queda expuesto. En muchas comunidades se celebra entonces la adoración Solemne y luego se suceden distintos grupos que adoran al Señor en la custodia a lo largo de toda la noche del Jueves Santo, hasta la Adoración de la Cruz.

Sugerencias

· Ha de prepararse muy bien este momento y predisponer a la comunidad a un momento de oración intensa, de silencio y de recogimiento.

· El encuentro personal y comunitario puede irse intercalando en distintos momentos con cantos propicios que inviten a la reflexión.

· Es bueno preparar guías para la reflexión personal y fuera de la hora de adoración comunitaria, prever una música tenue que indique recogimiento y ayude en la oración.

· Días antes, puede organizarse un cronograma de adoración permanente, invitando a las familias, fieles, instituciones y grupos a anotarse para adorar al Santísimo durante 30 minutos o más, según posibilidades.

· También puede organizarse una adoración desde cada familia o teniendo en cuenta a los enfermos y ancianos. Para lo cual los jóvenes o misioneras pueden preguntar semanas antes quien desea sumarse a la oración desde sus hogares.

ADORACIÓN DEL JUEVES SANTO

(Aporte de Lucía Soledad Gabas, Pquia. Santa Teresita del Niño Jesús de Paraná, Entre Ríos)

Para leer en la primer media hora

Guía 1: Esta es una noche especial, una noche donde a lo largo y a lo ancho del mundo, donde hay una capillita, una parroquia, una catedral… Jesús está allí expuesto para ser amado, así, como aquí en nuestra comunidad.

La Eucaristía es el signo querido por Cristo mismo, para quedarse para siempre con nosotros.

Ahí, en esa hostia que ves, está Todo ÉL, amándonos y testimoniando su amor hacia todos.

En ella, está todo el Hijo de Dios en escucha obediente a la palabra del Padre.

Es Jesús que en el acto de dar su propia vida por cada uno de nosotros, quiso quedarse y repetir esa entrega por vos, por mí, por todos, hasta la consumación del tiempo y de la historia.

Silencio.

Guía 1: El Cristo que recibimos en la Eucaristía y que está en la custodia, es el mismo que vivió, enseñó, murió en Palestina y resucitó, por eso está vivo y activo en la Iglesia y en el mundo.

Por eso, hoy está aquí en esta comunidad, para que le manifestemos nuestro amor y nuestra fidelidad.

Silencio.

Guía 2 : La Eucaristía es fuente de caridad, como capacidad de dar la vida como la dio Jesús.

Pero la caridad existe en las coordenadas de la fe y la esperanza.

Nuestra fe expresa nuestra confianza en el Padre, que envió a su Hijo para salvarnos y la esperanza sostiene nuestro camino de construir el Reino de Dios.

No es posible que realicemos obras, servicios, apostolados, si no estamos fuertemente arraigados a una vida eucarística.

No se puede vivir la caridad que es fruto de la Eucaristía sin caminar con fe y esperanza.

Meditemos entonces:

– ¿cómo es nuestro amor a Jesús?

– ¿son nuestras acciones de apostolado, nuestros servicios, fruto de la caridad que se nutre en el cuerpo y la sangre de Jesús, o meras acciones para ser vistos?

Jesús nos ama intensamente, por eso está aquí para sostenernos; la Madre Teresa de Calcuta decía “la amistad de Jesús es fiel y personal y nos permite intimar con El en la ternura y en el amor”.

La Eucaristía es el abrazo intimo de Dios a todo nuestro ser. Vayamos a su abrazo en cada misa dominical, la Pascua de la semana, y toda vez que podamos. Visitémoslo en el sagrario cada vez que como hoy, entremos a esta, su casa… nuestra casa.

Hagamos silencio ahora, y pensemos en nuestra vida, qué es lo que debemos cambiar, que me impide hacer en mi vida lo que Jesús quiere, y no lo que yo quiero, hablemos con este Jesús, que hoy pasó la última noche entre sus amigos; para luego aceptar la voluntad de Dios, su Padre por amor a nosotros.

Silencio.

Canto.

Quince minutos junto a Jesús:

Guía 1: No es preciso, hijo mío, saber mucho para agradarme mucho; basta que ames con fervor. Háblame, pues, aquí sencillamente, como hablarías al más íntimo de tus amigos, como hablarías a tu madre, a tu hermano.

¡Necesitas hacerme a favor de alguien una súplica cualquiera?

Dime su nombre, bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos o amigos; dime enseguida qué quisieras que hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho; no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse, en cierto modo, de sí mismos, para atender a las necesidades ajenas.

Háblame, pues, con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer; de los extraviados que anhelas volver al buen camino; de los amigos que quisieras ver otra vez a tu lado. Dime por todos una palabra siquiera; pero palabra de amigo, palabra entrañable y fervorosa. Recuérdame que he prometido escuchar toda súplica que salga del corazón; ¿y no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos a quienes tu corazón más especialmente ama?

¿Y para ti, no necesitas alguna gracia?

Hazme, si quieres, una lista de tus necesidades, y ven, léela en mi presencia.

Dime francamente que sientes soberbia, amor a la sensualidad y al regalo, que eres tal vez egoísta, inconstante, negligente…; y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para liberarte de tales miserias.

No te avergüences ¡pobre alma! ¡Hay en el cielo tantos justos, tantos Santos de primer orden, que tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad, y poco a poco se vieron libres de ellos.

Ni mucho menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, feliz éxito en tus trabajos, negocios o estudios; todo eso puedo dar, y lo doy, y deseo que me lo pidas en cuanto no se oponga, antes bien ayude a tu santificación. Hoy por hoy ¿qué necesitas? ¿qué puedo hacer por tu bien? ¡Si supieras los deseos que tengo de favorecerte!

¿Traes ahora mismo entre manos algún proyecto?

Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa? ¿qué piensas? ¿qué deseas? ¿qué quieres que haga por tus padres, por tus hermanos, por tus amigos, por tus superiores? ¿qué desearías hacer por ellos?

¿Y por mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a los amigos, a quienes tú amas mucho, y que viven quizás olvidados de mí?

Dime qué cosa llama hoy particularmente tu atención, qué anhelas más vivamente, y con qué medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empresa, y yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras interesarme algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y suavemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, a donde me place.

¿Sientes acaso tristeza o mal humor?

Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todo sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor propio? ¿quién te ha menospreciado?

Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Dame cuenta de todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de mí, todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición.

¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías, que no por ser injustificadas dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi amorosa providencia. Contigo estoy aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora olvidadizas, se alejan de tí, sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu trato, si no han de ser obstáculo a tu santificación.

¿No tienes tal vez alegría alguna que comunicarme? ¿Por qué no me haces participante de ella a fuerza de buen amigo?

Cuéntame lo que desde ayer, desde la última vez que me visitaste, ha consolado y alegrado tu corazón. Quizá has tenido agradables sorpresas; quizá has visto disipados negros recelos; quizá has recibido faustas noticias, una carta, una muestra de cariño; has vencido alguna dificultad, o salido de algún trance apurado. Obra mía es todo eso, y yo te lo he procurado; ¿por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud y decirme sencillamente, como un hijo a su padre: “Gracias, Padre mío, gracias”? El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le gusta verse correspondido.

¿Tampoco tienes promesa alguna que hacerme?

Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente, a Dios no; háblame, pues; con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte a más en aquella ocasión de pecado? ¿de privarte de aquel objeto que te dañó? ¿de no leer más aquel libro que exaltó tu imaginación? ¿de no tratar más aquella persona que turbó la paz de tu alma?

¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra, a quien, por haberte faltado, has mirado hasta hoy como enemiga? Ahora bien, hijo mío, cuando mañana vuelvas a tus ocupaciones habituales, a tu trabajo, a tu familia, a tu estudio; pero no olvides los minutos de grata conversión que hemos tenido aquí los dos en la soledad del santuario. Guarda, en lo posible silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama y honra a mi Madre, que también lo es tuya. Vuelve mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mí. En el mío hallarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, nuevos consuelos… Aquí te espero. JESUS.

Adoración de una hora

Guía 1: Señor Padre Santo, ahora que nos acercamos a la hora de la muerte de tu Hijo Jesucristo en la Cruz, concédenos la gracia de contemplarlo en la Eucaristía para luego celebrar con gozo la alegría de su Resurrección con nuestro Señor Jesucristo.

Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: “Con ansias he deseado comer esta pascua con vosotros antes de padecer”.

El evangelio nos pone una y otra vez en sus líneas estas imágenes que nos muestran a Jesús compartiendo su vida con aquella comunidad de amigos, celebrar la fiesta, encontrarse, compartir la vida es un signo propio del cristianismo.

Por eso, llegada la hora de la partida, Jesús se reunió con los apóstoles en una cena, seguramente austera, pero digna de una ocasión importante.

Hay muchas obras de arte que expresan en la pintura esta situación a lo largo de los siglos, y es esta misma situación que hoy repetimos en esta comunidad.

Guía 2: Señor, estamos aquí, somos tus amigos: está Juan, está Santiago, también Anabell, María, Candela, está Fernando, Maximiliano, está Natalia, Sebastián… estamos todos compartiendo la vida.

Pero deseamos que sean cada día más los amigos que se sientan a tu mesa, en las buenas y en las malas.

Queremos compartir nuestra vida como lo hiciste vos a lo largo de tu camino.

Estar al lado de los enfermos y pobres, acercarnos al que sufre, compartir con ellos la hora del dolor como aquel primer jueves santo.

Deseamos estar en tu mesa a pesar de nuestras traiciones y dejarnos amar profundamente por tu corazón de amigo.

Por eso le pedimos a tu madre: “María, señora del camino en la fiesta o en la cruz, ven a nuestro corazón para ayudarnos a descubrir cada vez mas fielmente la amistad de tu hijo y la necesidad de compartir la vida”

Canto.

Guía 1: “Sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que el había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó su manto y tomando una toalla se la ató a la cintura, luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura”.

Guía 2: Que gesto maravilloso Señor, el tuyo, que profunda y grande tu humildad, ponerte al servicio de todos y cada uno, hasta en este gesto tan sencillo de ponerte a lavar los pies de tus amigos.

No poca habrá sido la sorpresa de los apóstoles ante esta situación, por eso es lógica la actitud de Pedro que de primera intención parece rechazar este gesto que no entiende.

También nosotros, muchas veces no entendemos esto de servir en gestos simples y pequeños: lavar la herida de un enfermo, sonreír a aquel mendigo y darle de nuestra comida, dar parte de nuestro tiempo, poner nuestro talentos al servicio de aquella obra.

Parece que no nos bastó tu ejemplo y también ponemos “Peros”, como Pedro. Pero tu palabra descorre el velo y le da sentido de eternidad a este servicio: “si no te lavo, no tienes parte conmigo”. Si no aceptas mi servicio, te quedas afuera. Si no servís a tus hermanos, estas afuera.

Como Pedro, Señor, esta noche, te pedimos que “nos laves no solo los pies sino las manos y la cabeza” los pies para caminar los ambientes de nuestra vida, siendo profetas de la esperanza.

Las manos, para sumarlas comprometidamente a la obra concreta por el hermano necesitado.

La cabeza, para despejar las ataduras que nos adormecen la creatividad, la acción.

Pero por sobre todo, lava nuestro corazón, para ser capaces de descubrir que no es posible amarte si descuidamos a nuestros hermanos.

Silencio.

Guía 1: “Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”.

En esta noche, señor tan llena de significado, cada palabra, cubre una dimensión particular. La hora de la partida siempre, de algún modo es hora de síntesis, por eso todo este discurso de despedida tiene esa fuerza de quien en pocas palabras resume el sentido de su vida y su misión.

Cada palabra es una invitación a la acción, al testimonio de lo que habrá de hacer de ahora en adelante: permanecer en Vos, amarnos, no temer estar juntos, estar unidos, servir…..

Nos diste el ejemplo, por eso predicaste la buena nueva y multiplicaste los panes, curaste a los enfermos, diste vida a los muertos.

Te interesa la totalidad del hombre y la integridad de la salvación.

Por eso queremos ser testigos desde la profundidad del evangelio, ya que no puede haber una sociedad prospera, libre y armónica, cuando hay un estado de injusticia, que clama al cielo, cuando hay hermanos que viven en una situación infrahumana o están marginados.

Deseamos ser testigos y protagonistas de una sociedad que rechace toda forma de violencia, que desaliente la desesperanza y la amargura, pero que trabaje decididamente por revelar al hombre su propia dignidad personal y que siendo solidaria con las angustias y esperanzas de cada hermano, ponga en marcha la solidaridad.

Canto.

Guía 1: “Luego tomo el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: este es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”.

Después de la cena hizo lo mismo con la copa diciendo: “esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre que se derrama por ustedes”.

Guía 2: Esta noche meditamos también sobre la institución del sacerdocio.

Es bueno el momento para que en comunidad, compartamos esta mirada de la Iglesia, que es misterio de comunión, donde tu amor infinito pida a cada uno un misterio para realizar la edificación del cuerpo de Cristo.

La gracia confiada en esta noche a los apóstoles, es el cimiento de este ministerio que es dado para el servicio de la comunidad y gloria de Dios Padre.

Cada sacerdote unido al obispo, sucesor de los apóstoles, se configura en Cristo, siendo, en medio del pueblo, testigo de la Pascua.

Esto exige pobreza evangélica e inquebrantable firmeza en el espíritu.

Siendo servidores de Dios para los hombres, pastores buenos, han de ser hombres de fe, pero profundamente humanos. Hombres de oración, comunicadores de la paz, servidores auténticos de sus hermanos.

“Los sacerdotes, tomados de entre los hombres y constituidos a favor de los mismos’’ han de ser hombres de diálogo y por eso de contemplación. Esta misión que nace tan cercana a la muerte de Cristo, es exigencia de dar la vida al servicio del anuncio pleno del Evangelio, a congregar a los fieles en torno a la Eucaristía, a animar a las distintas vocaciones y carismas, y especialmente a solidarizarse fraternalmente con los pobres y oprimidos, presidiendo una comunidad de hermanos.

Recemos ésta noche, para que el Señor fortalezca la VOCACION y misión del Papa, de nuestro Obispo y de nuestros SACERDOTES, y siga resucitando en la comunidad cristiana la respuesta GENEROSA A LA VOCACION SACERDOTAL.

Guía 1: ‘No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí’’.

Es hora de dolor y soledad, si embargo nos invitas a no temer y a permanecer fuertes en la alegría.

Es cierto, para llegar a la alegría de la Pascua, hemos de atravesar el Gólgota inexorablemente.

Hemos de permanecer serenos frente a la Cruz y ante la muerte. En medio de no poco dolor ante la violencia y la muerte. Dolor ante la guerra y la enfermedad. Dolor ante catástrofes y ante llagas íntimas y profundas que cada uno tiene en su interior frente a pérdidas personales.

Dolor que nace como consecuencia del pecado y que redimido por Cristo, adquiere un nuevo sentido.

Tu palabra en esta noche, es un llamado a la esperanza, y la esperanza cristiana es “creación y compromiso”. Compromiso práctico de nuestra fe y de nuestro esfuerzo de cada día, que deben hacernos a cada uno, protagonistas solidarios en una sociedad llena de desafíos.

Guía 2: “Ya no los llamo servidores porque el servidor ignora lo que hace su Señor, yo los llamo amigos…”

Nos lo diste a conocer todo. Pero por sobre todo, nos amas con todo tu ser, hasta darnos la vida. Y de esto es sólo capaz aquel que siente al otro, su amigo.

Queremos, Jesús, ser tus amigos. Queremos vivir en fidelidad y entrega al Sermón de la montaña. Hasta ahora lo hemos aprendido y enseñando, pero nos falta celebrarlo en la vida.

No somos verdaderamente pobres, ni mansos, ni misericordiosos. No tenemos hambre sincera de justicia, no te amamos con toda el alma, ni te hemos descubierto en los hermanos.

Queremos Jesús ser tus amigos, renacer en esta Semana Santa y ofrecer la fuerza pacificadora y liberadora del Evangelio en obras concretas de Servicio.

Por eso Señor te adoramos y cantamos tu amor de amigo.

Guía 1: “Padre, quiero que los que tú me diste, estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado…”

La noche se va cerrando. La cruz comienza a crecer. El dolor aparece en el horizonte, es tiempo de entrega. De la entrega noble y no de la entrega ruin. No es fácil perseverar, muchas veces te abandonamos. Por eso queremos decir con Pedro:

Guía 2: Me dijeron: ¿Lo conocen?

Respondí: no sé quien es. Y el gallo, que me escuchaba, cantó por primera vez, con una voz tan potente que, sobre la tierra fiel, arrastraba como el viento mis promesas de papel.

El gallo cantó tres veces, y otras tantas te negué.

– ¿Estabas con Jesucristo?

– Jamás estuve con él.

Y el gallo que me escuchaba cantó por segunda vez, conmoviendo con su canto la tierra bajo mis pies, pero no el alma dormida como una piedra en mi ser.

El gallo cantó tres veces, y otras tantas te negué

– ¿Eres uno de los suyos?

– Ni lo soy, no lo seré.

Y el gallo que me escuchaba, cantó por tercera vez, para que el mundo supiera que ya estaba por nacer un día que no sería de arena como mi fe.

El gallo cantó tres veces, y otras tantas te negué.

Después de escuchar tres veces mi traición y el canto aquel, el Señor clavó los ojos en mi corazón infiel, y los hundió tan adentro que de dolor desperté y ante la noche sagrada lloré por primera vez.

El gallo cantó tres veces, y otras tantas te negué.

En esta noche, nuestra noche de Jueves Santo, el mundo nos pregunta a cada uno:

¿CONOCES A JESUCRISTO?

Misterio del Rosario Meditado

Misterios Dolorosos

En el primer misterio doloroso recordamos…

1- La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos:

La noche antes de su muerte en la Cruz, Jesús, que siendo Dios sabía que lo iban a crucificar, sube al Monte de los Olivos a rezar. De rodillas, bajo el peso de todos nuestros pecados, Jesús se llena de tristeza y suda sangre. Pidamos a la Santísima Virgen aprender a orar.

2- La flagelación de Nuestro Señor

Jesús es cruelmente azotado. Pidamos a la Santísima Virgen aprender a sufrir.

3- La Coronación de Espinas

Pusieron a Jesús una corona de espinas. Para burlarse, se arrodillaban delante de Él, le abofetearon y escupían. En silencio, Jesús sufre para salvarnos. Pidamos a la Virgen, aprender a aceptar pacientemente las humillaciones.

4- Jesús con la Cruz a cuestas camino al Calvario

Cargado con la cruz, Jesús marcha penosamente. Ni una queja sale de sus labios. Con ella salvará a las almas que tanto ama. Pidamos a la Santísima Virgen, aprender a aceptar y amar nuestra cruz.

5- La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo

Cristo nos amó y se entregó por nosotros a Dios Padre. Padeció y murió en la Cruz para conseguirnos la vida eterna. Pidamos a la Santísima Virgen llegar al último momento de nuestra vida, habiendo cumplido bien nuestra misión aquí en la tierra.

Oraciones para los tiempos libres durante la Adoración

María te veo contemplativa

Quiero aprender de ti

Enséñame en silencio

Entre tanta agitación y bullicio

Presérvame del activismo excesivo

Y de la flojera egoísta

Que jamás el ruido de las cosas

Me haga olvidar

La presencia silenciosa

Del señor que vive en mí

No quiero que el brillo

De lo que se ve

Distancie mi corazón

Del gozo y del brillo

Del mundo divino, que no se ve

Señora del silencio, aumenta

En mí el amor al silencio

Enséñame a hacer

De mi trabajo y mi movimiento,

Una comunión sincera

Con la voluntad del Señor

En el humilde servicio

De Jesús a todos los hombres.

Y yo buscaba el camino para adquirir un vigor que me hiciera capaz de gozar de ti, y no lo encontraba, hasta que me abracé al mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también el, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, y mezcla aquel alimento que yo no podía asimilar, con la carne, ya que la Palabra se hizo carne, para que, en atención a nuestro estado de infancia, se convirtiera en leche tu sabiduría, por la que creaste todas las cosas.

¡Tarde te amé, Hermosura antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba, y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tu creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera, brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera, exhalaste tu perfume y lo aspiré, y ahora te anhelo, guste de ti, y ahora siento hambre y sed de ti, me tocaste y, deseé con ansia la paz que procede de ti.

Para leer en la última media hora

Te adoro Jesús mío, Presente en el Pan consagrado, guardado en ese humilde Sagrario. Como te adoraron por primera vez en la tierra de la Virgen María y San José en el pesebre de Belén. Como te adoraron los pobres pastores de Belén, con sencillez y humildad de corazón. Como te adoraron los Sabios de Oriente, que se postraron ante Ti, olvidados de todas las grandezas y vanidades mundanas. Como tus apóstoles por primera vez en la tierra bajo tu forma Eucarística en la Última Cena. Como tu Madre santísima y tu discípulo amado al verte crucificado y muerto en la cruz. Como tus discípulos al verte resucitado y glorioso, como el día de ascensión a los cielos, como los hombres de todos los tiempos que creyeron en Ti y te amaron. Como te adoran los Santos en el Cielo, con adoración inmutable y eterna, como te adoran los ángeles, con la adoración profunda y total propia de los espíritus puros.

Te adoro Jesús mío deponiendo ante Ti toda pretensión y ambición humana, porque quiero que ésta mi adoración signifique mi total anonadamiento ante tu divina Presencia. Te adoro Jesús mío con todo mi corazón, y te pido que me ayudes para que ésta mi adoración se continúe en todos los instantes de mi vida y se prolongue por toda la eternidad. Amén.

Silencio.

Canto.

Guía: Señor Jesús, yo quiero reparar ahora con mi dolor y arrepentimiento todos los pecados de mi vida. Perdóname, Jesús por haberte ofendido tanto con mis pensamientos, palabras y obras. Perdóname Jesús, por haber vivido tanto tiempo olvidado de Dios, abandonando mis rezos y obligaciones espirituales. Por haberme olvidado tantas veces de tu amor, apegando mi corazón a las cosas de la tierra, por haberme apartado de Ti dejándome llevar y dominar por mi sensualidad y mi egoísmo, por mis engaños y mentiras, por mis faltas de sinceridad y por todos mis juicios temerarios. Perdóname Jesús por el bien que estaba obligado a hacer y no lo hice, que tu Sangre y tu dolor, Jesús mío, me purifiquen de todos mis pecados y pueda gozar siempre de la gracia de Dios.

Silencio.

Canto.

Guía: Y ahora, postrado ante tu Presencia Eucarística, quiero pedirte y suplicarte por todas mis necesidades espirituales y materiales. Te ruego, Jesús mío que me concedas la mayor gracia que anhela mi corazón: la de amarte siempre y con toda mi alma. Te ruego Jesús mío que me ayudes a santificarme cada día mas, que a cada instante de vida que me concedas aumente mi unión intima contigo. Te ruego, Jesús mío, por las almas que me has encomendado para que yo las ayude a que se santifiquen y salven. Te ruego Jesús mío, por la conversión de los pecadores, para que abandonen su vida de pecado y puedan gozar de la gracia de los hijos de Dios.

Te ruego Jesús mío, por tu Santa Iglesia, por el Papa, por los Obispos, por los Sacerdotes, y por todos tus fieles, ayúdanos a todos los que formamos tu cuerpo místico a preservar en la fe, a animarnos en la esperanza, y a crecer en tu amor, hasta llegar a la vida eterna.

Canto.

Guía: Quiero ahora, Jesús mío, darte gracias por todos los dones y privilegios con que has enriquecido mi vida. Gracias Jesús mío por el don de la vida, tú como Dios, me has creado de la nada y me has hecho un ser destinado a tu gloria. Gracias Jesús mío por el Santo Bautismo que me ha puesto tu marca y me ha hecho cristiano para siempre. Gracias Jesús, por la vida sobrenatural, que me has comunicado por medio del Bautismo, y que me eleva a la dignidad de Hijo de Dios. Gracias, Jesús mío, por haberme incorporado desde niño a tu Santa Iglesia, y haber querido que sea un miembro vivo de tu Cuerpo Místico. Gracias, Jesús, por haberme enseñando tu santa doctrina desde mi infancia, y haber podido así vivir mi vida a la luz de tu divina palabra.

Gracias Jesús, por haberme alimentado con tu sagrado cuerpo, y haber asimilado así tu vida en mi vida. Gracias Jesús por todas las mociones, inspiraciones y dones espirituales con que me has movido a creer en Ti y amarte. Gracias, Jesús por haberte sacrificado por mí, padeciendo el martirio de tu Pasión y Muerte, gracias a tu dolor temporal yo pudo gozar desde ya la alegría eterna.

Gracias Jesús, por tu gloriosa resurrección, que me da la gozosa esperanza de mi propia resurrección en Dios.

Gracias Jesús, por haberme revelado el espíritu de tu amor infinito y haberme hecho participe de él. Tócame el corazón, necesito pensar menos y amar mucho más, se que mi mejor acción de gracias es amarte mas y sacrificarme mas por ti. Si Jesús, todo me los has dado tú, todo lo que soy y tengo es don de tu corazón y a ti te lo devuelvo todo.

Que mis palabras no anuncien mis obras, sino las tuyas, y que todos los que me vean te miren a ti viendo cuan bueno has sido para conmigo. Gracias porque creo en ti, porque espero en ti, porque te amo.

Gracias por haber podido hablar estas horas contigo, te ruego que pueda volver a hacerlo con más frecuencia, por toda la eternidad. Y que todas estas reflexiones que hemos realizado aquí, nos sirvan para acercarnos más, para ser uno solo, como tú y el Padre son uno. Ablanda mi corazón Jesús, quiero vivir esta Semana Santa de la mejor manera, dame las fuerzas para cambiar mi vida, para desterrar de mi corazón las cosas que me alejan de ti, ablanda mi corazón, para que pueda pensar primero en mis hermanos antes de preocuparme por mí, que sepa darme Jesús, que no me importe entregarme, porque esa es la única manera de encontrarme, TE ELIJO SEÑOR JESUS, dame la fuerza para poder mantener mi opción por la alternativa cristiana. Yo quiero gastar mi vida aquí en la tierra para atesorar en el Cielo, y poder disfrutar de la felicidad que no se termina. Ayúdame a amar más y mejor a todos los que esperan algo de mí. Dame la fuerza para poder seguir eligiendo tu camino. AMEN.

Canto de finalización.

VIERNES SANTO

La tarde del Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza.

Con la Pasión de Jesús contemplamos el misterio del Crucificado, con el corazón del discípulo Amado, de la Madre, del soldado que le traspasó el costado.

LA CELEBRACIÓN de la Pasión. Reseña

Hoy no se celebra la Eucaristía en todo el mundo.

El altar luce sin mantel, sin cruz, sin velas ni adornos. Recordamos la muerte de Jesús.

Los ministros se postran en el suelo ante el altar al comienzo de la ceremonia. Son la imagen de la humanidad hundida y oprimida, y al tiempo penitente que implora perdón por sus pecados.

Van vestidos de rojo, el color de los mártires: de Jesús, el primer testigo del amor del Padre y de todos aquellos que, como él, dieron y siguen dando su vida por proclamar la liberación que Dios nos ofrece.

Acción litúrgica en la muerte del Señor

1. LA ENTRADA: Empieza con un rito de entrada diferente de otros días: los ministros entran en silencio, sin canto, vestidos de color rojo, el color de la sangre, del martirio, se postran en el suelo, mientras la comunidad se arrodilla, y después de un espacio de silencio, dicen la oración del día.

2. CELEBRACION DE LA PALABRA

3. ADORACIÓN DE LA CRUZ

Después de las palabras pasamos a una acción simbólica muy expresiva y propia de este día: la veneración de la Santa Cruz. Es presentada solemnemente la Cruz a la comunidad, cantando tres veces la aclamación:

Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. “VENID A ADORARLO", y todos nos arrodillamos unos momentos cada vez; y entonces vamos, en procesión, a venerar la Cruz personalmente, con una genuflexión (o inclinación profunda) y un beso (o tocándola con la mano y santiguándonos); mientras cantamos las alabanzas a ese Cristo de la Cruz.

4. LA COMUNIÓN

Desde 1955, cuando lo decidió Pío Xll en la reforma que hizo de la Semana Santa, no sólo el sacerdote -como hasta entonces – sino también los fieles pueden comulgar con el Cuerpo de Cristo.

Aunque hoy no hay propiamente Eucaristía, pero comulgando del Pan consagrado en la celebración de ayer, Jueves Santo, expresamos nuestra participación en la muerte salvadora de Cristo, recibiendo su "Cuerpo entregado por nosotros".

Algunas sugerencias

Recorreremos juntos las calles de nuestro barrio, testimoniando la fe que nos une, la esperanza que nos anima y la caridad que deseamos vivir con intensidad.

Los cristianos sabemos como nos dice San Pablo que “ El mensaje de la Cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan-para nosotros-es fuerza de Dios” 1Cor 2,18.

Canto (Mientras se ordena la cabeza de la procesión) ver sugerencias musicales

Oración

María, madre de Jesús y madre nuestra,

nos ponemos junto a tí bajo la cruz de tu Hijo,

con el deseo de que tú nos hagas entrar en el misterio de su vida y de su muerte;

habitar en su corazón;

permanecer a sus pies en escucha y contemplación.

Suscita en nosotros, María,

aquellos sentimientos de participación

en el sufrimiento de Cristo y del mundo,

que fueron los tuyos.

Tú ves qué imperfectas son nuestras palabras

y qué lejanos nuestros conceptos

de esta verdad que tú vives.

Ayuda a cada uno de nosotros,

a orar en silencio, a adorar.

Danos la alegría, con tu Hijo,

por la gracia del Espíritu Santo,

que invocamos de la potencia del Padre. Amén.

Canto ver sugerencias musicales

1ª Estación: Jesús sentenciado a muerte

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

El silencio de una sentencia injusta pesa sobre la humanidad. Vas con tu cruz, a la muerte. Y caminas entre nosotros en los hombres y mujeres condenados por el hambre, por la sed de venganza de distinto color y fracción. Caminas sentenciado en los chicos desnutridos, en los jóvenes sin futuro y sin hoy.

Danos , Señor, la capacidad de reconocer la injusticia y el valor para abrazar la cruz y generar desde ella caminos de solidaridad y justicia.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto

2ª Estación: Jesús cargado con la cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Cargas en tu cruz de todo un poco. Comodidades, indiferencia, soberbia, injusticia, desamor. Cargas en tu cruz nuestra desorientación y nuestra locura para entregarla a Dios y decirle nuevamente “Padre, perdónalos, no saben lo que hacen”. Cierto Señor, somos ignorantes en materia de Amor. La ciencia, la técnica nos ha servido para tanto y para tan poco. Vamos hasta el cielo y no logramos verte; estamos comunicados unos con otros en segundos y tantos, tantos otros están tan marginados sin siquiera lo mínimo que les asegure una vida digna.

Señor que esta cruz de hoy, cambie nuestro corazón y nos ayude a comprometernos con la justicia sin demora.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto

3ª Estación: Jesús cae, por primera vez, bajo el peso de la cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Caes para expresarnos que el peso del pecado es mucho. La corrupción, la violencia, la economía que ha perdido de vista al hombre, el consumismo que ahoga al que puede acceder y margina al que no llega a lo mínimo de cada día.

Tú caes, Señor, también para redimirnos. Para ayudarnos a entender nuestras caídas diarias. Nuestras infidelidades, nuestra falta de palabra y compromiso. Para gritarnos en el silencio de tu caída, que sí queremos podemos ponernos de pie y superar nuestro pecado.

¡Ayúdanos a levantarnos con prontitud y construir una sociedad más justa, equitativa y digna para todos.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Canto

4ª Estación: Encuentro con la Virgen

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Te encuentras con María, la Virgen fiel. María, tu madre querida que acunó tu cuerpo recién nacido en Belén, que protegió tu camino cuando fuiste un refugiado en Egipto, que celebró con vos la alegría de fiesta en Cana junto a tus amigos y ahora te ve sufrir lo indecible. Tu Madre, que hoy camina tu dolor en los chiquitos de Tucumán, de Bolivia, del África. Tu Madre que hoy vela por los refugiados de Uganda y Mozambique. Tu Madre que pide por la paz en el Medio Oriente que te vio nacer.

Silencio, fidelidad extrema y un infinito amor surgen de esa mirada. Un hijo que se entrega y una Madre que asume el dolor y se hace corredentora.

María. Madre y Corredentora ayuda a la humanidad a encontrarnos con la mirada de tu Hijo

Oración Regina Coeli

V. Alégrate, Reina del cielo;

aleluya,

R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.

V. Ha resucitado, según predijo;

aleluya,

R. Ruega por nosotros a Dios;

aleluya.

V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya,

R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.

Oración:

Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.

R. Amén.

Canto ver sugerencias musicales

5ª Estación: el Cireneo ayuda al Señor a llevar la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera particular. Pero nuestra realización no empieza y termina en nosotros mismos. Nuestra realización se hace fecunda cuando se vive como servicio a los demás, ya sea en la entrega de los deberes diarios, como en la generosa entrega al que sufre, está solo, enfermo o desorientado.

Cireneo quizás no tuvo conciencia de aquel acto circunstancial a su paso de curioso, sin embargo se volvió signo para todos aquellos que no podemos ni debemos ser curiosos ante el dolor y la cruz de tantos hermanos.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

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6ª Estación: la Verónica enjuga el rostro de Jesús

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Verónica es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Vos cuando todos te abandonan. Vence el temor, no le importa el qué dirán, ni la burla. Excede los límites impuestos por la seguridad y desafía a la mirada de un pueblo que acaba de condenarte. Verónica es la contracara de Cireneo; no espera que la llamen, no espera que la inviten ni obliguen a ayudarte. Ella va, se acerca y ayuda; corre todos los riesgos que son necesarios, si es por aliviar tu dolor. Verónica es el rostro de la solidaridad y la justicia por eso Señor dejas en su pañuelo tu rostro, que es el rostro de todos los hermanos que sufren y encuentran consuelo en las manos, en las acciones de tantas pequeñas Verónicas que hacen de este mundo, un signo de esperanza.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto

7ª Estación: Segunda caída en el camino de la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Caes, Señor, por segunda vez. El Vía Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más, no lo sabemos; pero alcanzaron para gritarnos que es posible el camino, aun bajo el peso de la cruz. Que es posible la salvación más allá que todo sufrimiento. Caída y camino son parte de la vida de todo peregrino, que se anima a vivir con compromiso su fe.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

Canto ver sugerencias musicales

8ª Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Muchas veces, tendríamos que valorar la causa de nuestras lágrimas. Lloramos cuando nuestro orgullo está herido; lloramos cuando el egoísmo nos cierra corazón, lloramos cuando nos desborda la bronca y la impotencia.

Lloramos también las partidas y las pérdidas de los que amamos. Lloramos con emoción cuando la ternura y la alegría están presentes en nuestras vidas. Lloramos como las mujeres de Jerusalén por compasión.

Sin embargo, hay más por que llorar. La incomprensión entre los pueblos, el terrorismo absurdo, la opulencia de pocos frente al hambre de tantos. La avaricia, el poder, la guerra preventiva, la indiferencia.

Deberíamos llorar también por la falta de correspondencia a los innumerables beneficios de cada día, que nos manifiestan, Señor, tu amor.

Pero es más todavía, hay algo más que llorar y es que la lágrima sea capaz de generar el cambio interior que nos haga diferentes y la acción concreta y fecunda capaz de generar la globalización del amor.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

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9ª Estación: Jesús cae por tercera vez

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Tercera caída. Más cerca de la Cruz y de la muerte. Más agotado, ya sin fuerzas. Caes desfallecido, Señor.

En tu caída y dolor podemos reconocer el sufrimiento de los enfermos, la soledad de los que han tenido que dejar su Patria, las madres que han perdido a sus hijos, los abuelos que no pueden llegar a fin de mes, el padre de familia que no logra el sustento para sus hijos, el joven que ha perdido el sentido de la propia vida.

Señor, que frente a la caída que el peso de la cruz le impone a tantos hermanos nuestros, seamos capaces de extender la mano solidaria que ayude a seguir en el camino con la esperanza activa en un nuevo amanecer.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

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10ª Estación: Jesús despojado de sus vestiduras

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Arrancan tus vestiduras Señor, te despojan de todo.

Tu cuerpo herido y desgastado queda expuesto ante la mirada curiosa de todos.

Algunos te miran con morbosidad, otros te miran con lástima, tal vez otros te miran con compasión, otros te miran con desconfianza. Pocos, muy pocos miran tu dignidad maltratada y avasallada y casi seguro que poquísimos te miran con amor.

Ante los despojados de nuestra sociedad, Jesús, estas miradas aparecen a diario y vuelven a despojarte una vez más. En la mirada morbosa ante un cuerpo que se ofrece como objeto de placer o ante el cuerpo acabado y humillado de una víctima de la violencia. Ante el cuerpecito delgado de un niño que pide monedas en la esquina, o de esa niña-mujer que se ofrece por unas monedas.

Señor, que despojado de todo, nos revelas la total dimensión de nuestra humanidad, que aprendamos a ver en cada cuerpo, al hombre, a la mujer hijo e hija amadísimo de Dios Padre, destinado a la bienaventuranza.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

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11ª Estación: Jesús es clavado en la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Va llegando el final y la cruz que fue tu peso durante un largo camino de subida, se hace cuna para que descanses en ella el peso de tanto dolor. Te traspasan las manos y los pies, intentando burdamente atarte a un madero al que estas atado por amor. No es fácil comprenderlo. Abres tus brazos y pedís para nosotros perdón, te queda tiempo aún exhausto para un diálogo íntimo y misericordioso con un pobre ladrón. Estás clavado y cuando ya nada queda, brota agua de tu costado abierto. Agua de purificación.

Qué grande, misteriosa y buena que es tu Cruz Señor. Que grande tu amor, que nada pide, que no se irrita, que no se jacta con el mal, que todo lo perdona…En tus manos y en tu cruz encomendamos nuestro Pueblo.

Oración:

Cuantas veces, Señor, no hemos sido fieles,

no hemos sido realistas frente a las cosas!

Cuantas veces hemos creído poco en la inagotable

fuerza de vida que deriva de la cruz!

Concédenos Señor, que, al contemplarla,

nos sintamos amados por Tí,

Amados por Dios, hasta el fondo,

tal como somos;

y creamos que por la fuerza de la cruz

existe en nosotros una capacidad nueva

de dedicarnos a los hermanos,

según aquel estilo y aquel modo

que nos enseña y comunica la cruz.

Danos, Señor, descubrir que la cruz

hace nacer de verdad

un hombre nuevo dentro de nosotros,

suscita nuevas formas de vida entre los hombres,

conviértete en el preludio,

la promesa y la anticipación de aquélla vida plena

que explotará en el misterio de la resurrección.

Nos arrodillamos ante la Cruz con María

y pedimos que comprendamos,

como ella comprendió,

el misterio que transforma el corazón del hombre

y que transforma al mundo.

Jesús cuando seas levantado en tu cruz

atráeme hacia Tí.

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12ª Estación: Jesús muere en la Cruz

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Silencio profundo nos cubre a todos. Soledad sublime llena de amor y misterio. Tiniebla que antecede a la luz. Miedo y esperanza.

Si tu nacimiento y tu vida cambiaron el mundo. Tu muerte Señor, acaba de revolucionarlo todo. Un nuevo orden, se ha establecido en la humanidad.

Dios se hizo hombre en Cristo y en Cristo acaba de morir para que nuestra vida tuviera dimensiones de eternidad.

En el abrazo de la muerte, se abre el camino transformador y cierto de la vida plena y definitiva porque Vos Señor, fuiste capaz de tan generosa entrega. Ya nada será igual para quienes quieran seguirte de verdad.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

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13ª Estación: Jesús en brazos de su madre

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

María frágil y silenciosa. María mujer y madre. María servidora fiel. María que abre sus brazos en cruz para recibirte y abrazarte tiernamente con el dolor más profundo que existe sobre la tierra y con la esperanza más cierta que jamás hubo.

María que acompañada por la ternura de tu amigo Juan, prolonga estos minutos seguramente con un montón de preguntas a las que solo la fe puede darle respuestas. María que entiende ahora esa espada de dolor que atraviesa su corazón, sus huesos, sus vísceras. Ya todo se ha cumplido…o casi todo. Dolorida y serena comprende las palabras de la despedida: Madre, he ahí a tu hijo. Mamá he ahí a la humanidad.

Salve Regina u Oración de San Buenaventura

Y ahora, ¿qué lengua será capaz de expresar, o qué entendimiento a comprender, oh Virgen santa, el peso de tus desolaciones?

Presente en todos esos martirios, participando en todos ellos, viste con tus propios ojos aquella carne bendita y santa, que tú virginalmente concebiste, y tiernamente alimentaste y criaste con tus pechos, y tantas veces reclinaste en tu seno y besaste juntando labios con labios; la viste desgarrada por los azotes, penetrada de espinas.

La viste herida con la caña, injuriada a puñetazos y bofetadas, y taladrada con clavos, pendiente en el madero de la cruz, más y más rasgada por su propio peso, expuesta a todos los escarnios y, al final, abrevada de hiel y de vinagre.

¡Y le viste el alma! Viste con los ojos del alma aquella alma divinísima repleta de la hiel de todas las amarguras, sacudida por los estremecimientos del espíritu, llena de pavor y de molestias, agonizante, acongojada, turbada, abatida por la tristeza y el dolor, en parte por el ardiente celo de reparar el honor de Dios, violado por el pecado, en parte por la afectuosa conmiseración de nuestras miserias, en parte por la compasión que de ti, su Madre dulcísima, tenía cuando, desgarrado el corazón, viéndole presente, te dirigió una mirada de piedad y aquella dulce despedida: Mujer, aquí tienes a tu hijo, para consuelo de tu alma angustiada, porque sabía que tú estabas traspasada con la espada de la compasión más fuertemente que si hubieras sido herida en tu propio cuerpo.

14ª Estación: el cadáver de Jesús puesto en el Sepulcro

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Todo ha terminado para los que no han entendido nada. El espectáculo ha llegado a su fin. Es hora de regresar a la vida como si nada hubiera pasado.

Quedan allí unos pocos amigos, muchos cobardes prefirieron ni aparecer, la cosa se había puesto difícil por aquella hora para los que se decían amigos de Jesús.

Cristo el hijo del carpintero, nacido en un pesebre de Belén, mirado con furia y desdén por un pueblo enceguecido, muerto como reo en la cruz, no tiene un lugar para el paso y la espera. Un buen hombre, José de Arimatea, ofrece a Cristo su último lugar. Generosa y valiente actitud a esta hora de tantos prejuicios.

Así como ayer, Cristo espera un lugar para ser recibido en los niños de la calle, en los cartoneros, en los sin techo, en los perseguidos, en los moribundos, en los sin fe y sin esperanza. Espera un lugar de paso, para engendrar en él la esperanza nueva de la liberación y la posibilidad de la bienaventuranza para nosotros y para cada hermano.

Oración de Juan Pablo II

Señor Jesucristo,

que por el Padre, con la potencia del Espíritu Santo,

fuiste llevado desde las tinieblas de la muerte

a la luz de una nueva vida en la gloria,

haz que el signo del sepulcro vacío nos hable a nosotros

y a las generaciones futuras

y se convierta en fuente viva de fe,

de caridad generosa y de firmísima esperanza.

A tí, Jesús, presencia escondida

y victoriosa en la historia del mundo

honor y gloria por los siglos

R/.Amén.

Cierre: Hemos recorrido las calles de nuestro barrio, se abre ahora la noche del silencio y de la espera. Que nada distraiga este tiempo de soledad y reflexión. Por esta noche y hasta el atardecer de mañana, nada de ruidos, algarabía. Nada de fiesta.

Es tiempo de intimidad con Dios, es tiempo de velar el nuevo amanecer de gloria que se gesta en el misterio de la cruz a cuyo pie está una Madre dolorida, un amigo fiel y delante de ella desfila la eterna lucha del bien y del mal, de la gracia y del pecado. Nuestra es la opción de la esperanza que nos traerá la Resurrección.

(No se canta y se trata de conservar un clima de gran silencio)

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SÁBADO SANTO

Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.

La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto.

Es el día de la ausencia. Cristo ha muerto. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro. Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".

Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente, "resplandece el misterio de la Cruz."

Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: "se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande" (Job. 2, 13).

Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.

Vigilia Pascual

La celebración es el sábado por la noche, es una Vigilia en honor del Señor, según una antiquísima tradición (Ex. 12, 42), de manera que los fieles, siguiendo la exhortación del Evangelio (Lc. 12, 35 ss), tengan encendidas las lámparas como los que aguardan a su Señor cuando vuelva, para que, al llegar, los encuentre en vela y los haga sentar a su mesa.

La Vigilia Pascual

· Breve Lucernario

Se bendice el fuego. Se prepara el cirio en el cual el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior Omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual.

· Liturgia de la Palabra

En ella la Iglesia confiada en la Palabra y la promesa del Señor, media las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo.

· Liturgia Bautismal

Se llama a los catecúmenos, quienes son presentados ante el pueblo por sus padrinos: si son niños serán llevados por sus padres y padrinos. Se hace la renovación de los compromisos bautismales.

· Liturgia de la Eucaristía

Al acercarse ya el día de la Resurrección, la Iglesia es invitada a participar en el banquete eucarístico, que por su Muerte y Resurrección, el Señor preparó para su pueblo.

·

Toda la celebración de la Vigilia pascual se realiza durante la noche, de tal manera que no se vaya a comenzar antes de iniciarse la noche, o se termine la aurora del Domingo.

La Misa, aunque se celebre antes de la media noche, es la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. Los que participan en esta misa, pueden volver a comulgar en la segunda Misa de Pascua.

El sacerdote y los ministros se revisten de blanco para Misa.

Prepárense cirios para todos los que participan en la Vigilia.

DOMINGO DE PASCUA

El Domingo de Pascua o Vigilia Pascual es el día en que incluso la Iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la fiesta más importante del año litúrgico

Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.

Pascua es victoria, es el hombre llamado a su dignidad más grande.

Este es el día de la esperanza universal, el día en que en torno al resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.

La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal

"Si habéis resucitado con Cristo vuestra vida, entonces os manifestaréis gloriosos con Él" (Col. 3 1-4).

LA PASCUA: FIESTA DE LA RESURRECCIÓN

La Pascua es la conmemoración anual que las iglesias cristianas hacen del misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Para celebrar el "aniversario" de estos acontecimientos salvadores, cada año, en la fecha apropiada (el domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte), los cristianos conmemoramos la Resurrección de Cristo (la Pascua).

Esta conmemoración se prepara con los cuarenta días de cuaresma y se celebra resiguiendo los pasos de Jesús hacia el Calvario.

Como hemos visto comenzamos el domingo de Ramos haciendo memoria de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. El Jueves Santo recordamos la última cena de Jesús con los apóstoles donde se instituyó el sacramento de la Eucaristía. El viernes conmemoramos la pasión y muerte del Señor en la Cruz.

Finalmente, el Sábado Santo, lo pasamos esperando cerca del sepulcro de Cristo, su resurrección que celebramos jubilosamente aquella noche en la Vigilia Pascual, que abre las grandes celebraciones del Santo día de Pascua, que se alargan durante 50 días hasta Pentecostés, la fiesta de la llegada del Espíritu Santo.

La Vigilia Pascual (noche del sábado al domingo) es la celebración más solemne e importante de todo el año litúrgico cristiano. Aquella noche, pasada en vela, se bendice el Fuego nuevo y el Cirio Pascual, se canta el Anuncio de la Pascua, se leen las lecturas del Antiguo Testamento que nos narran la historia de la Salvación, sobre todo la primera pascua, la pascua judía que se sucede con la salida de los hebreos esclavos de Egipto y su éxodo hacia la Tierra Prometida, después de pasar el Mar Rojo.

Las lecturas bíblicas finalizan con la solemne proclamación del Evangelio de la resurrección, precedida por el retorno del canto del Aleluya. Después se bendicen las fuentes bautismales, se bautizan a aquellas personas que se han preparado para ello y todos renovamos las promesas de nuestro propio bautismo. Finalmente se celebra la Eucaristía Pascual, Eucaristía que repetimos cada domingo, y sobre todo los domingos de Pascua, para revivir la Resurrección de Cristo. Centro de la fe cristiana.

Algunas preguntas frecuentes

-¿Por qué la Pascua dura 50 días?

Es una fecha simbólica, equivalente a siete semanas, signo de plenitud e imagen de la eternidad que esperamos obtener con la resurrección de Cristo, que es señal de nuestra propia resurrección. De hecho, el día 50, el domingo de Pentecostés, los discípulos recibieron la plenitud del Espíritu Santo y empezaron a predicar el Evangelio. Fue el principio de la vida de la Iglesia, y el inicio de la acción evangelizadora que perdura en la Iglesia Misionera.

-¿Como hemos de vivir la Pascua los cristianos?

La tenemos que vivir fijándonos en Cristo Resucitado. Si Cristo ha resucitado, también nosotros hemos de resucitar hacia una vida nueva (lo dice San Pablo 1 Cor 15, 18–24). La resurrección de Cristo es la que da fuerza a la acción de la Iglesia. Creemos y predicamos una persona viva que continua presente en su comunidad (la Iglesia). Es Él quien da fuerza a todos los cristianos y a su acción apostólica. También, la resurrección de Cristo nos da una gran alegría y una firme esperanza, ya que nos abre la puerta de la inmortalidad.

Si somos cristianos de verdad, tenemos que seguir el camino de Cristo, por lo tanto tenemos que amarnos más y perdonar, ser más solidarios con los necesitados, acercarnos a los que sufren, llevar esperanza y vivir esperanzados, abrir nuevos caminos y nuevos horizontes. En definitiva, ser más auténticos y a la vez más confiados en la ayuda de Dios que ha prometido que por su Espíritu Santo será con nosotros cada día hasta la fin del mundo.

-¿Por qué es la Pascua el tiempo más importante para los cristianos?

Porque es el que da sentido a todos los otros tiempos y a toda la acción y la vida de la Iglesia. Dice San Pablo:

"Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hiombres más dignos de lástima” (1 cor 15, 19). Cristo ha resucitado y todo tiene un sentido y un sentido muy pleno. Nuestra esperanza está bien fundamentada. Toda la vida de la Iglesia nace de la fuerza del Cristo resucitado. Sin él no podríamos hacer nada. Con Él todo lo podemos realizar. De hecho, los apóstoles, una vez muerto Jesús en la Cruz, llenos de miedo, se cerraron en el cenáculo. Pero una vez que descubren el Cristo resucitado, salen a predicar la Buena Nueva del Evangelio, he aquí la importancia de este tiempo que cada año nos consolida la fe y nos hace revivir aquellos primeros momentos de la experiencia del Cristo viviente en medio de sus discípulos. Es un tiempo que da una nueva vitalidad a la Iglesia que hace florecer las semillas y granar los frutos.

Mons. Joan Baburés i Noguer

Algunas ideas

* El domingo de Pascua ha de ser una fiesta muy importante en nuestra comunidad. La ornamentación del templo por más sencilla que sea, debe significar el sentido de fiesta grande que vivimos.

* El sentido de esta fiesta debe ser muy bien explicado a todos los fieles, especialmente a los niños y jóvenes.

* Será bueno programar acciones para intensificar nuestra presencia en medio de las necesidades de la comunidad y en este día y los siguientes, aprovechar para llevar junto al alivio material a los enfermos, pobres y necesitados un anuncio concreto y un signo de la Pascua de Cristo.

Texto para trabajar en una reunión de grupo

La resurrección de Jesús.

Los discípulos tristes y llorosos (Mc 16.10) decepcionados por la muerte de Jesús, vuelven a Galilea, posiblemente a los quehaceres y trabajos que tenían antes de conocerlo.

Pero estos hombres y mujeres van a pasar, en muy breve tiempo, al entusiasmo de la fe:”entérense bien todo Israel de que Dios ha constituido Señor y Mesías, al mismo Jesús a quien ustedes crucificaron” (Hech 2,36). Sin la fe en la resurrección aquellos discípulos no habían vuelto a pensar en Jesús como Salvador: Así, San Pablo habla de que si la resurrección no hubiese sucedido, ser cristiano no tendría sentido (1 Cor 15,14)

Por, eso la fuerza y la fe de los discípulos arranca de la resurrección, de que todo no se ha terminado con la muerte, sino que la muerte ha sido devorada en la victoria (1 Cor 15,55). Jesús ha vencido definitivamente a la muerte.

Leamos los textos: Hech 2,32 – Col 3,1- Fil 2,9, todas estas expresiones afirman lo mismo

JESÚS VIVE después de haber vencido a la muerte. Este mensaje de que Jesús vive no solo es una conclusión al ver el sepulcro vacío, o un recuerdo de las enseñanzas de Jesús; sino es un encuentro con Cristo Resucitado que se presenta a los discípulos a fin de confirmar su fe.

Leeamos: 1ra Cor.15,5-8; Mc 16,7, Mt 18,16-20; Lc 24,13ss; Jn 20

Veamos :

¿Cuáles son las actitudes que se generan en los discípulos?

¿Cuál es la actitud de Jesús?

¿Qué significa esto hoy para nosotros?

La Resurrección de Cristo nos anuncia:

La Nueva creación que se abre ante cada hombre. De la muerte y resurrección de Crsto nace la esperanza cristiana

La historia marcha hacia la plenitud final, por eso caminamos en la historia con el compromiso de hacer crecer el Reino de amor de Justicia y de paz.

SUGERENCIAS MUSICALES

Teniendo en cuenta que la animación musical comunitaria es un punto importante a tener en cuenta en la preparación de estas celebraciones, sugerimos algunos materiales de utilidad para ese fin:

-“Crea en mi un corazón puro” (Cantos para Cuaresma y Semana Santa) casete y cuadernillo – San Pablo

-“Ha Resucitado” (Cantos para Pascua y Pentecostés) casete y cuadernillo- San Pablo

-“Cantemos hermanos con amor” – casetes varios-Ed. Bonum

-“La Pasión según San Juan” –textos y música-San Pablo

-“La Pasión” Textos y música-P. Néstor Gallego-Ed. Signo

-“Jesús de Nazareth” Obra musical-Banuev

-“El Evangelio criollo” A. Manzi – Paulinas

-“Bienaventurados” música y textos para niños – P. Néstor Gallego-Ed. Signo

-“Clásicos de la canción religiosa popular” P. Segade – Paulinas

No olvidar la gran cantidad de obras clásicas y de canto gregoriano que pueden ser muy útiles para acompañar momentos de oración, ambientación de templos, etc…

También existen algunas grabaciones con reflexiones, vía crucis, etc…que pueden apoyar nuestra tarea, por ejemplo:

-“Vía Crucis/ Semana Santa” Programa radial – San Pablo

-“Mi Cristo Roto” R. Cué – Ed. Claretiana

-“Las Siete Palabras” R. Cué-Ed. Claretiana

-“Cuaresma” Reflexiones de M. Menapace –CTA

-“Semana Santa/ Semana de Pascua “ Reflexiones de M. Menapace –CTA

-“Vía Crucis y reflexiones de la Madre Teresa” Ed. Claretiana


BIBLIOGRAFÍA

Guía de Subsidio para las diversas situaciones formativas de las Áreas. Cuaresma Pascua 2001. Acción Católica Argentina

"Himnos de la Liturgia de las Horas" y de "Oración Joven". Delegación Nacional salesiana de Pastoral Juvenil..

Oraciones de Obispos, Cardenales, Santos y otros de diversas fuentes.

Articulo de Mn. Joan Baburés. Delegado de Liturgia del Obispado de Girona y Director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Girona

Encuentra.com

ACI Prensa

Vía crucis-Centre de Pastoral Litúrgica de Barcelona 1992

Acción Católica General de Madrid. 1999. Temario.

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11 comentarios

  1. Megustaria me enviaran, algo para clebrar la cuaresma con niños. Todas sus publicaciones me parecen interesante y he usado mucho su material. Religiosa misionera.

  2. hola que hermoso puedan ayudarnos o ayudarme porque estoy tratando de aprender lo que mas puedo, voy al seminario catequistico y soy catequista en la parroquia de mi barrio se llama inmaculada concepcion. Me encantaría manden a mi correo todo lo que me sirva de ayuda o lo que hagan desde ya muchas GRACIAS.

  3. hola que hermoso puedan ayudarnos o ayudarme porque estoy tratando de aprender lo que mas puedo, voy al seminario catequistico y soy catequista en la parroquia de mi barrio se llama inmaculada concepcion. Me encantaría manden a mi correo todo lo que me sirva de ayuda o lo hagan desde ya muchas GRACIAS.

  4. por fabor alguien que me ayude a recordar una precioza oracion de el viernes santo que dice viernes santo viernes de la cruz cuando jesucristo murio en la cruz por fabor

  5. El SEñor les siga bendiciendo y les permita seguir el trabajo evangelizador que vienen haciendo, de verdad es muy importante para la Iglesia

  6. Muy interesante y útiles para ayudar a preparar y hacer bien la Semana Santa.Gracias por su aporte

  7. Hola…un saludo a todosgracias por todo lo que nos entregan..no solo es material para formación..es para nuestra vida de fe junto a Dios y los hermanos.BENDICIONES

  8. Hola…un saludo a todosgracias por todo lo que nos entregan..no solo es material para formación..es para nuestra vida de fe junto a Dios y los hermanos.BENDICIONES

  9. Hola…un saludo a todosgracias por todo lo que nos entregan..no solo es material para formación..es para nuestra vida de fe junto a Dios y los hermanos.BENDICIONES

  10. Los felicito por este valioso aporte. Me parece muy acertado los comentarios y el contenido. Solo una objeción: Se afirma que el jueves santo se ha de hacer oración con Jesús expuesto en la custodia. Segun mis conocimientos, si bien es cierto que es una noche o rato de adoración, éste ha de hacerse pero con un copon cubierto. La significación es hermosa: es acompañar a Jesús, que luego de la oración en el Huerto, es aprehendido y encarcelado. Por supuesto el altar, donde se pone la reserva, ha de ser hermoso. Recordar tambien que el lugar donde se éste se hace ha de ser otro sitio distinto al lugar de la reserva habitual.Dios me los bendiga. ESpero que mi aporte haya sido oportuno y claro. Hasta pronto.

  11. hola es la primera vez que me en lazo con ustedes, saben soy sacerdote y me intereza mucho su proyecto, solo que siento que en la mayoria de nuestras comunidades como que necesitamos un poco mas especificos los temas, estos estan bien, pero hace falta (como sugerencia) temas de reflexión para ayuda de los grupos parroquiales y para nosotros los dirigentes espirituales, espero que les sirva y tomen encuenta mi opinion

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