Señor, en este día que has hecho Tú y día en que me regalas otro día más de vida quiero ofrecerte todo mi dolor. Señor el dolor que hay en mi vida no es comparable al dolor que tu sagrada humanidad tuvo que soportar exclusivamente por mí, Tú Dios, fuiste también el Varón de Dolores. Sufriste con tanta paciencia y mansedumbre todo despreció, toda burla, toda injusticia.
Supiste hacer la voluntad del Padre aún y sabiendo que ibas a morir en una cruz.
Por eso Señor, este día quisiera decirte que soy incapaz de comprender el sentido de la Cruz en mi vida. Mis huesos se agotan, mis miembros me pesan, mi mente se entristece y no se muchas veces cómo sobrellevar el fracaso. Soy un ser humano que te quiere seguir y quiere aprender a ser como Tú y ver la vida como Tú.
Por favor saturame hoy de tu Espíritu para que yo pueda comprender plenamente el sentido de las cosas que me pasan y me hacen daño y para que no tema a lo inesperado, a lo injusto, a lo que no es noble y tierno como Tú.
Comprendo Señor que seguirte es esto: “Llevar la cruz” y quiero llevarla, pero con alegría Señor sabiendo que quizá no recibiré en la tierra lo que mi corazón anhela pero con la certeza que ocuparé un lugar en el cielo junto a ti y todos tus santos. Amén.
Sheila Morataya
Austin, TX
sheilamorataya.co