Los católicos de los Ángeles hacen un impacto

La semana pasada estuve en Baltimore para la reunión anual de los obispos de Estados Unidos. Como muchos de ustedes saben, esta vez nuestro propósito principal fue abordar el escándalo del abuso sexual clerical.

Nuestras conversaciones fueron sinceras y honestas y expresaron, por una parte, la profunda preocupación de los obispos por las víctimas-sobrevivientes del abuso y, por otra, nuestro compromiso por reformar la manera en la que manejamos las denuncias contra los obispos.

La Dra. Heather Banis, nuestra coordinadora de asistencia a las víctimas aquí en la Arquidiócesis de Los Ángeles, hizo una impresionante e importante presentación y fue una de las diversas personas laicas en pronunciar un discurso en la reunión.

Éste es un momento de renovación en la Iglesia y me animan las señales que hemos podido apreciar de una nueva colaboración entre los laicos y los obispos.

Seguiremos profundizando en este tema en un retiro especial que los obispos de Estados Unidos tendrán en enero, y en una cumbre a la que el Papa Francisco convocó a los líderes de las conferencias episcopales de todo el mundo que tendrá lugar en febrero, en Roma.

En lo que escribo estas líneas, hay todavía miles de personas aquí en California que están sufriendo como resultado de los incendios forestales, que siguen ardiendo.

Sigamos orando por aquellos que han perdido sus vidas y sus hogares y también por todos los hombres y mujeres que están luchando contra los incendios.

Hemos establecido un fondo para ayudar a las víctimas del incendio. Si ustedes entran al sitio web de la arquidiócesis, encontrarán ahí un enlace para ayudarlos.

El pasado fin de semana, celebramos el segundo Día Mundial anual de los Pobres, establecido por el Papa Francisco.

Hay muchos tipos de pobreza, material y espiritual.

La pobreza es la experiencia de una carencia, de la falta algo, de que algo se necesita. Pensamos sobre los pobres como en personas que sufren hambre y carecen de hogar y lamentablemente nos encontramos con este tipo de pobreza día con día en nuestras calles de aquí, de Los Ángeles.

Pero hay otras maneras en las que la gente puede ser pobre, que son menos visibles pero no por eso menos reales.

Para algunos miembros de nuestra comunidad, la pobreza significa soledad; ellos necesitan alguien con quien hablar, necesitan de alguna persona que les haga sentir que son importantes para alguien. En el caso de otros, la pobreza es una falta de educación; ellos necesitan de alguien que los enseñe o los guíe, para mostrarles el camino.

Toda persona que padece la pobreza, de cualquier manera que sea, es un hijo de Dios que está en espera de la ayuda de un hermano o de una hermana. Es decir, de la ayuda de ustedes y de la mía.

Como cristianos, tenemos el deber de llevar a los pobres a Jesús. Y eso lo hacemos yendo a los pobres, atendiéndolos como lo hizo Jesús.

Una de las esperanzas que tengo en cuanto a mi ministerio es que podamos narrar todas las historias de las buenas obras que se están realizando en nuestras comunidades.

Escuchamos tantas historias de dolor y de tragedias… Esto es la materia de nuestras noticias cotidianas.

Pero cada día, en alguna de nuestras comunidades, se cuenta otra historia. Es la historia de esas personas que dan a los demás, que sirven a los necesitados; es la historia de las personas que muestran amor y amabilidad en detalles pequeños y con frecuencia ocultos.

Estas son historias de personas que establecen contactos, con un corazón abierto hacia los demás. Y hay tantas de estas historias… Realmente demasiadas para ser contadas. Pero lo hemos estado intentando.

Nuestra Oficina de Vida, Justicia y Paz ha estado compilando los números y son asombrosos.

Permítanme compartir algunas de las cantidades de 2017:

  • San Vicente de Paul atendió a más de 220,000 personas en 143 parroquias, brindando alojamiento de emergencia, asistencia con la renta, muebles y más.
  • El Fondo Cardinal McIntyre proporcionó más de $ 300,000 en asistencia de emergencia para familias en crisis.
  • El Centro San Francisco, del centro de Los Ángeles, atendió a más de 100,000 personas, ofreciéndoles comidas y suministros de su despensa de alimentos.
  • El Centro Buen Pastor, para Mujeres y Niños sin Hogar proporcionó refugio de emergencia y residencias transitorias a más de 1,200 madres y sus hijos.

Los católicos de Los Ángeles hacen un impacto. ¡Esa es la verdad! Y ése es el nombre de una nueva iniciativa que hemos inaugurado aquí para alentar a más de nosotros a comprometernos en trabajar como voluntarios, dedicando parte de nuestro tiempo en servir a los necesitados.

La Oficina de Vida, Justicia y Paz ha recopilado una larga lista de oportunidades de voluntariado, desde ayudar a niños con necesidades especiales hasta atender a los enfermos y ancianos, trabajar con la gente que carece de hogar, alimentar a los que tienen hambre y ayudar a las mujeres embarazadas y a los bebés.

Los animo a que visiten nuestro nuevo sitio web, lacatholics.org, y a que participen. El servir a los pobres es nuestro hermoso deber. Y como los santos nos lo recuerdan, al servir a los pobres tenemos un encuentro privilegiado con Jesucristo.

Oren por mí esta semana y yo estaré orando por ustedes.

Esta semana, que celebraremos el Día de Acción de Gracias y en lo que nos preparamos para el Adviento, pidámosle a nuestra Santísima Madre María que nos ayude a abrir nuestros corazones de una manera nueva, especialmente hacia nuestros hermanos y hermanas más vulnerables. VN

23 de Noviembre de 2018

Los escritos, homilías y discursos del arzobispo se pueden encontrar en ArchbishopGomez.com


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El obispo José H. Gomez es actualmente Arzobispo de Los Ángeles, California, la comunidad católica más grande en USA. Es también Vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y forma parte de la Comisión Pontificia para América Latina.

En su ministerio, el Arzobispo José Gómez anima a la gente a seguir a Jesucristo con alegría y sencillez de vida, buscando servir a Dios y a sus vecinos en sus actividades diarias ordinarias.

Ha desempeñado un papel decisivo en la promoción del liderazgo de los hispanos y las mujeres en la Iglesia y en la sociedad estadounidense. Es miembro fundador de la Asociación Católica de Líderes Latinos y de ENDOW (Educación sobre la Naturaleza y la Dignidad de las Mujeres).

Durante más de una década, el Arzobispo Gómez ha sido una voz clara sobre cuestiones morales y espirituales en la vida pública y la cultura estadounidense. Ha desempeñado un papel principal en los esfuerzos de la Iglesia Católica para promover la reforma migratoria y es autor, entre otros libros,  del titulado: Inmigración y la próxima América: renovando el alma de nuestra nación.

>> ver más artículos de Monseñor José H. Gomez

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