Un profesor universitario comentó su sorpresa al explicar a maestros de escuelas oficiales que los padres eran los primeros educadores de los hijos. Al escucharlo; ¡Los maestros lo invitaron a sus escuelas para que les explicara eso a los padres de familia!
Por mucho tiempo en México, el gobierno ha peleado por erigirse como el único educador de los niños y jóvenes mexicanos, y lamentablemente los resultados de este afán del gobierno están a la vista, tenemos una grave crisis educativa que se refleja de muchas maneras en los problemas sociales que nos aquejan.
Y lamentablemente muchos padres de familia han creído la propaganda oficial que los invita a pensar que la educación se recibe en la escuela, y que ellos solo cumplen con “dejar” a los niños y jóvenes a recibir instrucción. Sin embargo, otros padres lo hacen por comodidad y aprovechando la posibilidad de no enfrentar su grave responsabilidad frente a sí mismos y sus hijos.
Cualquier persona con un poco de sentido común se da cuenta que la verdadera educación corresponde a los padres, y se da principalmente en el hogar. ¿O dónde se aprende a amar, a ser justo, a socializar e interactuar con otras personas? Y también es cierto que también se puede aprender todo lo contrario en el hogar.
Una manera práctica de entender la grave crisis que se deriva de una mala educación de los padres a los hijos es mostrada por Quino el autor de Mafalda en el video que muestra como lo que los padres decidamos enseñar con nuestro ejemplo y actitudes, representa en gran medida el futuro de nuestros hijos.
Los principales problemas de corrupción, violencia, impunidad, falta de solidaridad y fraternidad en nuestra sociedad, tienen su origen en la renuncia de los padres a educar a los hijos. Si los padres no entendemos esto y asumimos nuestro papel, entendiendo que la educación escolarizada solo es complementaria, y además sobre los temas que no necesariamente nos van a llevar a ser mejores personas, difícilmente mejoraremos como sociedad.
Hay muchas renuncias que hacemos como personas en la vida, hay una que no podemos hacer los padres de familia porque es la que nos define como padres o no: amar a los hijos. Y el amor quiere decir querer el bien del otro, en este caso, el bien de los hijos, que pasa por enseñarlos a ser mejores personas con el ejemplo diario en la casa: amando, sirviendo, corrigiendo, educando.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y aprendiz de bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).
Me parece interesanta el articulo y sobre todo hay que tener en cuenta que Hay renuncias que la hacen como personas en la vida, hay una que no pueden hacerla los padres de familia porque los define como padres : amar a los hijos. Y el amor quiere decir querer el bien del otro, en este caso, el bien de los hijos, que pasa por enseñarlos a ser mejores personas con el ejemplo diario en la casa: amando, sirviendo, corrigiendo, educando nadie ama lo que no conoce Muy bueno y como Ibañez le feclicito tengo el mismo apellido y me encanto leer y me guataria recibir informacion sobre investigaciones sobre clima familiar Dios los bendiciones
Tristemente al observar dónde ponen los acentos los Padres de Familia, nos damos cuenta del por qué vivimos en una comunidad individualista y globalizada. He compartido con papás que sobre valoran las labores que hacen sus hijos y eso, vale hacer esfuerzos por darles todo lo material.
Desafortunadamente hay padres de familia que olvidan formar con el ejemplo en el respeto a los otros, a sus formas de pensar y de ser. El mínimo valor para el prójimo es el respeto, ya no hablo de amor al prójimo… no hablo de un sentido de caridad. Me refiero a lo más indispensable que como personas tenemos derecho, RESPETO.
Hay que seguir sembrando, siempre sembrando. El hombre no debe dejar de trabajar, pues el ocio es padre de todos los vicios; el que nada contra corriente, no puede darse un descanso, pues al parar la corriente le lleva al fondo o le arrastra hacia atrás; los padres no pueden dejar de amar, enseñar, corregir toda ausencia en esto va en detrimento, en contra del ser humano. Nadie puede enseñar mejor los valores, la verdad, la hermandad y las cosas buenas, sino aquellos que aman y conviven constantemente con el niño, el adolescente o el joven. Volvamos a construir la familia, simplemente, seamos verdaderamente padres de nuestros hijos.