Era el 11 de diciembre de 2013, miles de peregrinos de todos los rumbos de la Ciudad de México caminaban hacia La Villa, ese día llegaba al aeropuerto una colega norteamericana que venía a impartir unas conferencias, los peregrinos, que incluían familias enteras caminando con sus pequeñines a las 11 de la noche, en la víspera del día de la morenita del Tepeyac, le dieron la bienvenida con un testimonio impresionante.
Otro día, estando en la explanada de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, me tocó ver llegar a unos ciclistas que cargaban imágenes de bulto en sus espaldas, no resistí la tentación y pregunté: ¿De dónde vienen?; la respuesta: de Mérida Yucatán (a más de 1300 kilómetros de distancia); ¿Y cuánto hicieron desde allá? Insistí; 17 días, me respondió el joven con una ligera sonrisa, pero el rostro realmente se le iluminó cunado agregó: ¡y otros 17 de regreso!
Las peregrinaciones son signo de vida cristiana, de ese Camino con el que se identificó a los primeros cristianos (Hch 24, 10-22). Es una manera de describir nuestra vida en constante caminar hacia Dios. A veces cansados, a veces tomando un breve reposo, pero siempre en esa dinámica que mueve y orienta toda nuestra vida.
Y ese caminar nunca se hace solo, siempre con otros, en comunidad.
Esta semana se cumple un año de la existencia del catblog en este espacio de encuentra.com y ciertamente ha sido una rica jornada del Camino, caminando junto con varias personas que me acompañaron con sus historias verdaderas, sus comentarios y correcciones, su lectura de los textos, pero sobre todo, con su compañía hacia la casa común del Padre. ¡Gracias!
En una encuesta reciente elaborada por IMDOSOC, se le preguntó a la gente si creía en Dios, y un 90 % respondió que sí; sin embargo a la pregunta ¿Cree usted en alguna forma de vida después de la actual? El 56 % respondió que no, y un 7 % adicional contestó que no estaba seguro. Así que la mayoría de la gente no necesariamente acepta que su camino lo lleve a otra vida, o a la casa del Padre. Creo que saber hacia dónde va uno en esta vida, es fundamental para no dar vueltas en círculo, perderse, o desfallecer en la desesperanza, angustia o frustración.
Los cristianos sabemos que vamos caminando a la casa del Señor, juntos como hermanos; por ello, les quiero invitar a que sigamos en esta peregrinación que da sentido a nuestra vida, que a través de nuestra alegría podamos invitar a otros, y ya en ese caminar juntos, poder dar razón de nuestra esperanza a muchos más.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).
