Perdón y reconciliación en política

Oscar Ibáñez

En una charla entre amigos se especulaba sobre cuál sería la principal virtud necesaria en los políticos, la mayoría se inclinaba a pensar en la prudencia, sin embargo, un avezado político exclamó. ¡Es el perdón! Con tantas cosas que se dan en la política, lo más necesario es el perdón, para poder reconciliar los conflictos y poder avanzar a pesar de denostaciones, murmuraciones, calumnias y ataques de todo tipo, en la construcción del Bien Común.

En el documento “Conmemorar nuestra historia desde la fe, para comprometernos hoy con nuestra Patria”. Que los Obispos de México publicaron hace 3 años para conmemorar el Bicentenario del inicio de Independencia en el país, se plantea la necesidad de Reconciliación nacional como una de las tareas necesarias:

“Una de las grandes tareas pendientes en nuestra historia es la reconciliación entre todos los que formamos esta gran Nación. Reconciliación con nuestro pasado, aceptando nuestras raíces indígenas  y europeas,  especialmente  españolas,  todas vigentes  y actuales. Reconciliación con cada una de nuestras etapas valiosas e importantes en la conformación de nuestra cultura: el Virreinato, la Independencia, la Reforma, la Revolución, el Sistema Político Posrevolucionario y la actual experiencia de paulatina transición democrática.”

No se puede construir una paz y un verdadero desarrollo en una nación, sin la reconciliación precedida por el perdón. Por ejemplo, Fukuyama argumenta en “Trust”, que la confianza es necesaria para fortalecer el capital social, y desarrollar los esquemas empresariales que la economía globalizada requiere, así como para acotar los excesos del individualismo capitalista. Sin embargo, difícilmente se puede construir confianza en la sociedad sin procesos de reconciliación.

Y así como conflictos o agravios individuales, ideológicos, religiosos, o de poder pueden escalarse hasta marcar a naciones enteras a través de la historia, también es posible lograr la reconciliación a través del paciente trabajo de distensión, diálogo y construcción de la paz, mediante el perdón y la reconciliación individuales. Es una labor de políticos, y por ello deben estar dispuestos y ser capaces de perdonar.

En una colaboración anterior (¿Realmente podemos perdonar?) Reflexioné sobre la importancia de apelar a la realidad sobrenatural de la gracia para poder afrontar los procesos de arrepentimiento, perdón y reconciliación, que en muchos casos rebasan las fuerzas y tendencias en la naturaleza del hombre. Es por ello que para resolver conflictos enraizados, es necesario que los laicos vivamos nuestra fe día a día, asumiendo que lo natural y lo sobrenatural son realidades cotidianas  que interactúan.

A los católicos mexicanos, felicidades en esta semana por las fiestas de Independencia, sirva esta breve reflexión para que desde la fe, podamos contribuir a hacer de nuestra Patria un pedacito del Reino de Dios para creyentes y no creyentes.


Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y aprendiz de bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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