¿Para qué estás aquí?

En su visita a México el Papa Francisco hizo constantes llamados a no dejarnos desanimar por la violencia, la corrupción y la injusticia que muchas veces nos abruma, nos invitó a no permitir que nos quiten la esperanza, a no dejar de soñar. En la cárcel de Juárez el Papa nos hizo reflexionar que a pesar de lo duro y grave que haya sido el pasado, siempre existe la “posibilidad de escribir una nueva historia”.

Parece que ese mensaje tuvo algún efecto en la voluntad de muchos ciudadanos que nunca habían salido a votar en las elecciones y que decidieron cambiar de gobernantes, como un primer paso para “escribir una nueva historia”.

En su visita a los presos en la cárcel de Ciudad Juárez, el Papa explicó lo que significa venir a celebrar el Jubileo de la Misericordia con los internos: “es aprender a no quedar presos del pasado, del ayer. Es aprender a abrir la puerta al futuro, al mañana; es creer que las cosas pueden ser diferentes. Celebrar el Jubileo de la misericordia con ustedes es invitarlos a levantar la cabeza y a trabajar para ganar ese espacio de libertad anhelado. Celebrar el Jubileo de la Misericordia con ustedes es repetir esa frase que escuchamos recién, tan bien dicha y con tanta fuerza: «Cuando me dieron mi sentencia, alguien me dijo: “No te preguntes por qué estás aquí sino para qué”»; y que este «para qué» nos lleve adelante.

El Papa hablaba frente a quienes están tras las rejas físicas en la prisión, pero al mismo tiempo se dirigía a todos los que podemos estar “presos del pasado”, quienes cargamos con historias de fracasos, pecado, violencia, injusticias, crisis o depresión, la invitación en este Año Santo es experimentar que Dios todopoderoso nos tiene misericordia y está dispuesto a perdonarnos, a ayudarnos y consolarnos, dejar el pasado para levantar la cabeza y retomar el camino.

Es muy común que pensemos en nuestra situación y nos preguntemos, ¿por qué a mí? ¿Por qué me está pasando esto?, en lugar de pensar ¿Para qué estoy aquí? ¿A quién puedo servir o ayudar? ¿Qué hago con todas las habilidades, conocimientos y experiencias que tengo? La misericordia de Dios implica darnos cuenta de nuestro valor a Sus ojos, darnos cuenta de que todos estamos aquí para algo. Quienes “han conocido la fuerza del dolor y del pecado, no se olviden que también tienen a su alcance la fuerza de la resurrección, la fuerza de la misericordia divina que hace nuevas todas las cosas.” Recordó Francisco.

Todos conocemos a alguna persona que vive en la depresión o con una grave tristeza sin encontrar alguna motivación para reemprender el camino, o conocemos a familias partidas, dónde la separación de los esposos o la falta de uno de los padres lastima en lo más profundo y desalienta a los demás, o quizá conocemos a algunos que viven atrapados de algún vicio que los consume y debilita día a día, a todos ellos podemos recordarles que el Padre no se cansa de perdonar. Los cristianos tenemos un “para qué” común, hacer presente la misericordia del Padre a quienes están en nuestro camino con gestos y acciones concretas, para construir nuevas historias.


 

OscarFidencioIbanez

Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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