¿La Impunidad se enseña?

Oscar Ibáñez

Recuerdo hace algunos años una plática para padres de familia, donde la expositora nos explicaba como los niños constantemente están explorando sus límites. Así, tratan de cargar cosas, ven si se rompen o suenan; si se puede jugar con la comida, si pueden jugar con las cosas de los adultos: papeles, adornos, aparatos, etc. Y entonces, planteaba el reto de los papás para ayudar a los niños a encontrar esos límites.

Un niño puede encontrar sus límites por experiencia propia frente al fuego, o la temperatura en una plancha, una estufa o calentón; pero también los puede encontrar de la mano de los adultos a través de explicaciones, acompañamiento en algunas actividades y restricciones prácticas. Por ejemplo, aprender a andar en bicicleta o nadar, que implica riesgo pero con apoyo de alguien lo puede superar y dominar.

Eso sucede con las experiencias prácticas de aprendizaje, pero a veces se nos olvida que lo mismo sucede con las conductas y valores: Si se cometen injusticias en el hogar, o violencia verbal, psicológica o física, eso se aprende por los niños. Si a los menores se les permite hacer cosas incorrectas o incluso malas, sin algún tipo de consecuencia, el germen de la impunidad se ha sembrado.

Me ha tocado saber de padres de familia que se quejan en las escuelas por que los maestros son muy estrictos con sus hijos, o por algunas normas escolares orientadas a la disciplina y educación de los estudiantes. Muchos de esos reclamos me parecen verdaderamente injustos y orientados a mimar más que a educar a los hijos.

En un encuentro reciente con estudiantes jesuitas, el Papa Francisco comentaba: “Al educar existe un equilibrio que hay que mantener, equilibrar bien los pasos: un paso firme en el marco de seguridad, pero el otro caminando por la zona de riesgo.”

Mantener ese equilibrio requiere acompañamiento de tiempo completo, pero a veces los padres no queremos afrontar esa responsabilidad. Se trata de decisiones, actitudes y actividades que se deben hacer sobre todo cuando los hijos son pequeños, y aprenden a través de la observación del entorno, incluyendo a los papas.

Requiere explorar esas zonas de riesgo a las que se refiere el Papa, y que permiten que los menores puedan desarrollar todas sus potencialidades, pero que sin un acompañamiento real, pueden llevar no a educación y desarrollo, sino a malformaciones y accidentes difíciles de reparar, que en ocasiones incluyen irresponsabilidad, injusticia e impunidad.

La impunidad se puede enseñar voluntaria o involuntariamente, sobre todo en las edades tempranas por los propios familiares, al igual que la justicia y el amor, que son valores que se enseñan practicándolos, la impunidad es un antivalor opuesto a la justicia que se puede enseñar tolerándola, promoviéndola desde la edad más temprana.

¿Qué nos dice nuestra realidad donde se reconoce que solo el 95% de los crímenes se castiga, y que incluso muchos de los que son procesados por algún delito ni siquiera son los culpables y pagan por la impunidad de otros? ¿Es correcto que haya ciudadanos que se organicen para defenderse de criminales ante la impunidad propiciada por el gobierno? ¿Suena lógico que los maestros afecten con absoluta impunidad a terceros, protestando para evitar leyes que los obligan a ser evaluados sobre su desempeño?

Sin duda son muchas las causas de la impunidad que vivimos, pero una de ellas es la educación de las nuevas generaciones, y eso requiere un compromiso urgente de padres de familia, maestros y autoridades educativas, en algún lugar se debe de empezar a reconstruir la sociedad que vuelva a valorar la justicia y el amor, en lugar de acostumbrarse a tolerar y a soportar la impunidad y la injusticia.


Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y aprendiz de bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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