La densidad del amor -

En planeación urbana se utiliza el término densidad poblacional para referirse al número de viviendas o instalaciones de salud o educación por kilómetro cuadrado en alguna ciudad, igual en demografía se habla de densidad poblacional para calcular el número de personas que habitan en una determinada superficie de territorio, en física y química es la cantidad de masa en un volumen determinado.

Siempre es difícil hablar del amor en términos concretos, y al mismo tiempo no. ¿Cómo se mide el amor? Y sin embargo ¿quién NO ha sentido el amor? Uno de tantos mensajes de acción poética que se pueden encontrar en las calles de varias ciudades dice: “Más amor por favor” y creo que muchos estamos de acuerdo, así que podemos iniciar por intentar medir el amor.

Para simplificar, voy a utilizar las expresiones de densidad que utilizan la planeación urbana y la demografía, el amor pudiera medirse por el número de actos de amor que se realizan en un territorio o tiempo determinado.

Empecemos por la familia, ¿se necesitan más actos de amor en las familias? Las mamás (normalmente) parecen tener una fuente inagotable de amor, servicio, y ternura para sus hijos, y sin embargo, no siempre se ve la reciprocidad de los papás apoyando con las labores del hogar o la educación de los hijos, igualmente algunos hijos parece que adquirieron título de mirreyes irresponsables e incapaces de ayudar en las labores del hogar.

Resabios de machismo, egoísmo y falta de solidaridad que bien pudiera resolverse con más densidad de amor en la familia, cada quién pendiente de ayudar y hacer más actos de amor por el otro. El esfuerzo de cada pareja para fortalecer su amor mutuo, que finalmente representa el mayor acto de amor y servicio que pueden dar a sus hijos, mucho más valioso que todas las “cosas materiales” que a veces se busca darles y que nunca sustituyen disfrutar del amor de los padres.

¿Y en el trabajo o la comunidad se necesitan más actos de amor? Hace algún tiempo vi en YouTube un video que describe la generosidad y los actos de amor de un joven que claramente nos dan la idea de lo que cada uno podemos hacer en silencio, y que si ponemos atención se pueden observar cotidianamente a nuestro alrededor.

Esta semana fui testigo de la visita de una joven estudiante a un asilo para charlar con un anciano desconocido, no había ningún plan, sólo escuchar y compartir unos momentos con él, la experiencia fue fuente de paz y alegría para la joven (no conozco la versión del anciano). También me enteré de la iniciativa de otro grupo de estudiantes de preparatoria que invirtieron su fin de semana pidiendo despensas casa por casa para llevarlas después a personas necesitadas.

Y también conozco iniciativas de colegas que han cooperado para llevar comida a orfanatorios, maestros que dedican horas extras asesorando a estudiantes con problemas de aprendizaje, y empleados administrativos y de mantenimiento que además de hacer su trabajo, se dan tiempo para repartir saludos y sonrisas ¡gratis!

Hay metodologías para medir la calidad en los ambientes laborales, es probable que se necesite incluir como indicador la densidad del amor, me atrevo a especular que este valor es mayor en las empresas o lugares calificados como “mejores lugares para trabajar”, ya que no siempre son en donde se paga más.

Si observamos que la avaricia, la indiferencia, el egoísmo y la violencia dominan las relaciones y los ambientes donde vivimos, necesitamos darnos cuenta de que la densidad del amor es baja y hay que aumentarla, eso se hace con más actos concretos de amor por metro cuadrado, o por minuto de vida.

Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).