¿A dónde nos lleva el arrepentimiento?

Laexperienciadelsilencio,encuentra.com.intLa Cuaresma es el tiempo de conversión y arrepentimiento para los católicos. Un tiempo en el que si se quiere se puede lograr la cercanía Cristo, vivir en su presencia amorosa.

A medida en la que me adentro en las aguas del Señor y en su mensaje Evangélico voy siendo cada vez más sensible a su Palabras de Vida Eterna y la gran diferencia que existe entre vivir en el mundo y vivir en el mundo para Cristo.

Cristo Jesús, Dios, que se hizo hombre a sí mismo para restaurar nuestra naturaleza herida, no tiene comparación alguna con ninguna de las otras filosofías o planteamientos provenientes de las religiones orientales.

Él es un Dios tremendamente humano. Dispuesto a vivir lo que vivimos cada uno de nosotros en la tierra. Estuvo dispuesto a dejar que su vida terrenal pareciera un fracaso, para cumplir la voluntad de Dios.

Quizá esto es lo que más me impacta de toda nuestra fe cristiana. Hemos venido al mundo, tú y yo, para amar y ser amados, para perdonar y ser perdonados, para cumplir la santa voluntad de Dios y trabajar el plan de Dios en ese pedazo del universo en que Él nos haya colocado.

Esto es muy difícil de asimilar en los años de la juventud. Esto fue mi experiencia cuando a los 25 años decidí poner rumbo a Los Ángeles para realizar mi sueño de ser una modelo profesional.

Pasé muchas humillaciones, peligros, y miedos a causa de ese sueño, que indudablemente logré pero que al mismo tiempo fue creando vacíos en mí que ahora comprendo a qué se debían.

Felizmente a los 29 años conocí a una maravillosa mujer, muy espiritual, que hoy es una de mis mejores amigas y que me invito a unas clases de formación humana con el Opus Dei.

La experiencia del Opus Dei me transformó toda la existencia y me ayudó a comprender que yo tenía una enorme dignidad y valor, sobre todo ante los ojos de Dios. Así lo comprendí. Y así me siento.

Soy una hija adoptiva de Dios.

Hoy que estamos en cuaresma, quiero volver a vivir esta cuaresma con la ilusión de hace 20 años.

En estos veinte años he seguido al Señor de cerca, a medias, desde muy lejos y le he llegado a abandonar, por mi debilidad humana.

He conocido muchos otros caminos de espiritualidad y puedo asegurar que ninguno te puede dar la profundidad, un sentido al sufrimiento, un gran propósito para la vida y el amor como solo lo hace un Dios Padre, que es amor, Misericordia, y con el que se puede hablar.

Quizá esto sea lo que más me maravilla:

“Creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes…… Dios me ve y me oye y yo puedo hablar con Él”.

Además, sé que Él me llama constantemente, sobre todo lo percibo cuando me siento impulsada a ir a misa, a platicar con Él en el Sagrario a simplemente aspirar a ser santa.

Mi más profundo deseo es que esta cuaresma tú y yo comprendamos que arrepentirse quiere decir contemplar la vida con humildad para pedir perdón porque somos pecadores y queremos vivir en la presencia de Dios.

Aspiramos a limpiar nuestras almas para poder ser templos de Dios, y habitar en el corazón de Cristo. Así nos convertiremos “en otro Cristo que pasa…” como solía decir San José María Escrivá de Balaguer.

Pienso que con todas las propuestas espirituales que el mundo me hace segundo a segundo, especialmente por la naturaleza de mi profesión. Cristo me sigue eligiendo a mí y yo con todo mi corazón y mi mente le digo:

“¡Sí Jesús iré contigo a dónde quiera que tú vayas!”

Pido a Santa María y San José que me adopten como su hija para ser fiel hasta el día de mi muerte.

Amén.

FIRMASHEILA

Sheila Morataya
Austin, TX
sheilamorataya.co

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