Sheila Morataya propone ser más conscientes de todo lo que obramos con la respiración. Cuidarla es cuidarte a ti misma y ser conscientes de cómo Dios nos cuida
«Respira». Mi paciente está teniendo un momento de intensa conmoción emocional y la invito a respirar suave y profundamente.
«Respira», nos dice el dentista en el consultorio a punto de ponernos la anestesia.
«¡Respira!». Ya casi nace… Te encuentras en el hospital, tu hijo va a nacer. La respiración suave, controlada y profunda se hace necesaria.
Y esta época del año, la más esperada para cientos de millones, entre los cuales estamos tú y yo, y después de una pandemia que nos quitó la libertad, nos encuentra llenos de reuniones, celebraciones por doquier: en casa de mi tía, en casa de la abuela, con los hermanos…
Además, desde los primeros días de diciembre, dedicamos tiempo a la compra de regalos y la decoración de la casa.
Todas estas acciones, la mayoría de las personas las viven bajo un paso estresante. Inconscientemente apretamos los músculos del cuerpo, caminamos agitadamente, corremos. Se nos olvida respirar.
Por ello, respira. Respira. Respira.
Recuerda que debes respirar y que es importante que lo hagas bien.
El doctor John Kabat–Zin es un médico pionero en el arte de respirar correctamente. Es fundador del Center for Mindfulness in Medicine, Health Care and Society, asociado a la facultad de medicina de la Universidad de Massachusetts.
Es el creador de la técnica de reducción del estrés (REBAP) que ayuda a la persona a aprender a respirar de forma consciente en su vida diaria. Su programa ha ayudado a millones de personas en diversos países en el mundo pues por medio de una respiración adecuada se baja el nivel de estrés, se combate el dolor crónico y se fortalece el sistema inmunológico. Esto está muy bien, los cristianos podemos decir que…
Respirar es llenarse de Dios
En el libro de Isaías 11, 2 leemos:
«Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza.»
Notemos cómo se menciona la palabra espíritu tres veces. Esta palabra en hebreo es rúah. También puede significar viento o aliento. ¿Acaso en medio de tanto ajetreo, celebración y compromisos no anhelamos también un momento de respiro?
Quizá el respiro que no se ha tenido todo el año. Parecemos todos haber retomado el mismo ritmo frenético que llevábamos antes de la pandemia. Te pasará lo mismo a ti. Has vuelto a la normalidad y esto quiere decir levantarse a una hora fija, preparar las loncheras de los niños, alistarse para la universidad… Bajar y subir las gradas en el centro comercial donde se encuentra el supermercado. Ir corriendo a misa. Caminar agitada con las bolsas del super que se caen… y ya casi sin aliento, te sientas y por fin inhalas profundo.
La mayoría de las personas respiramos automáticamente, no es que realmente recordemos que debemos respirar. ¿Qué pasaría si pensaras que en cada respiración te llenas de Dios?
Aprender a respirar para orar mejor
Este pasaje de la escritura puede servirnos en estos días de agitación, dispersión y ruido para llevarlo a la oración y prepararse conscientemente para el diálogo con Dios con un ejercicio de respiración como el siguiente:
Siéntate en una postura digna, con la espalda erguida.
Cierra los ojos e inhala profundo por la nariz y exhala largamente por tu boca.
Ahora inhala suave y profundo por la nariz y exhala suave y lento por la nariz.
Enfócate en tu respiración al inhalar y al exhalar.
Observa cómo se expande tu pecho y tu abdomen al inhalar y cómo se contrae al exhalar y se libera. Inhala profundo. Exhala pausado.
Enfócate solamente en tu respiración y siente como todo tu cuerpo se tranquiliza.
Siente como el Espíritu de Dios habita en ti.
Respira y deja que Dios te posea
El monje y teólogo del siglo V, san Juan Casiano, ofreció una traducción más apasionada de este versículo de Isaías. En lugar de decir que el Espíritu viene a posarse sobre el Mesías prometido, San Casiano lo traduce como que el Espíritu lo llenará. Además invita el santo a reflexionar lo siguiente:
«También para nosotros, este aliento, este Espíritu Santo no es un escudo, sino algo que nos penetra tanto que nos posee por completo».
Respirar hoy está de moda
Se ofrecen talleres, certificaciones y retiros exclusivamente para aprender a respirar.
Se respira y se hacen pausas de respiración para llenar los pulmones de aire fresco, puro y limpio para inmediatamente expulsar todas las toxinas, el estrés, la ansiedad, el dolor, aquello que ya no se necesita en el cuerpo.
La respiración, hoy, es uno de los grandes pilares del bienestar. La ciencia de la salud mental lo ha comprobado: respirar correctamente previene ataques de ansiedad. Es una de las mejores maneras de regular el sistema nervioso central en momentos de estrés. Es de gran beneficio para aquellas personas que padecen enfermedades autoinmunológicas. ¡Qué bueno!
Los cristianos podemos aprender a respirar correctamente para entrar en una mejor conexión con Dios. Dios impregnándome de su naturaleza y activando mi respiración segundo a segundo. Pidamos a Él que en medio de todo el ajetreo que trae el Adviento, seamos capaces de respirar sobrenaturalmente.
Sheila Morataya Austin, TX www.sheilamorataya.com
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Sheila Morataya es la Editora de la sesión de la mujer desde la creación de encuentra.com Es psicoterapeuta, coach de vida y talento para la radio y la televisión en los Estados Unidos. Actualmente es Productora Ejecutiva para Relevant Radio en español en los Estados Unidos. Autora de 6 libros entre ellos «El espejo: ámate tal como eres». Cuando no está trabajando puedes encontrarla sembrando flores, dando clases de desarrollo personal a jovencitas o cocinando para su familia. Puedes escribirle a sheila@sheilamorataya.com