En Juchitán Oaxaca la mitad del pueblo quedó destruido, el palacio municipal derrumbado como signo del fracaso de las autoridades frente a una situación así, y luego al tratar de atender a los heridos y damnificados las cosas se complican porque el hospital también se derrumbó, así que a habilitar un gimnasio para atender víctimas, hoy ya el desabasto es notable, la urgencia de agua, comida y medicinas es lo primero, luego vendrá la reconstrucción.
Tengo amigos y familiares en lugares donde en estas últimas dos semanas se han presentado cinco huracanes y un sismo, por mencionar solo los fenómenos naturales más significativos, todos han generado gran cantidad de muertos, heridos, damnificados y pérdidas materiales, incluyendo también los destrozos a plantas, animales y en general a los ecosistemas por la velocidad de los vientos y las inundaciones.
La tormenta tropical Lidia en el océano pacifico afectó a Los Cabos e islas circundantes en Baja California Sur, el huracán Harvey en el Golfo de México impactó la costa y muchas poblaciones aledañas a Houston, Texas, en este caso, rompiendo todos los records medidos de lluvia en esa región, provocando miles de damnificados que aún hoy están en proceso de recuperación.
Imaginen a cientos de familias con niños y ancianos en el techo de sus casas esperando en la noche a que amainara la tormenta para ser rescatados por lanchas de ciudadanos generosos, algunas de estas dramáticas historias fueron relatadas por la maestra de preparatoria Holly Hartman que se unió desde su computadora y una aplicación virtual a los voluntarios ayudando a rescatar a personas en zonas inundadas de Houston y Port Arthur en Texas.
Inmediatamente después, y al mismo tiempo que se generaban tres huracanes más en el Caribe, tembló en México, fue un sismo de una intensidad similar a la que hace 32 años provocó miles de muertos, damnificados y construcciones destruidas.
En esta ocasión el epicentro del sismo fue ubicado a casi el doble de distancia de la Ciudad de México que el anterior y de características distintas en su movimiento, por lo que no se registraron daños mayores en la capital, pero si en varias regiones pobres de Oaxaca y Chiapas donde por lo menos 71 personas murieron y 800 mil fueron damnificadas.
El huracán Katia afectó los estados de Veracruz y Puebla con algunas personas muertas y miles de damnificados por deslaves e inundaciones, el huracán Irma arrasó varias islas del Caribe, incluyendo Cuba y en este momento está sobre la península de Florida con su saldo de muerte y destrucción aún por cuantificarse, ya que es probable que continué unos días afectando la región de Tampa también en Estados Unidos, atrás viene el huracán José que aún no sabemos en donde impactará.
Durante casi toda la historia de la humanidad, este tipo de fenómenos, y otros como las sequias, los terremotos, y las erupciones volcánicas fueron asociados a la furia de los dioses, en la actualidad, estos fenómenos naturales nos permiten reflexionar sobre Dios de diferente manera. Enfrentar la muerte, el sufrimiento y la destrucción de personas y ecosistemas nos mueve a la oración y a la solidaridad.
Como en toda tragedia, en estos momentos, los humanos somos capaces de lo mejor y lo peor, hay quienes aprovechan para efectuar saqueos después de los fenómenos, o apropiarse de las ayudas dirigidas a los damnificados, sin embargo, también están quienes actúan con heroísmo protegiendo, rescatando, ayudando y socorriendo en su necesidad a los afectados.
Juchitán en Oaxaca es el lugar más afectado por el sismo, y los universitarios poblanos se solidarizan como miles de mexicanos que ayudan a esta ciudad y a otras en el estado y en Chiapas. En casos como estos, es importante que el mandato de amar al prójimo como a si mismo se manifieste en acciones concretas de solidaridad y apoyo como estos jóvenes que juntan víveres y arman brigadas médicas, hay tanta necesidad que cualquiera podemos apoyar de diversas maneras, quizá lo único que necesitamos es decidirnos a preguntar, llamar, y compartir lo que sabemos o lo que tenemos.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).
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Hay personas que piensan en el fin del mundo, pero estos fenómenos han existido desde que el mundo es mundo. Pero si que sirvan estos desastres a darnos cuenta del poco cuidado que tenemos de nuestro planeta. Ojalá seamos mas respetuosos de los ecosistemas.