El Árbol de la Vida (Reseña cine)

Título Original: TheTree of Life
Director: Terrence Malick
Intérpretes: Brad Pitt, Jessica Chastain, Hunter McCracken, Sean Penn, Fiona Shaw
Año: 2011,Fox Searchlight
Género: Drama
Contenidos Específicos:
Violencia: Baja
Clasificación MPAA*: PG-13 (Los padres son fuertemente prevenidos de dar una guía especial y atender a niños menores de 13 años; algún material puede ser inapropiado para ellos.)
*MPAA: The Motion Picture Association of America

Reseña:

En la madurez de su existencia, un hombre reflexiona acerca del sentido de la vida, del sufrimiento y el perdón, a la luz de los recuerdos de su infancia.

Jack O’Brien (Sean Penn) es un profesionista exitoso que ha llegado a la edad madura y todo parece indicar que se encuentra en la plenitud de la vida. Sin embargo no tiene paz interior; está inquieto, siente la ansiedad del vacío y se sumerge en los recuerdos de su niñez y adolescencia en busca de respuestas.

El pequeño Jack (Hunter McCracken) creció en Waco, Texas, en los años ’50 cobijado por la dulce mansedumbre de su madre (Jessica Chastain) y forjado por la jubilosa convivencia con sus dos hermanos menores y por la contrastante rigidez de su padre (Brad Pitt), un hombre responsable y afectuoso pero, al mismo tiempo, excesivamente severo. Los O’Brien son una familia católica practicante y, a las muchas alegrías de la convivencia familiar se añade el terrible sufrimiento de la muerte de uno de sus hijos, un dolor que acrisola maravillosamente la fe de la Sra. O’Brien. Estas experiencias familiares, especialmente la firmeza y profundidad de la fe de su madre y la cariñosa indulgencia de su hermano, llevan a Jack a reflexionar acerca de la reconciliación y el perdón y a reconsiderar la presencia de Dios en su vida, como él mismo lo reconoce: “Te conocí gracias a mi madre y a mi hermano”.

Todo ello está precedido por una bellísima secuencia de imágenes alrededor del tema de la creación, acompañadas por la magnífica banda sonora de Alexandre Desplat que incluye, además, obras de compositores clásicos como Brahms, Mahler, Schumman, Respighi y Berlioz entre otros, con reflexiones en of f en torno a la magnificencia divina, la naturaleza y la Gracia en la perspectiva de la libertad humana, el sufrimiento, el sentido de culpa y el amor. Un verdadero poema audiovisual.

Brad Pitt y Jessica Chastain están formidables en sus actuaciones y los niños sorprenden con un trabajo excepcional, particularmente Hunter McCracken. Malick aprovecha la expresividad de los protagonistas y acercamientos abundantes para contar la historia con un mínimo de palabras, apoyado en la estupenda fotografía de Emmanuel Lubezki. Cada cuadro, cada detalle, son parte de la narración.

Cerca del final el Sr. O’Brien exclama con un dejo de amargura: “Me perdí la gloria”. Este es el gran mérito de “El Árbol de la Vida”, el recordarnos que la gloria empieza aquí, en esta vida, si tenemos la sabiduría de descubrirla. No exageramos al afirmar que estamos ante un nuevo clásico de la cinematografía. (Cinesíntesis)