Transformers: El Lado Obscuro de la Luna (Reseña cine)

Título Original: Transformers: Dark of the Moon

Director: Michael Bay

Intérpretes: Shia LaBeouf, Rosie Huntington-Whiteley, Patrick Dempsey, John Turturro, Frances McDormand, John Malkovich

Año: 2011, Paramount

Género: Acción

Contenidos Específicos:

Violencia: Extrema

Sexo/Desnudos: Medio

Lenguaje vulgar: Medio

Clasificación MPAA*: PG-13 (Los padres son fuertemente prevenidos de dar una guía especial y atender a niños menores de 13 años; algún material puede ser inapropiado para ellos.)

Clasificación Cinesíntesis: Mayores de 15 años

*MPAA: The Motion Picture Association of America

Reseña:

Una nave que alunizó años atrás contiene la clave que los Decepticons necesitan para someter a los humanos y eliminar a los Autobots.

En la guerra entre los Decepticons y los Autobots, que arrasó con su planeta Cybertron, éstos son derrotados y tratan de escapar para organizar el contraataque, pero sus naves son destruidas y una de ellas se estrella en la Luna. La NASA detecta el alunizaje y envía al Apolo 11 en 1969 para investigar. Los astronautas descubren la nave en el lado obscuro de la Luna y, en ella, a un autobot llamado Sentinel Prime.

Mientras tanto, Sam Witwicky (Shia LaBeouf) ha terminado la universidad, cohabita con su novia Carly (Rosie Huntington-Whiteley) y, después de mucho batallar, consigue un empleo en la empresa de Bruce Brazos (John Malkovich), donde un compañero de trabajo le hace ver que Sentinel Prime es la clave de un plan de los Decepticons para regenerar su planeta Cybertron. El plan incluye destruir a los Autobots y esclavizar a los humanos. Sam revela esto a los Autobots y a Charlotte Mearing (Frances McDormand), la directora de Inteligencia Nacional de EEUU. Se preparan entonces para evitar que los Decepticons se apoderen de Sentinel Prime y se desata una terrible batalla con la ciudad de Chicago como escenario.

En la tercera entrega de la serie, tal parece que las escenas de acción han ido en dirección inversa a la calidad del guión. Los diálogos son ridículos, los personajes carecen de una definición y el desarrollo de la narrativa es atropellado. La dirección de actores es deficiente y se refleja en actuaciones pobres, con abundancia de gritos y reacciones histéricas en algunos casos y actitudes y expresiones bobaliconas en otros. Es evidente que la cinta está dirigida a los adolescentes, pero eso no justifica que se les ofrezca productos tan pobres como éste, ni las altas dosis de sensualidad ni las situaciones de mal gusto, como una escena de sanitarios grotesca y absurda, verdadero monumento a la vulgaridad. La duración excesiva (dos horas y media) hace más evidentes estas fallas y las secuencias de la batalla final se sienten interminables. Lo único rescatable son los efectos especiales y de sonido, realmente impresionantes. (Cinesíntesis)