El Libro de los Secretos

Después de la gran hecatombe nuclear, un héroe solitario se encarga de custodiar un preciado libro para llevarlo hasta la nueva “tierra prometida”.

Título original: The Book of Eli

Director:  Albert y Allen Hughes

Intérpretes: Denzel Washington, Gary Oldman, Jennifer Beals, Mila Kunis

Año: 2010,  Warner Bros.

Género: Drama/Acción

Contenidos Específicos: Violencia estilizada incluyendo torturas y mutilaciones, lenguaje grosero abundante y una insinuación sexual breve.

Clasificación MPAA*: R  (RESTRINGIDA Sólo para mayores, los menores de 17 años requieren ser acompañados por alguno de sus padres o un adulto con criterio)

Reseña:

Cinta post-apocalíptica en la que Eli (Denzel Washington), un caminante solitario experto en artes marciales, posee un libro que considera sagrado y ha asumido la misión de llevarlo a un lugar en el Oeste según le ha sido revelado. Para ello deberá protegerlo de Carnegie (Gary Oldman), el líder de un grupo de salteadores a quienes éste manipula mediante el control de la única fuente de agua del poblado. Carnegie sabe de la existencia del codiciado volumen y quiere apoderarse de él para aumentar su dominio sobre la gente, sin contar con que su crueldad y falta de escrúpulos le han ganado la enemistad de Claudia (Jennifer Beals) y su hija Solara (Mila Kunis), que optarán por ayudar a Eli.

Con un mensaje religioso de fondo, el guión de “The Book of Eli” deja algunos huecos y cabos sueltos, sin embargo la narrativa mantiene su lógica alrededor del “libro” y los esfuerzos de Eli para llevarlo a la tierra del Oeste, en un recorrido azaroso pero iluminado por una esperanza firme. El núcleo del mensaje se supone cristiano, pero algunos encontrarán incongruente el recurso a la violencia por parte de Eli, a pesar de que se enfatiza el aspecto de la defensa propia como justificación. En su parte positiva es encomiable la veneración por la Escritura Sagrada, la fe operativa de Eli y una visión respetuosa de la religiosidad. La coreografía de las escenas de acción es impresionante y, aunque la violencia es intensa, se dosifica convenientemente a lo largo de la historia. La fotografía en tonos grises acentúa el ambiente posterior al desastre nuclear y las actuaciones son convincentes en general, especialmente D. Washington, que asume el papel de héroe legendario con credibilidad.