Para salvar su rancho en Australia, una aristócrata Inglesa se enfrenta al cacique ganadero de la región y se enamora del vaquero que le ayuda a conducir el ganado al puerto de Darwin, donde los sorprende el inicio de la guerra.
Título Original: Australia
Director: Baz Luhrmann
Intérpretes: Nicole Kidman, Hugh Jackman, Bryan Brown, David Wenham, Brandon Walters
Año: 2008, Fox
Género: Drama
Contenidos Específicos: Violencia moderada, una relación extramarital implícita, un encuentro sexual discreto breve.
Clasificación MPAA*: PG-13 (Los padres son fuertemente prevenidos de dar una guía especial y atender a niños menores de 13 años; algún material puede ser inapropiado para ellos.)
Clasificación Cinesíntesis: Mayores de 15 años.
*MPAA: The Motion Picture Association of America
Reseña:
Historia romántica producida al estilo de las cintas clásicas de Hollywood, exuberante y con casi tres horas de duración, acerca de un rancho ganadero en Australia a punto de ir a la ruina y cuya dueña, la aristócrata Sarah Ashley (Nicole Kidman) intenta rescatar. Para ello tendrá que dejar Inglaterra y enfrentarse al magnate ganadero King Carney (Bryan Brown) y su capataz Neil Fletcher (David Wenham). Al llegar a Australia, el encargado de encontrarla y llevarla a su predio es un vaquero conocido como Drover (Hugh Jackman), que le ayudará en su empresa y de quien, predeciblemente, Sarah terminará enamorada. En el rancho conoce a Nullah (Brandon Walters), un niño mestizo que ella toma bajo su protección.
Aunque la narrativa comienza con aires de farsa y N. Kidman sobreactuando ostensiblemente, mejora a partir de la segunda mitad al entrar en terrenos más dramáticos, donde Kidman y Jackman se desempeñan estupendamente, apoyados por un buen trabajo de los actores de reparto. La fotografía es simplemente extraordinaria y el guión desarrolla con seriedad temas de fondo como la tolerancia racial y la integración social, enmarcados en hechos históricos como el bombardeo Japonés al puerto de Darwin en 1942 y los programas estatales de separación de niños aborígenes de sus familias para entregarlos como sirvientes a familias de “blancos”, o bien para concentrarlos en campos de “reeducación”. Estos programas fueron apoyados por la Iglesia Anglicana y estuvieron vigentes desde finales del Siglo XIX hasta los años ’60 del siglo pasado (un tema tratado con mayor detalle en la cinta de 2002 “Rabbit-Proof Fence”).
La película cae sin embargo en exageraciones de tipo indigenista muy de moda en los “Western” actuales, que parecen responder a la “ley del péndulo”, consistentes en atribuir poderes mágicos y una sabiduría innata a los naturales del país. Haciendo a un lado este detalle menor y algunas inconsistencias del guión, “Australia” es una historia bien hecha que entretiene e ilustra de principio a fin.
